¡°Sin condiciones¡±: un salto revolucionario
El ¨²nico requerimiento para acceder al apoyo financiero europeo es el compromiso de usarlo para sufragar los costes de la sanidad relacionados con la pandemia
El salto es gigantesco. La activaci¨®n de una l¨ªnea preventiva de pr¨¦stamos por 240.000 millones allegados del fondo de rescate permanente o Mecanismo de Estabilidad (Mede), decidida por el Eurogrupo, tiene un componente cuasi revolucionario. Pues no impone condiciones espec¨ªficas; no aplica a los vulnerables aceite de ricino austeritario; no les exige compromisos con un Memor¨¢ndum de Entendimiento (MOU) salvaje, como ocurri¨® con el primer rescate griego.
¡°El ¨²nico requerimiento¡± para acceder al apoyo financiero contra la pandemia ser¨¢ que sus destinatarios ¡°se comprometan¡± a usarlo para apoyar ¡°la financiaci¨®n dom¨¦stica directa o indirecta de los costes de la sanidad, cura y prevenci¨®n relacionados¡± con la pandemia, reza el apartado 16 de la decisi¨®n.
Este requisito es muy gen¨¦rico. Contrasta, desde luego, con lo que desde la Gran Recesi¨®n se consideraba como ¡°condicionalidad estricta¡±, a saber, objetivos m¨¢s duros y en plazos m¨¢s acelerados para la reducci¨®n del d¨¦ficit y la deuda p¨²blicos.
Lo grandioso del caso es que esa exigencia antecede al Mede. Para poder abordar su creaci¨®n cubriendo un vac¨ªo legal hubo que reformar por la v¨ªa r¨¢pida hasta el Tratado de Funcionamiento de la UE (el 25 de marzo de 2011): se a?adi¨® a su art¨ªculo 136 un apartado autorizando a los socios de la moneda ¨²nica a crear un mecanismo para ¡°salvaguardar la estabilidad de la zona euro en su conjunto¡±, ordenando que toda ayuda ¡°se supeditar¨¢ siempre a condiciones estrictas¡±.
Y el Tratado que cre¨® ese nuevo mecanismo permanente ¡ªla reconversi¨®n m¨¢s institucional de la Facilidad de Estabilidad o fondo de rescate temporal activado para Grecia en mayo de 2010¡ª, de 2/2/2012, pero ratificado en oto?o, recog¨ªa la expresi¨®n de ¡°estricta condicionalidad¡± (que ¡°se especificar¨¢¡±), hasta seis veces (sexto considerando y art¨ªculos 3, 12, 13, 14 y 15).
Puede defenderse con solvencia que el requisito gen¨¦rico es una leg¨ªtima interpretaci¨®n amplia de ambos tratados, en vez de la can¨®nica, restrictiva. Y que nada hay m¨¢s estricto que la realidad ¡ªo el peligro¡ª de una Gran Recesi¨®n II de origen ¡°externo¡±, pand¨¦mico, que afectar¨ªa brutalmente ¡°a todos¡± los miembros y por el que no se pueden pedir mayores esfuerzos o sacrificios a uno o varios en concreto, como argumenta el Eurogrupo.
Pero ojal¨¢ alguien pleitee contra esta decisi¨®n ante el Tribunal de la UE, sin que ello la suspenda. Su doctrina sobre los instrumentos del BCE para comprar deuda p¨²blica (las OMT y la expansi¨®n cuantitativa de Mario Draghi), que grupos ultras alemanes reputaban ilegales, los valid¨®. Los consagr¨® como necesarios para cumplir el fin de la pol¨ªtica monetaria en el BCE y su transmisi¨®n a todos los socios.
Aqu¨ª se validar¨ªa una nueva pol¨ªtica fiscal en la Uni¨®n: desbrozar¨ªa el intrincado camino legal posterior hacia la deuda mancomunada, posiblemente sin necesidad de recurrir a una nueva reforma del Tratado. Algo hoy muy arduo por culpa del activismo antieuropeo del populismo ultra.
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