Navantia, entre la chapa y el avatar
La empresa p¨²blica afronta el salto a la digitalizaci¨®n mientras busca pedidos para mantener el empleo en todos sus astilleros
La Armada espa?ola ha encargado 5 fragatas F-110 a Navantia, pero el astillero p¨²blico construir¨¢ 10. La mitad navegar¨¢n por los mares; el resto, por el ciberespacio. Ser¨¢n gemelos virtuales de los barcos con casco de acero. Ya existen simuladores y reproducciones 3D de los buques de guerra; lo que no hay son avatares (al estilo de la pel¨ªcula de James Cameron) conectados a sus dobles reales y recibiendo en directo toda la informaci¨®n de sus sensores. Ello facilitar¨¢ la instrucci¨®n y el adiestramiento de las tripulaciones, pero tambi¨¦n permitir¨¢ el mantenimiento predictivo: prever con antelaci¨®n cu¨¢ndo se romper¨¢ una pieza reproduciendo las condiciones reales a las que est¨¢ sometida. ¡°Lo m¨¢s parecido¡±, explica un experto, ¡°es la telemedicina, en la que el m¨¦dico monitoriza a distancia las constantes vitales del paciente¡±. Un teleasistente.
Las fragatas gemelas forman parte de Astillero 4.0, un programa con el que Navantia quiere dar el salto a la digitalizaci¨®n e incorporar tecnolog¨ªas como la rob¨®tica, la inteligencia artificial, el big data, la impresi¨®n 3D o el blockchain. El proyecto prev¨¦ una inversi¨®n de 473 millones en cinco a?os y la puesta en marcha de un Centro de Excelencia del Sector Naval (Cesena) en Ferrol. ¡°Un astillero no es como una cadena de montaje de coches, las series son muy cortas y los buques se hacen de uno en uno, casi artesanalmente¡±, explica un ingeniero naval.
Ello no impide que el ¡°astillero inteligente¡± incorpore nuevas tecnolog¨ªas (Navantia ha identificado 13) a los procesos, desde el dise?o hasta el mantenimiento, con el objetivo de reducir en un 20% costes y plazos. ¡°Nos tenemos que transformar, nuestros clientes nos lo est¨¢n pidiendo¡±, alega la presidenta de la compa?¨ªa, Susana Sarri¨¢.
La transformaci¨®n de Navantia pasa por su rejuvenecimiento. En los ¨²ltimos 13 a?os no se han producido ingresos y la edad media de la plantilla alcanza ya los 55 a?os. El plan estrat¨¦gico 2018-2022 prev¨¦ la salida anticipada de 2.207 trabajadores veteranos y la incorporaci¨®n paulatina de 1.658 j¨®venes, sobre una plantilla de 5.000. Para evitar la p¨¦rdida de conocimiento (como pas¨® en anteriores ajustes de plantilla, cuando se prescindi¨® de ingenieros de 50 a?os que se pasaron a la competencia), se han previsto planes de sucesi¨®n en puestos clave.
Los programas de las fragatas F-110 (4.317 millones de presupuesto) y el submarino S-80 (3.906) son la base de una cartera de pedidos de unos 10.000 millones que garantizan el futuro a medio plazo. Pero Navantia no funciona como una empresa unitaria, sino como cinco, tantas como astilleros tiene en la r¨ªa de Ferrol (Ferrol y Fene), la bah¨ªa de C¨¢diz (C¨¢diz, San Fernando y Puerto Real) y Cartagena. Cada uno tiene su especialidad y uno puede estar desbordado de trabajo mientras en otro est¨¢n mano sobre mano.
La construcci¨®n de los dos buques de aprovisionamiento log¨ªstico (AOR) para Australia concluir¨¢ en verano y no se empezar¨¢ a ¡°cortar chapa¡± de las F-110 hasta 2022. Son casi dos a?os de intenso trabajo de ingenier¨ªa y gradas vac¨ªas en el astillero de Ferrol. ¡°La plantilla de Navantia no corre peligro por ser una empresa p¨²blica, pero los subcontratistas no pueden aguantar tanto tiempo sin pedidos¡±, advierten fuentes del sector. Se calcula que la industria auxiliar de Navantia da empleo a 13.000 personas y que los puestos que dependen directa o indirectamente del astillero suman 38.000. Supone el 1,3% del PIB de la provincia de A Coru?a, el 1,9% de C¨¢diz y el 0,7% de Murcia. La desaparici¨®n de este tejido industrial supondr¨ªa un drama para los afectados, pero tambi¨¦n para la industria espa?ola y la Armada, que perder¨ªan unas capacidades que habr¨¢ que buscar en el extranjero cuando hagan falta.
El presidente gallego, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que tiene elecciones auton¨®micas en oto?o, ha pedido que se cubra este hueco con otro AOR para la Armada. Se trata de un dise?o maduro, por lo que su construcci¨®n podr¨ªa empezar de inmediato. Pero la Armada no lo necesita, ya que al buque Cantabria le quedan casi dos d¨¦cadas de vida. La alternativa ser¨ªa venderlo y, con lo que se obtenga por ¨¦l, encargar uno nuevo. Siempre que Hacienda pague la diferencia.
La prioridad de la Armada es un buque de acci¨®n mar¨ªtima (BAM) subacu¨¢tico, para el rescate de submarinos y la protecci¨®n del patrimonio sumergido frente a los cazatesoros. La Armada quer¨ªa tenerlo para las pruebas de mar del nuevo submarino S-80, una fase cr¨ªtica en materia de seguridad, pero ya no llegar¨¢ a tiempo. Los planes de Navantia incluyen la construcci¨®n de dos buques de transporte log¨ªstico para el Ej¨¦rcito de Tierra tras la baja del Camino Espa?ol en noviembre, pero Defensa puede tener la tentaci¨®n de comprarlo en el mercado de segunda mano, m¨¢s barato.
La historia de Navantia (antes llamada Izar y antes Baz¨¢n) es la de una mutua dependencia entre el astillero p¨²blico y la Armada. La empresa es un activo de la defensa, y la Marina de guerra, su mejor cliente. Pero esa intimidad, a veces insana, est¨¢ detr¨¢s de vicios ancestrales como los sobrecostes o la endogamia. La mejor vacuna es salir al exterior. Casi el 50% de los ingresos de Navantia en los ¨²ltimos 10 a?os han venido de las exportaciones. Su ¨²ltimo hito fue la venta de cinco corbetas a Arabia Saud¨ª por 1.800 millones, tras perder la construcci¨®n de nueve fragatas para Australia frente a la brit¨¢nica BAE Systems. En los exigentes mercados anglosajones, Reino Unido y EE UU, tiene su pr¨®ximo reto: competir por tres buques log¨ªsticos para el Ministerio de Defensa brit¨¢nico y 20 fragatas FFG (X) para la Navy estadounidense. ¡°Vender fragatas a los norteamericanos, que nos ense?aron a hacerlas, ser¨ªa cerrar el c¨ªrculo virtuoso¡±, aventura Sarri¨¢.
El astillero se ha abierto a otros mercados, como el e¨®lico marino o la construcci¨®n y reparaci¨®n de buques civiles, pero m¨¢s del 80% de su facturaci¨®n procede del sector naval militar, en su forma tradicional (construcci¨®n de buques) o en otras nuevas y pujantes: contratos de apoyo al ciclo de vida (ACV) y transferencia de tecnolog¨ªa (ToT). Navantia espera acabar este ejercicio con 1.200 millones de facturaci¨®n (un 25% m¨¢s) y una reducci¨®n del 30% en las p¨¦rdidas (los n¨²meros rojos rozaron los 225 millones en 2018). El reto de Sarri¨¢ es lograr el equilibrio en 2022.
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