El cierre de Nissan
Espa?a tiene importantes factor¨ªas de montaje de autom¨®viles, pero no una industria propia, no tenemos marcas, ni productos, ni investigaci¨®n, y los centros de decisi¨®n no est¨¢n en el pa¨ªs
La semana pasada se difundi¨® una muy mala noticia para el sector industrial espa?ol: el cierre de la factor¨ªa de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. La clausura se va a producir casi medio siglo despu¨¦s de la implantaci¨®n de la marca japonesa en Espa?a, que tom¨® una participaci¨®n mayoritaria de la empresa barcelonesa Motor Ib¨¦rica, fabricante de los m¨ªticos tractores, camiones y veh¨ªculos de transporte Ebro y Avia, y que pas¨® a fabricar los Patrol y Vanette, modelos pioneros, entonces, en su gama.
Una noticia como la que nos ocupa, adem¨¢s de causar una profunda tristeza y de significar una ocasi¨®n para rememorar infinidad de vivencias, es tambi¨¦n un momento para abordar una necesaria reflexi¨®n, real y constructiva.
Espa?a cuenta con importantes centros fabriles dedicados al montaje de autom¨®viles, que destacan por su competitividad y productividad. Es una magn¨ªfica realidad industrial, ampliamente reconocida, de la que el pa¨ªs puede presumir y exhibir con orgullo. Ahora bien, contradictoriamente con ello, tenemos que asumir que Espa?a no cuenta con una industria automovil¨ªstica propia. No es nacional la titularidad de las empresas, no tenemos marcas, ni productos, ni investigaci¨®n y desarrollo (solo algo de innovaci¨®n). Los centros de decisi¨®n, lamentablemente, no est¨¢n en Espa?a y nuestros centros fabriles son objeto de las decisiones tomadas, a muchos kil¨®metros de distancia, por sus propietarios, que son empresas de automoci¨®n no nacionales, con sus propios y leg¨ªtimos planes.
Una decisi¨®n como la de Nissan, por su complejidad, no es f¨¢cil de analizar y menos de juzgar, pues son muchos y muy variados los factores y las circunstancias que la motivan. Pero, simplificando, podemos decir que una decisi¨®n de no asignar a una factor¨ªa un nuevo modelo conlleva el cierre de la magn¨ªfica realidad industrial de una factor¨ªa.
Cuando una multinacional toma una decisi¨®n de estas caracter¨ªsticas son ya in¨²tiles las promesas de las administraciones de ayudas econ¨®micas de ¨²ltima hora, de mejoras de log¨ªsticas, de aumento de infraestructuras o de potenciaci¨®n de la industria auxiliar, etc. Cualquier intento, en este orden de cosas, llega ya fuera de tiempo. Pero, paralelamente a ello, hay que resaltar que estas medidas, y otras muchas que cualquier experto del sector conoce, son y deben ser piezas fundamentales de una pol¨ªtica industrial que debe ser formulada en su momento para todo el sector y, desde luego, antes de la decisi¨®n de cierre de un centro fabril.
Las Administraciones P¨²blicas, desde la experiencia y el conocimiento, deben implicarse en establecer los marcos adecuados para incentivar y mantener las inversiones extranjeras y dise?ar unas estrategias de pol¨ªtica industrial a corto y medio plazo. Esta pol¨ªtica debe ser permanente en el tiempo y eficaz en su desarrollo. La cuesti¨®n evidentemente no es f¨¢cil, pero se trata de la necesidad de dise?ar una pol¨ªtica industrial que facilite el mantenimiento de la producci¨®n y del empleo en el cambiante marco actual de las estrategias mundiales de las marcas y con un escenario de globalizaci¨®n.
En este ¨¢mbito de cosas, una de las necesidades que se detectan, a primera vista, es la del reforzamiento del mercado interior. Sin un mercado interior potente y atractivo la presencia de factor¨ªas en el territorio no tiene justificaci¨®n. La situaci¨®n del mercado dom¨¦stico en Espa?a, en estos momentos, ofrece grandes posibilidades con un parque automovil¨ªstico antiguo, obsoleto y no renovado y con un autom¨®vil merecedor de dejar de ser objeto del deseo para cualquier autoridad fiscal que se precie.
Debemos alejarnos del "no hacer", de la inexperiencia y de la improvisaci¨®n, todos ellos malos consejeros de viaje y, sin p¨¦rdida de tiempo, abordar pol¨ªticas de "fomento" bien dise?adas y eficaces, al efecto de conservar la magn¨ªfica realidad industrial de que disponemos, de mantener nuestra posici¨®n como segundo fabricante europeo y de consolidar un sector que representa el 10% de nuestro PIB. ?Ojal¨¢ acertemos!
Jes¨²s Ruiz-Beato Bravo es abogado, exvicepresidente de Nissan y expresidente de la patronal Anfac.
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