¡°Hoy era la fiesta de inauguraci¨®n¡±
La pandemia ha frenado la apertura de muchos negocios que hab¨ªan gestado su estreno en los ¨²ltimos meses
El viernes 6 de marzo se celebr¨® una gran fiesta en Vigo. Para que algo tenga la certificaci¨®n de ¡°gran fiesta¡± en Vigo necesita contar con la asistencia de su peculiar alcalde, Abel Caballero. Ese d¨ªa Caballero asisti¨® a la inauguraci¨®n del centro de alto rendimiento de deportes electr¨®nicos (e-sports) GK Gaming, un local de 230 metros cuadrados que cuenta con 10 playstations y 30 ordenadores para entrenar a gamers y llegar a formar alg¨²n d¨ªa un equipo profesional. Tras varios meses de trabajo y encontrar financiaci¨®n, Gerardo Pazos, Mar Mart¨ªn y Alejandro Casti?eira cortaron esa noche una cinta de inauguraci¨®n y celebraron una fiesta con 150 personas en un hotel de Vigo. Exactamente siete d¨ªas despu¨¦s lleg¨® el iceberg. Y dos semanas m¨¢s tarde, el local coge polvo cerrado a cal y canto. ¡°Cuando abrimos la calle ya estaba inquieta¡±, dice Mart¨ªn, socia de GK Gaming. ¡°Apenas ven¨ªa gente, empezaba a haber miedo. Y esto nos ha dejado ya fuera de juego¡±.
Su situaci¨®n es la de cientos de negocios que los ¨²ltimos meses estuvieron gestando su estreno para el invierno o primavera de 2020. Muchos han descarrilado antes de ver la luz y algunos, como el caso de la arrocer¨ªa Berlanga de Madrid, frenaron en seco un buen estreno. ¡°Un mes, llev¨¢bamos. La verdad es que iba como un tiro. Se corri¨® la voz y al restaurante empez¨® a venir la gente¡±, dice Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Berlanga, cocinero y alma mater del negocio. El viernes 15 ech¨® el cierre. Y como muchos restaurantes, empez¨® otra din¨¢mica: la de cocinar y repartir a domicilio. ¡°Me he reconvertido¡±, dice Berlanga.
All¨ª cocina en unos fogones a la vista, pero sin nadie, en un local al lado del Retiro de Madrid, una de las zonas caras por excelencia de la capital. ¡°?Problemas? Hay que contar con que el arroz no lo sirves al momento, sino que se transporta. Hay, por ejemplo, mucha m¨¢s dificultad para encontrar los productos frescos. Y evidentemente no es lo mismo venir a un restaurante a comer y a cenar, con lo que supone de consumo y sobremesa, que llevarlo a una casa¡±. Ten¨ªa 16 trabajadores y ha tenido que quedarse con cinco. ¡°Volver¨¢n, pero no sabes cu¨¢ndo¡±, dice. Ese es otro problema: la recuperaci¨®n de la confianza. La explosi¨®n de sentidos al tacto, olfato y gusto que proclaman los cocineros se vuelve ahora en contra. ¡°Va a costar much¨ªsimo que la gente regrese y llene la hosteler¨ªa, que vuelva a ponerse en manos de otros. Esto no va a terminar con la cuarentena¡±, dice Berlanga.
El viernes 27 de marzo iba a ser uno de los d¨ªas m¨¢s felices de la vida de Irene Mestanza y Roberto Loureiro. La pareja, ella camarera y ¨¦l cocinero, trabajaba en el mismo restaurante cuando decidi¨® montar un negocio por su cuenta en uno de los lugares m¨¢s privilegiados de las R¨ªas Baixas, Rax¨® (Poio, Pontevedra). En febrero, Mestanza y Loureiro pidieron que se les pagase el paro todo junto (unos 5.000 euros) para, con ese dinero, ayudar a completar los pagos de alquiler y reforma de su nuevo local, contaron a La Voz de Galicia. Desde diciembre llevaban poni¨¦ndose manos a la obra en su sue?o profesional, As 7 L¨²as, una parrillada en la que han invertido todo. Un dinero que deben de gastar en el negocio, pero que necesitan ahora para poder vivir d¨ªa a d¨ªa, relatan a EL PA?S.
La gestor¨ªa les ha pedido que guarden religiosamente todos los recibos para poder pelear por ese dinero. ¡°Entregamos toda la documentaci¨®n para darnos de alta como aut¨®nomos, pero lleg¨® esto y lo par¨® todo de golpe. Nos hemos quedado en un limbo. Los papeles presentados, el restaurante equipado y listo para abrir. Hasta un cantante contratado para la inauguraci¨®n de hoy [la conversaci¨®n se produce el viernes]¡±, cuenta Irene Mestanza.
El pago de la prestaci¨®n del paro se produjo el 10 de marzo; con ese dinero empezaron a pagar todo aquello que hab¨ªan dejado se?alizado (mobiliario, electrodom¨¦sticos). Ahora Espa?a est¨¢ parada, encerrada, de cuarentena. Mestanza y Loureiro est¨¢n intentando que al menos se les permita servir comidas a domicilio, de momento sin ¨¦xito. La situaci¨®n, como dicen, ser¨¢ insostenible si la cuarentena se prolonga. ¡°El Gobierno ha habilitado una prestaci¨®n de desempleo para aut¨®nomos. Esa prestaci¨®n adem¨¢s es para quien haya visto reducidos sus ingresos en un 75%, pero nosotros ni alta, ni hemos podido facturar¡±. ¡°As¨ª que no sabemos¡±, dice Mestanza riendo, ¡°si nos va bien o mal¡±.
En Madrid, la marca de moda de mujer Maksu lleva ocho meses preparando su desembarco en Espa?a. Por fin abrieron su tienda el 27 de febrero. Tuvieron buena acogida pero enseguida echaron el cierre. Sus 10 empleados se encuentran en este momento trabajando desde casa. Y ahora est¨¢n preparando su salida al comercio online para mostrar su colecci¨®n, pero no vender¨¢n en esta ¨¦poca. La prioridad, dicen, es la salud de todas las personas involucradas en el proceso: de sus equipos, sus clientes y de todo el mundo. S¨ª preparan acciones para ayudar a combatir la pandemia.
No deja de ser parad¨®jico que una situaci¨®n as¨ª le haya pasado a Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Berlanga, propietario de la arrocer¨ªa Berlanga e hijo del mito del cine espa?ol Luis Garc¨ªa Berlanga, director de La escopeta nacional. ¡°Hay cosas en esta vida m¨¢s berlanguianas de las que caben en la cabeza de mi padre¡±, dice. ?D¨®nde pondr¨ªa la c¨¢mara Berlanga hoy? Sonr¨ªe, piensa un segundo. ¡°Pondr¨ªa a la familia Leguineche a vender respiradores artificiales¡±.
La pasteler¨ªa de Zamora que a¨²n no ha llegado a ver la luz
En Zamora se ha quedado sin abrir una pasteler¨ªa, La Golosa, que la joven Sara de la Granja empez¨® a idear hace meses hasta encontrar un local en el que instalarse. De la Granja se empez¨® a aficionar a hacer tartas decoradas para amigas y ese pasatiempo se convirti¨® en vocaci¨®n, cont¨® hace d¨ªas al diario 'Zamora24horas'. As¨ª que empez¨® a buscar bajos por la ciudad y al final, despu¨¦s de mucho buscar, encontr¨® uno en el que invertir. Por ¨¦l paga ahora alquiler, luz y mercanc¨ªa, aunque est¨¦ cerrado; le dio tiempo a dar de baja a su hermana como empleada y cobrar la cuota de aut¨®noma que le corresponde ella.
De la Granja cuenta a este peri¨®dico que, antes de que estallara la emergencia sanitaria, hab¨ªa puesto de fecha de inauguraci¨®n el pasado domingo 22 de marzo, hace exactamente una semana, para que ese d¨ªa viese por fin la luz su negocio. Pero ese d¨ªa y los que siguieron no vieron la luz millones de espa?oles encerrados en sus casas.
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