El virus silencia a las orquestas populares
Los m¨²sicos de las fiestas en Galicia temen por un negocio que mueve 100 millones y da de comer a 5.000 familias
La paga de verano casi siempre lleg¨® por partida doble a Teixeiro (A Coru?a). Cada 18 de julio desde 1945, los trabajadores de la f¨¢brica de arseniatos recib¨ªan la gratificaci¨®n al son de las orquestas m¨¢s cotizadas de Galicia, hasta que la planta cerr¨® a mediados de los a?os sesenta. Pero la verbena sobrevivi¨®, y este pueblo de apenas 1.000 habitantes sigue celebrando dos grandes fiestas: los j¨®venes organizan la de julio, mientras que los mayores se hacen cargo de las patronales de septiembre, con 80.000 euros de presupuesto. Y ahora quienes pagan son los vecinos. Cada casa da lo que puede, aunque pocas bajan de los tres ceros. Este a?o se ahorrar¨¢n el impuesto por culpa de un virus que ha conseguido lo que la desindustrializaci¨®n nunca logr¨®: el silencio. Con ¨¦l, se ponen en riesgo la ilusi¨®n de miles de parroquias gallegas que, como Teixeiro, trabajan todo el a?o para disfrutar de dos o tres noches de verbena, y un negocio que da de comer a 5.000 familias. Este verano, la comunidad aut¨®noma se juega 100 millones de euros en el palco de la fiesta.
Luis Novo nunca pens¨® que tendr¨ªa que afrontar una situaci¨®n as¨ª cuando se ofreci¨® voluntario, con otros cinco amigos, para organizar la verbena en honor a Nuestra Se?ora de los Remedios. En el peculiar sistema gallego, no son los Ayuntamientos, sino las comisiones vecinales, quienes contratan a las orquestas. Muchas veces se dejan apalabradas de un a?o para otro, y en primavera se cierran los contratos. Pero Novo no ha firmado ninguno: las fiestas se han suspendido. ¡°No hemos podido hacer actividades para recaudar y la gente est¨¢ tocada econ¨®micamente¡±, se lamenta. Y eso que a Teixeiro siempre iban la orquesta Panorama o la Par¨ªs de Noia, dos conjuntos que simbolizan mejor que nadie la importancia para Galicia de una actividad que, seg¨²n fuentes del sector, mueve el 80% del negocio de toda Espa?a.
El coronavirus lo ha trastocado todo. Las orquestas fueron las primeras empresas en cerrar y ser¨¢n las ¨²ltimas en abrir. ¡°Esto es una cat¨¢strofe¡±, reconoce V¨ªctor Ant¨®n Rodr¨ªguez, de 48 a?os, antes de pedir que no se lance un mensaje catastrofista. Tras dos d¨¦cadas recorriendo las parroquias con la orquesta Marbella, primero como cantante y despu¨¦s como gerente, Rodr¨ªguez dirige Gaias, la mayor agencia de representaci¨®n del sector en Espa?a. En sus manos est¨¢n 70 de los 250 conjuntos profesionales que hay en Galicia, todos los grandes, pero desde el 16 de marzo no ha cerrado ning¨²n encargo. De las 5.600 actuaciones que gestiona al a?o, solo tiene contratadas 2.000. Pagadas, ninguna. Y m¨¢s de un millar ¡ªtodas hasta junio y parte de las que ven¨ªan despu¨¦s¡ª ya se han cancelado. Estos d¨ªas atiende decenas de llamadas de las comisiones, esperanzadas ante la mejor¨ªa del virus, y se afana por evitar el peor de los escenarios: el cierre. ¡°Creo que las orquestas desaparecer¨¢n y muchos ancianos morir¨¢n de pena¡±, vaticinaba hace solo un mes.
Salvar la temporada
Las bandas no pueden tocar a puerta cerrada y no cobran hasta que tocan. Las inversiones solo se recuperan al final de la temporada, que en la mayor¨ªa de los casos va de marzo a octubre, con julio y agosto como meses estrella. Los ingresos estivales sirven para aguantar durante el invierno. Por eso perder un verano supone quebrar toda la cadena. Manuel Fari?a lo sabe bien. El presidente de la Asociaci¨®n Galega de Orquestras (AGO) acababa de comprar todo el material para la suya cuando se decret¨® el estado de alarma y ahora se ve agobiado por las deudas. ¡°Abrir las fiestas a finales de verano no es una soluci¨®n. ?C¨®mo haces para mantener todo el chiringuito hasta esa fecha?¡±.
Si las orquestas caen, desaparecer¨¢n con ellas 96 millones de euros de facturaci¨®n directa, 20 millones en inversiones y 5.000 puestos de trabajo. Los representantes del negocio obtuvieron este lunes el apoyo de la Xunta para retomar la actividad a partir de julio, pero la incertidumbre sobre la evoluci¨®n de la pandemia y las restricciones que tendr¨¢n que afrontar invitan a la prudencia. El sector reclama ayudas. El da?o es ya irreparable.
Blas Pi?¨®n, el emblema de la Par¨ªs de Noia, reconoce que es el peor momento que ha vivido desde que se subi¨® por primera vez a un escenario en 1981, aunque lanza un mensaje optimista: ¡°La gente va a querer desquitarse, y qu¨¦ mejor para pasarlo bien que ir a una verbena¡±. No va a ser f¨¢cil. Los cantantes de las grandes bandas se afanan por mantener a sus seguidores movilizados a trav¨¦s de las redes sociales. Sin embargo, los de las peque?as agrupaciones se han quedado en la calle. Rodr¨ªguez calcula que apenas una de cada tres empresas ha podido acogerse a un expediente de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE); las dem¨¢s a¨²n no estaban dadas de alta antes del inicio de la temporada.
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