Vacaciones para ti; una vida digna y sostenible para ellos
La fundaci¨®n TUI Care lanza una iniciativa para que 150 j¨®venes desfavorecidos de Sri Lanka opten a una vida digna gracias al creciente turismo de la isla, que pugna por olvidar los ataques terroristas de abril
No es la isla esmeralda (un nombre que ya ostenta Irlanda), pero bien podr¨ªa serlo, a juzgar por el interminable manto verde de jungla y palmeras por el que se abren paso sus estrechas y apacibles carreteras. Dejando de lado la conducci¨®n (no apta para card¨ªacos, pero de una incre¨ªble fluidez para la poblaci¨®n local), Sri Lanka, ¡°la tierra de la gente sonriente¡±, vive en un aparente estado de tranquilidad que parece no conocer otra cosa que la paz y armon¨ªa de sus hospitalarias comunidades. No obstante, por debajo de esa capa superficial, se observa la realidad de una isla que a¨²n sufre las consecuencias sociales de una guerra civil que dur¨® casi tres d¨¦cadas (hasta 2009), y las tensiones religiosas y sociales entre las que destacaron los brutales ataques terroristas del pasado mes de abril, donde perdieron la vida m¨¢s de 250 personas.
Sin embargo, la vida en la isla contin¨²a, y hay muchos motivos para el optimismo. Aunque la pobreza siga siendo una de sus mayores prioridades (casi la mitad de la poblaci¨®n vive con menos de cinco d¨®lares al d¨ªa, y el 20 % de los j¨®venes est¨¢n desempleados), la econom¨ªa crece de manera constante a?o tras a?o. Exuberante, multicultural y surfera, Sri Lanka fue escogida como el mejor destino para viajar en 2019 por Lonely Planet, y su sector tur¨ªstico se ha recuperado hasta el punto de representar el 12 % de su Producto Interior Bruto y el 11 % de su empleo. Para que ese desarrollo sea adem¨¢s inclusivo y sostenible, la fundaci¨®n TUI Care acaba de inaugurar la Academia TUI de Sri Lanka, con el objetivo de ofrecer formaci¨®n en el sector tur¨ªstico a m¨¢s de 150 j¨®venes que por su situaci¨®n de especial vulnerabilidad o exclusi¨®n social, sin padres o provenientes de entornos familiares complicados, no pueden acceder f¨¢cilmente al mercado laboral, adem¨¢s de poner especial ¨¦nfasis en el empoderamiento femenino.
El programa, desarrollado en colaboraci¨®n con Aldeas Infantiles SOS y la brit¨¢nica Youth Career Initiative (YCI), ofrecer¨¢ a lo largo de tres a?os una educaci¨®n vocacional que combina la parte te¨®rica con un periodo de pr¨¢cticas en resorts u hoteles de lujo de la isla. Durante los dos primeros meses, los participantes (de 17 a 24 a?os) recibir¨¢n formaci¨®n en restauraci¨®n (en tareas que van desde las labores dom¨¦sticas hasta el servicio de comida y bebida), ingl¨¦s, salud, sostenibilidad y habilidades vitales, sociales y comunicativas como la atenci¨®n al cliente en la Escuela de Restauraci¨®n Aitken Spence.
Tras superar un examen, los graduados pasar¨¢n por tres meses de pr¨¢cticas en alguno de los hoteles colaboradores (RIU, Aitken Spence, Hilton y Taj). ¡°Se trata b¨¢sicamente de fortalecer las comunidades locales, porque lo que suele suceder, si lo haces mal, es que la gente va a un sitio tur¨ªstico y los ¨²nicos que se benefician son los turoperadores y las grandes empresas¡±, argumenta Alexander Panczuk, director ejecutivo de la fundaci¨®n TUI Care. El coste de abrir una academia como esta se sit¨²a entre los 300.000 y los 400.000 euros, aunque la duraci¨®n y el coste anual por alumno var¨ªa mucho seg¨²n la ubicaci¨®n del programa: en Atenas, por ejemplo, est¨¢ en unos 4.000 euros, mientras que en Zanz¨ªbar se queda en unos 600.
El empoderamiento femenino, un desaf¨ªo
En una sociedad tradicional como la de Sri Lanka, incorporar a la mujer joven a las oportunidades que abr¨ªa este programa no fue nada f¨¢cil. ¡°Cuando comenzamos con las conversaciones, en 2017, nos dijeron que nos olvid¨¢ramos de traer mujeres a trabajar en los hoteles, porque para muchos locales, el turismo est¨¢ asociado con la prostituci¨®n¡±, recuerda Panczuk. Un obst¨¢culo significativo que solo ha sido posible superar gracias a la labor sobre el terreno de organizaciones como SOS y YCI, trabajando con las diferentes familias y haci¨¦ndolas ver lo que sus hijas iban a hacer y las oportunidades que se les abrir¨ªan en la vida.
Afortunadamente, muchas cosas han cambiado y la gente empieza a ver que hay otras formas de turismo: de hecho, el 40 % de las estudiantes actuales del programa en este primer turno son mujeres, y todos los actores implicados esperan mantener similares porcentajes en el futuro. ¡°Ellas est¨¢n en una situaci¨®n de especial vulnerabilidad, porque simplemente no tienen oportunidades. Se suponen que, si no tienen hijos, son las que tienen que cuidar a los ancianos; y si los tienen, entonces han de cuidar de ellos¡±, a?ade. No se trata solo de seleccionar a los estudiantes, sino tambi¨¦n de educar a los padres, para que adem¨¢s de permitirles incorporarse a la escuela, les apoyen despu¨¦s a lo largo del camino, y no tengan que abandonar a la primera dificultad que surja.
¡°En un principio, pens¨¢bamos atraer a mujeres j¨®venes que viv¨ªan a dos o tres horas de aqu¨ª. Pero todos nos dijeron que, aunque al principio no ser¨ªa un problema, en el momento en que alguien de la familia cayera enfermo, ellas deber¨ªan quedarse a cuidarlo, porque ese es el papel que tienen las mujeres. Y como no habr¨ªa forma de compaginarlo con un traslado de tres horas, acabar¨ªan por abandonar el trabajo¡±, sostiene Panczuk. Algo que podr¨ªa suceder con Sanduni Lakshira, una joven de 20 a?os que sue?a con convertirse en chef de su propio hotel restaurante junto al mar, en Seenigama, su aldea natal. Mientras llega ese momento, disfruta especialmente del programa pasando tiempo con sus amigos y ayud¨¢ndose mutuamente.
La prioridad de la fundaci¨®n es siempre la de facilitar el acceso al empleo de los j¨®venes en situaci¨®n de vulnerabilidad, lo que incluye tambi¨¦n a otros colectivos seg¨²n las necesidades de cada destino: en Vietnam, no hay enfoque especial en el empoderamiento femenino porque el acceso de la mujer al trabajo no es un problema; en Zanz¨ªbar, por otro lado, incorporar¨¢n a personas LGTB, y en la Rep¨²blica Dominicana resulta fundamental entender y atender a la problem¨¢tica relacionada con el embarazo juvenil, lo que hace necesario incorporar temas de educaci¨®n sexual en el curr¨ªculum o generar sistemas de guarder¨ªas con los futuros empleadores. En Marruecos, la fundaci¨®n apoya un programa que ha devuelto las bicicletas a las calles de Marrakech, a trav¨¦s de una iniciativa por la que se est¨¢ ense?ando a 90 mujeres no solo a montar en bici, sino a convertirse en gu¨ªas tur¨ªsticas y mec¨¢nicas, adem¨¢s de trabajar con artistas locales que decoran las cestas con las que van equipadas las bicicletas.
En todos los casos, siempre subyace un objetivo com¨²n: que los proyectos se conviertan en sostenibles y que la comunidad local pueda tomar el relevo tras los a?os de apoyo de la fundaci¨®n. Los asistentes al acto de inauguraci¨®n de la academia esrilanquesa plantaron unos ¨¢rboles de canela que dar¨¢n paso a futuras cosechas de batata o pimiento, con la intenci¨®n de convertirse en una escuela autosuficiente.
Colaboraci¨®n con Aldeas Infantiles SOS
Los estudiantes que, a lo largo de estos tres a?os, participar¨¢n en el programa provienen tanto de comunidades vulnerables pr¨®ximas como de las aldeas infantiles SOS repartidas por toda la isla. En la de Galle han encontrado cobijo 81 ni?os hu¨¦rfanos o abandonados por sus familias, repartidos en 12 casas cuyos nombres (Sanasuma (consuelo), Somnasa (placer), Sahanaya (confort), Isuru (prosperidad) o Jaya (¨¦xito), entre otros) son reflejo de las mismas aspiraciones que la mayor¨ªa de los j¨®venes occidentales no se cuestionan en su d¨ªa a d¨ªa. La recepci¨®n de este peque?o pueblo da la bienvenida al visitante con una colecci¨®n de trofeos deportivos y una fila de retratos de boda de antiguos hijos, que pudieron salir adelante y formar sus propias familias. Todo es posible, parecen decir, con el apoyo adecuado, ante los miembros de la prensa europea que acudieron a este viaje organizado por la fundaci¨®n.
Se trata, en definitiva, de un complejo abierto a la naturaleza que les ofrece no solo la protecci¨®n o la educaci¨®n que de otra manera no tendr¨ªan, sino el hogar, el amor y el cuidado de una nueva madre y de una familia de la que carec¨ªan en sus lugares de origen; un lugar al que siempre podr¨¢n volver, incluso despu¨¦s de haberse ido, si las cosas no les van bien. Entre esos j¨®venes, encontramos a Suraj (17 a?os) y Dilini (19), de car¨¢cter algo reservado; ambos viven en la aldea y participan en el programa de la fundaci¨®n: si ¨¦l disfruta especialmente las clases de cocina, ella prefiere servir comida y bebida mientras imagina, con su escaso ingl¨¦s, el d¨ªa en que trabajar¨¢ en un hotel de cinco estrellas.
Convertirse en una madre SOS no es un trabajo cualquiera: no se trata de la cuidadora de un orfanato sino de un compromiso a largo plazo al que se accede tras completar un entrenamiento exhaustivo de tres a?os: una formaci¨®n intensiva de tres meses en la que aprenden todos los aspectos b¨¢sicos de su futuro trabajo, seguido de un descanso de siete d¨ªas en el que vuelven a sus casas y deciden si quieren continuar. En caso afirmativo, invertir¨¢n dos a?os para aprender todo lo relativo a econom¨ªa dom¨¦stica y el cuidado de los ni?os, y un tercero en el que har¨¢n la labor de ¡°t¨ªas¡±, bajo la supervisi¨®n de una madre SOS. Despu¨¦s, en su propia ¡°casa¡±, se ocupar¨¢n de la crianza de entre ocho y diez alumnos.
Turismo con conciencia social
En tan solo tres a?os, la labor de la fundaci¨®n TUI Care se ha extendido por todo el mundo, con la intenci¨®n de que las comunidades locales se beneficien tanto como sea posible de los beneficios que aporta el turismo internacional. Una labor social que cuenta con las donaciones de los clientes del grupo TUI y que espera alcanzar a finales de 2021 un presupuesto global de 10 millones de euros, repartidos entre academias como la inaugurada ahora en Sri Lanka, iniciativas de empoderamiento local, una labor de concienciaci¨®n medioambiental con estudiantes de preescolar (a trav¨¦s de las Junior Academies, en diferentes ubicaciones de ?frica y Am¨¦rica), e iniciativas de protecci¨®n de tortugas marinas en destinos tur¨ªsticos repartidos por todo el mundo.
En estas academias infantiles se trabaja con ni?os de las escuelas p¨²blicas, ense?¨¢ndoles aspectos b¨¢sicos relacionados con el entorno natural: desde respetar a los animales a ahorrar agua o reducir el consumo de pl¨¢sticos de un solo uso. La intenci¨®n es convertirles en embajadores medioambientales para que lleven lo aprendido a sus casas y, por ende, a las comunidades a las que pertenecen. En muchas de ellas, la falta de opciones y alternativas ha potenciado la caza furtiva de elefantes y rinocerontes, un problema de tal escala que se ha convertido en una guerra que causas v¨ªctimas mortales cada semana. "Se trata de plantar una semilla, porque as¨ª es mucho menos probable que esos ni?os se conviertan en cazadores furtivos en un futuro", termina Panczuk.
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