Desigualdad pand¨¦mica
Los primeros impactos de la recesi¨®n generada por el coronavirus dibujan un aumento de la brecha social
La voluntad para ¡°salir de esta todos juntos¡± deber¨¢ reforzarse. Porque llueve, graniza sobre mojado: los primeros impactos de la recesi¨®n generada por la pandemia dibujan un aumento de la desigualdad social.
Desde la ¨®ptica de la salud, los contagios en los barrios y poblaciones con menores ingresos multiplican los de las zonas ricas. La pandemia se ha cebado en el distrito barcelon¨¦s socialmente m¨¢s d¨¦bil, Nou Barris, 2,5 veces m¨¢s que en el m¨¢s dotado, Sarri¨¤-Sant Gervasi. Exhibi¨® una tasa de incidencia de 70 casos por cada 10.000 habitantes, contra otra de 28, entre el 26 febrero y el 19 de abril, seg¨²n una investigaci¨®n del Hospital del Mar y el IDIAPJGol (Impact of covid-19 outbreak by income, Journal or Public Health, Oxford).
Lo mismo ocurre en esta segunda ola con los barrios madrile?os m¨¢s populares, que casi duplican la media de la regi¨®n, de 342 casos, entre el 17 y el 23 de agosto, seg¨²n la Comunidad de Madrid. Puente Vallecas (con 761) y Usera (797), con Carabanchel y Villaverde demuestran que el sur tambi¨¦n existe, para lo de siempre.
Desde la ¨®ptica del empleo, tambi¨¦n los m¨¢s vulnerables llevan la peor parte. Dos tercios del mill¨®n largo que perdi¨® su puesto de trabajo en el segundo semestre (confinamiento), eran temporales (671.900) y el tercio restante (361.400) fijos, seg¨²n el INE. Y los j¨®venes afectados supusieron cuatro veces m¨¢s que los mayores de 25 a?os. Asimismo, las mujeres perdieron (un punto porcentual holgado) m¨¢s que los hombres. La pauta solo quiebra en el desglose territorial, pues dos de las tres comunidades m¨¢s afectadas, Catalu?a y Madrid (la otra es Andaluc¨ªa) destacan en renta regional.
El aumento de la desigualdad implica un retroceso sobre lo logrado, en tanto que la tasa de pobreza severa (fue del 3,6% de la poblaci¨®n en 2008) se hab¨ªa ido reduciendo tras la Gran Recesi¨®n, desde el 7,1% en 2013, el pico m¨¢s alto, al 5,4% en 2017 y al 4,7% en 2018.
La extraordinaria velocidad de propagaci¨®n del virus y de su impacto socioecon¨®mico es por desgracia superior a la que registra la ejecuci¨®n administrativa de los (certeros) paliativos p¨²blicos arbitrados. Decenas de miles de trabajadores experimentan retrasos en el cobro del apoyo de los ERTE, por la saturaci¨®n de las oficinas de empleo. De las 750.000 solicitudes tramitadas para acogerse al ingreso m¨ªnimo vital solo han podido analizarse 143.000, de las que 80.000 se han reconocido como correctas. O se aceleran los procesos y se aumenta la dotaci¨®n de los organismos implicados o el inminente subsidio extra para el medio mill¨®n largo de trabajadores que agotaron sus prestaciones acabar¨¢ colaps¨¢ndolos. Y cundir¨¢ el des¨¢nimo social.
Recordemos: contrarrestar la desigualdad no es solo un imperativo de equidad. ¡°Una menor desigualdad y un crecimiento sostenido pueden ser las dos caras de una misma moneda¡±, establec¨ªa el propio FMI (Inequality and unsustainable growth: two sides of the same coin?): ya en 2011.
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