Espa?a acierta cuando va de Europa
La contribuci¨®n espa?ola al plan de reconstrucci¨®n econ¨®mica de la UE tras la pandemia es excelente
Espa?a acierta cuando propugna, abandera y arrima el hombro a la causa de m¨¢s Europa. Y yerra si sestea, ombliguea o se automargina. La contribuci¨®n espa?ola al plan de reconstrucci¨®n econ¨®mica de la UE tras la pandemia (Spain¡¯s non paper on a european recovery strategy, 19/4) es excelente.
No es ins¨®lito, pero s¨ª poco frecuente. Bajo el Gobierno de Mariano Rajoy present¨® dos grandes documentos (ver esta columna del 27/5/2015 y del 14/5/2017) sobre el mismo asunto, completar la uni¨®n econ¨®mica y monetaria.
Pero ahora va m¨¢s all¨¢. Por razones pol¨ªticas. Afrontamos una crisis existencial. La ministra del ramo, Nadia Calvi?o, conoce el monstruo desde dentro. El presidente Pedro S¨¢nchez juega todo a esta carta. Y eso fermenta y se despliega sobre una conjunci¨®n astral en Bruselas/Estrasburgo.
Lean si no, las sugerentes contribuciones en este diario de los eurodiputados de distinta filiaci¨®n Jon¨¢s Fern¨¢ndez, Ernest Urtasun y Luis Garicano. Solo es de a?orar la de Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Margallo: ?denle cancha!
La aportaci¨®n espa?ola ya vuela ¡ªen sentido bruselense, progresa¡ª al inspirar la propuesta de la Comisi¨®n, pues plantea un m¨¢ximo indispensable contra la debacle econ¨®mica inminente.
A saber: un fondo nutrido (1,5 billones de euros); dispensado en subsidios y no cr¨¦ditos; financiado por el mercado y el BCE mediante la emisi¨®n de deuda com¨²n, perpetua y mancomunada pero a¨²n no mutualizada (la responsabilidad ser¨ªa limitada); garantizado por un margen en el presupuesto com¨²n, lo que evita alzas de deuda para los beneficiarios y para los m¨¢s contribuyentes; y con intereses m¨ªnimos costeados por nuevos recursos (impuestos ecol¨®gico o digital).
Es una ambici¨®n m¨¢xima, si bien Par¨ªs sigue apretando por la deuda mutual. Y tambi¨¦n un m¨ªnimo compartible por Berl¨ªn ¡ªsiempre la clave¡ª, pues usa ¡°los mecanismos legales existentes¡±: ?desde el presupuesto! Eso acota la responsabilidad de cada socio a su cuota; le permite presentarlo a sus electores como la ampliaci¨®n de algo conocido y digerido; y preserva el control democr¨¢tico sobre su esfuerzo contributivo.
Y no espera a nuevos instrumentos (?vendr¨¢n!), lo que requiere meses de trabajo t¨¦cnico y pol¨ªtico, si no a?os. Lo urgente pide paso. Y lo abre a lo decisivo.
Ocurre que ya el presupuesto como palanca y la Comisi¨®n como agente son herramientas empleadas para planes econ¨®micos financiados con la emisi¨®n de deuda europea en el mercado.
No son blasfemia. Operan dentro del Tratado. Su art¨ªculo 143 arbitra ayudas a la balanza de pagos, en caso de turbulencias, de socios externos al euro. Este ejemplo no es la base jur¨ªdica (puede serlo el art¨ªculo 122), pero s¨ª un referente piloto, real, hist¨®rico.
Porque el tal 143 (sus predecesores) se despleg¨® en el reglamento 332 de 2002 (trasunto de otro de 1988), que proclama la ¡°asistencia mutua¡±, la ¡°intervenci¨®n inmediata¡±, el uso del cr¨¦dito de la UE ¡°para tomar ella misma fondos prestados¡±, ¡°financiados exclusivamente recurriendo al mercado de capitales¡± y dispensarlos ¡°por mayor¨ªa cualificada¡± y no por la unanimidad que vadea los vetos.
As¨ª se otorgaron 14.400 millones a Hungr¨ªa, Letonia y Rumania en la Gran Recesi¨®n. No es la cifra ni la norma concreta lo aplicable, sino el hecho de que el recurso a la deuda apalancada en el presupuesto es legal, conocida y practicable en un minuto.
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