La cartera que desaf¨ªa al coronavirus: ¡°Hay que luchar por la gente mayor¡±
Equipada con mascarilla, guantes y gel desinfectante Noelia Gallego, empleada de Correos, recorre las calles vac¨ªas de Madrid
Aunque la sensaci¨®n en el exterior sea t¨®xica el sol brilla y seca la ropa que cuelga en las fachadas y balancea. Detr¨¢s de esas telas asoman algunas personas que dejan ver la vida en el interior, que ahora tiene el monopolio, a trav¨¦s de los balcones y ventanas de los edificios en el ¨¢rea de San Blas-Canillejas, un distrito hist¨®ricamente obrero situado en el este de Madrid. En uno de los bajos, detr¨¢s de unos barrotes, se intuye la figura de una anciana, que llama a la cartera:
¡ª?Cu¨¢ntos d¨ªas vienes en semana? Es que me han dicho en la empresa que ya tienen la resoluci¨®n de la discapacidad y estoy esperando mi notificaci¨®n.
¡ªEl correo est¨¢ llegando todos los d¨ªas.
Al otro lado de la ventana responde Noelia Gallego, 31 a?os, que lleva los ¨²ltimos 11 trabajando en Correos. Tambi¨¦n lo sigue haciendo desde que el pasado 14 de marzo el Gobierno decretara el estado de alarma y restringiera la movilidad de los espa?oles por la crisis del coronavirus. Y, como todos, ella dice que tiene miedo cuando sale a la calle para realizar su trabajo, al igual que lo siente cuando va al supermercado, pero enseguida se refiere a la situaci¨®n que acaba de vivir, con la se?ora de la ventana, para valorar la importancia de que la correspondencia llegue al buz¨®n, incluso en los peores momentos. ¡°Aunque parezca mentira, muchas de estas cartas que llevamos son muy importantes para mucha gente¡±, reflexiona. ¡°Esa mujer necesita que le llegue eso¡±.
Gallego volver¨¢ ma?ana, a pesar de la entrada en vigor de la ampliaci¨®n del confinamiento ordenada por el Gobierno, ya que su trabajo queda excluido del permiso retribuido regulado, seg¨²n el listado detallado en el Real Decreto 10/2020 publicado la noche del domingo en el BOE. ¡°Las del operador designado por el Estado para prestar el servicio postal universal¡±.
Esto es lo que ha mantenido Correos: cartas y tarjetas postales de hasta 2 kilos, paquetes de hasta 20 y los giros postales. La primera semana, de todos los empleados, 53.041, solo trabajaron de forma presencial una media de 11.640 personas, un 22%, ¡°el min¨ªmo imprescindible¡±, aseguran en la empresa p¨²blica. Adem¨¢s, las oficinas se han mantenido abiertas, pero con horario reducido ¡ªde 09.30 a 12.30 de lunes a viernes¡ª y se estableci¨® un protocolo para no tener contacto con los clientes, ni siquiera a trav¨¦s de la PDA, donde habitualmente se firma la recepci¨®n del correo certificado.
Equipada con unos guantes y un bote de gel desinfectante que saca constantemente, Noelia cuenta a trav¨¦s de una mascarilla el impacto que le causa el nuevo aspecto del barrio: ¡°Ir por la calle y no saludar a alguien cada dos metros es raro. Cuando no te paraba una vecina te paraba otra. Es un barrio muy transitado y ahora no hay nadie¡±, describe mientras introduce cartas de portal a portal. ¡°Te hablan como con miedo, intentando mantener la distancia de seguridad¡±.
El primer golpe de realidad fue cuando cerraron los colegios. ¡°Tengo ni?os peque?os y dije, pues con mis padres y ya est¨¢. Y mi madre es una paciente de riesgo, pero esos primeros d¨ªas no lo pens¨¦¡±. Luego lleg¨® el estado de alarma y la empresa de su marido decidi¨® aplicar un ERTE, as¨ª que ¨¦l se pod¨ªa quedar con los ni?os. ¡°Ah¨ª tomamos la decisi¨®n. Yo me iba a coger una licencia, porque en Correos te dan la opci¨®n, o vacaciones, pero entonces mi marido lleg¨® a un medio acuerdo con su trabajo¡±. Ella sigui¨® trabajando y cada vez que llega a casa inicia su propio protocolo: pone su ropa a lavar, se mete en la ducha y le echa desinfectante a todo: ¡°Por miedo. Se supone que a los ni?os no les afecta, pero tampoco me f¨ªo¡±.
Lo peor, dice, es no poder ver a su madre, que adem¨¢s est¨¢ considerada grupo de riesgo despu¨¦s de que hace 10 a?os sufriera un ictus que hace tres la llev¨® a otra operaci¨®n. Y extiende esa preocupaci¨®n a todas las personas mayores, tan presentes en las calles donde reparte a diario: ¡°En este barrio la gente se ayuda mucho. Hay carteles para ofrecerse gratuitamente a hacerle la compra a gente mayor¡±, se?ala Noelia. ¡°Hay que luchar por toda esa gente mayor que tanto lo ha hecho por nosotros¡±.
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