La econom¨ªa ecuatoriana, ante el eterno abismo fiscal de fin de a?o

La calurosa y soleada Navidad no es el ¨²nico signo distintivo de las fiestas en Ecuador. En los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n se ha vuelto tristemente tradicional el agobio fiscal del cierre de ejercicio: con un ojo puesto en las urgencias inmediatas y otro en las dificultades del siguiente a?o, el pa¨ªs sudamericano se ha acostumbrado a cerrar cada diciembre con apuros y postergando una soluci¨®n m¨¢s o menos definitiva para su recurrente desajuste fiscal. Desde la fuerte ca¨ªda en el precio del petr¨®leo en 2014, el Estado lidia con un abultado desfase entre ingresos y gastos que le obliga a recurrir, en el ¨²ltimo trimestre del ejercicio, a nuevas fuentes de financiaci¨®n. Esta vez no ser¨¢ distinto.

Con el mercado exigiendo a Quito uno de los intereses m¨¢s altos de Am¨¦rica Latina, en 2018 el Gobierno de Len¨ªn Moreno tuvo que recurrir a Pek¨ªn para cuadrar las cuentas con 1.000 millones de d¨®lares (algo m¨¢s de 900 millones de euros) que permitiesen cerrar el ejercicio, paga extra navide?a de los funcionarios y compromisos de deuda incluidos. En 2019, se sumar¨¢ un nuevo actor: tras el rescate del FMI, en febrero, Quito se ver¨¢ obligado a mover ficha para lograr la aquiescencia del organismo multilateral para el desembolso de 500 millones a corto plazo. A cambio de ajustes profundos y un compromiso de enderezar el d¨¦ficit, el ente con sede en Washington acord¨® desembolsar 4.200 millones de d¨®lares en tres a?os. Un potente bal¨®n de ox¨ªgeno para que Ecuador sobrelleve la situaci¨®n. Pero los recientes tropiezos pol¨ªticos y la marejada de fondo en las calles han dejado congelado, por el momento, el segundo tramo de ayuda del Fondo que en el equipo de Moreno esperaban para pasar el dif¨ªcil trago de cuadrar nuevamente las cuentas p¨²blicas. ¡°Desde hace ya muchos a?os, Ecuador se ha acostumbrado a cerrar con m¨¢s d¨¦ficit de lo anunciado. Y, sobre todo, sin transparencia en las cuentas p¨²blicas¡±, critica Leonardo Izquierdo, economista de la Universidad T¨¦cnica Particular de Loja, que recuerda que ¡°el techo de deuda del 40% ya fue superado hace tiempo¡±.

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El rechazo de la Asamblea Nacional a la reforma tributaria pactada con el FMI ha sido la puntilla de la incertidumbre: aunque tanto el Gobierno como el Fondo han tratado de apaciguar la inquietud externa, a nadie se le escapa que el panorama pol¨ªtico nubla las perspectivas de consolidaci¨®n fiscal a medio plazo. ¡°El horizonte se ha deteriorado¡±, constata Carlos de Sousa, de Oxford Economics. ¡°Y el resultado ser¨¢ un ajuste mucho m¨¢s gradual que la reducci¨®n del d¨¦ficit de cinco puntos porcentuales originalmente pactada [con el organismo dirigido por Kristalina Georgieva]¡±. La reacci¨®n del mercado a esta noticia, sin embargo, ha ido un paso m¨¢s all¨¢ de lo esperable por los propios analistas. ¡°Ha sido extrema: el equipo del Fondo est¨¢ al tanto de la situaci¨®n y parece dispuesto a dar m¨¢s flexibilidad si ve una senda clara de reducci¨®n del d¨¦ficit y progresos en otras cuestiones, como la independencia del banco central¡±, enfatiza Sousa. Sin embargo, el riesgo pa¨ªs ¡ªel inter¨¦s exigido por los inversores para comprar deuda de un Estado¡ª se dispar¨® la semana pasada por encima de los 1.400 puntos, r¨¦cord hist¨®rico, solo superado por Argentina y Venezuela en Am¨¦rica Latina.

Todo, pese a la buena voluntad, explicitada por los legisladores, de avalar el segundo intento de reforma que debe tramitarse en un m¨¢ximo de 30 d¨ªas. ¡°Incluso si ese es el caso¡±, subrayan Risa Grais-Targow y Laura Duarte, de Eurasia, en una reciente nota para clientes, ¡°el Gobierno tendr¨¢ dificultades para seguir cumpliendo los t¨¦rminos del programa en 2020 dada su limitada capacidad pol¨ªtica y la din¨¢mica preelectoral [ante las elecciones presidenciales de 2021]¡±. La segunda propuesta gubernamental no contempla ninguna subida del IVA ni de otros impuestos que afecten a los sectores m¨¢s desfavorecidos, pero incluye contribuciones de las empresas que facturan m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares, grava servicios digitales como Netflix ¡ªa los que solo acceden las clases medias altas o altas¡ª y elimina las deducciones tributarias para quienes tienen rentas por encima de los 100.000 d¨®lares anuales, una cifra inimaginable para el com¨²n de los ecuatorianos. Seg¨²n los planes oficiales, se conseguir¨¢n 600 millones adicionales para el pr¨®ximo a?o. A costa, por supuesto, de un crecimiento que ¡ªa lomos del gasto y la inversi¨®n p¨²blica y del petr¨®leo¡ª lleg¨® a superar el 7% en pleno boom de las materias primas y que este a?o ser¨¢ del 0%, seg¨²n las ¨²ltimas proyecciones de la Cepal.

La cuenta atr¨¢s para el desbloqueo en el Legislativo no es el ¨²nico pendiente en la agenda de las autoridades ecuatorianas a corto plazo: adem¨¢s de los 500 millones de d¨®lares del multilateral, necesitan otros 1.000 millones m¨¢s para afrontar un gasto corriente que se duplica en diciembre por las pagas extraordinarias a los funcionarios, cuyas retribuciones se comen cada a?o en torno a un tercio de los 35.000 millones del presupuesto. El a?o pasado, Moreno recurri¨® a China y regres¨® de su primera visita oficial con varios cr¨¦ditos por un importe total de 1.000 millones, pese a haber demonizado las negociaciones y contrataciones de obra p¨²blica con el pa¨ªs asi¨¢tico dirigidas por el expresidente Rafael Correa, su predecesor, antiguo aliado y hoy enemigo. In extremis, consigui¨® los fondos.

El lastre de la deuda adquirida

El tramo final del a?o tambi¨¦n es para Ecuador el momento en el que m¨¢s duelen las deudas adquiridas. Porque debe honrar las ya existentes y porque debe concretar m¨¢s prestamistas para el siguiente ejercicio. Las necesidades de financiaci¨®n de este a?o rozan los 9.000 millones de d¨®lares, entre d¨¦ficit fiscal y amortizaci¨®n de deuda viva. Y, para el pr¨®ximo, la propuesta presupuestaria remitida a la Asamblea calcula el requerimiento de nuevos pr¨¦stamos por encima de los 6.600 millones, de los que 4.710 se ir¨¢n al pago de compromisos contra¨ªdos con el exterior.

Esta cifra, no obstante, podr¨ªa terminar siendo m¨¢s abultada si, como tambi¨¦n ya es habitual, las previsiones de entradas de caja terminan por no cumplirse. La propuesta de Presupuesto, por ejemplo, contempla 2.000 millones de ingresos procedentes de la ¡°monetizaci¨®n¡± de activos del Estado ¡ªesto es, de la privatizaci¨®n o concesi¨®n de empresas o entes p¨²blicos como la telef¨®nica CNT, el Banco del Pac¨ªfico o varias centrales hidroel¨¦ctricas¡ª, que, por ser un a?o electoral sin presupuesto, contar¨¢n en las previsiones de ingresos tambi¨¦n para el 2021. En total, 4.000 millones de d¨®lares en dos a?os, cuando en las cuentas de 2019 ya se incluyeron 1.000 millones de d¨®lares por ese rubro y nunca se concretaron. Lo mismo ocurre con los sueldos del sector p¨²blico: para 2020 se espera un recorte de 400 millones, una tarea harto complicada habida cuenta de que este a?o ¡ªy por primera vez¡ª la cifra se ha reducido en apenas 100. ¡°Ecuador¡±, concluye Izquierdo, ¡°no tiene otra salida que generar 2.000 millones de nuevos ingresos tributarios o un recorte similar en los subsidios. Si no lo logra, es muy probable que haya m¨¢s despidos en el sector p¨²blico¡±.

Para cubrir la brecha entre ingresos y gastos y para cumplir con las amortizaciones de una deuda que roza los 57.000 millones de d¨®lares ¡ªel 52% del PIB¡ª Ecuador espera solo para el pr¨®ximo ejercicio la llegada de 2.684 millones de d¨®lares de organismos multilaterales ¡ª1.400 millones, exclusivamente del FMI¡ª, 303 millones de d¨®lares de cr¨¦ditos bilaterales, 250 millones de la banca y otros casi 1.500 millones de fuentes a¨²n indeterminadas, como podr¨ªa ser, la emisi¨®n de bonos soberanos como ya ha hecho este 2019 con 3.000 millones en dos operaciones. Desde su regreso a los mercados en 2014, Ecuador se ha endeudado en bonos por 17.750 millones, con plazos cortos y tasas de entre el 8% y m¨¢s del 10%, con un calendario m¨¢s que retador para la segunda mitad de esta d¨¦cada. En esos cinco a?os, el pa¨ªs tendr¨¢ que cumplir con casi 12.500 millones de d¨®lares. Una cifra mareante, que ya enciende las alarmas en Quito. La prioridad inmediata, sin embargo, es otra: con cerrar el a?o es suficiente. Por ahora.