Cerrar la brecha digital para combatir la pobreza en Am¨¦rica Latina y el Caribe

La econom¨ªa digital, la conectividad y las posibilidades que ofrece el trabajo remoto asomaron para amplios sectores sociales y econ¨®micos de Am¨¦rica Latina y el Caribe como un resguardo frente a los efectos devastadores de la pandemia de COVID-19. Pero no todos tienen esa posibilidad.

El acceso a banda ancha de Internet no llega al 50% en la regi¨®n, lo que se traduce en exclusi¨®n digital y menos oportunidades para muchos. Hace ya alg¨²n tiempo se habla de los ¡°pobres digitales¡±. En tiempos de coronavirus esto significa que millones de personas no acceden a posibilidades de empleo remoto, educaci¨®n y formaci¨®n profesional en l¨ªnea, o servicios financieros, entre otros beneficios.

La naturaleza del trabajo est¨¢ cambiando y hay tendencias que persistir¨¢n a¨²n despu¨¦s de la pandemia. Las plataformas digitales, por ejemplo, ofrecen oportunidades antes impensables tanto a profesionales y proveedores de servicios como a trabajadores independientes y peque?os productores y comerciantes de comunidades rurales. Adem¨¢s del mercado nacional, hay enormes posibilidades de ofrecer productos y servicios en el mercado internacional.

Pero para subirse al tren de la econom¨ªa digital ser¨¢ indispensable expandir la conectividad. El reciente informe del Banco Mundial Efecto viral: COVID-19 y la transformaci¨®n acelerada del empleo en Am¨¦rica Latina y el Caribe destaca, entre otras cosas, la importancia vital que tiene ampliar dr¨¢sticamente el acceso a Internet y la penetraci¨®n de la telefon¨ªa inteligente en el nuevo entorno laboral. Lamentablemente, la nuestra corre detr¨¢s de otras regiones del planeta. Exhibe una brecha digital que en lugar de promover la igualdad tiende a exacerbar las inequidades.

Cerrar esa brecha, promover la creaci¨®n de capital humano y abrir oportunidades en el mercado laboral del futuro a la enorme masa de trabajadores que hoy integran la econom¨ªa informal, fuertemente golpeada por la pandemia, son desaf¨ªos impostergables.

Desde 1993, el 17 de octubre de cada a?o observamos el D¨ªa Internacional de la Erradicaci¨®n de la Pobreza. Es una buena oportunidad para resaltar los desaf¨ªos de esta nueva forma de exclusi¨®n, que es urgente remediar si queremos dar los pasos necesarios para un crecimiento inclusivo en la regi¨®n, que ofrezca oportunidades para todos y una salida de la pobreza a los sectores m¨¢s vulnerables.

Latinoam¨¦rica se ha visto duramente impactada por la pandemia, con una ca¨ªda del PIB regional en 2020 proyectada en un 7,9%. Unos 25 millones de puestos de trabajo podr¨ªan desaparecer. En t¨¦rminos de pobreza habremos perdido buena parte de las conquistas logradas durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Seg¨²n nuestras estimaciones, incluidas en el informe semestral El costo de mantenerse sano, presentado d¨ªas atr¨¢s, m¨¢s de 50 millones de personas podr¨ªan volver a caer en la pobreza este a?o. Es un escenario francamente desolador, agravado por la limitada capacidad fiscal que hoy tienen los pa¨ªses de la regi¨®n.

Todos conectados

La creaci¨®n de empleos es la v¨ªa m¨¢s efectiva para erradicar la pobreza. Es fundamental por lo tanto dinamizar las econom¨ªas de la regi¨®n a medida que encaramos la recuperaci¨®n pospandemia. Esto requiere fomentar la producci¨®n, el comercio y la oferta de servicios, actividades que en buena parte tienen ya una base digital.

Pero, para aprovechar las oportunidades de crecimiento que hay en muchos sectores de la econom¨ªa, ser¨¢ necesario promover la innovaci¨®n, mejorar la productividad y, sobre todo, dar un fuerte impulso a la inclusi¨®n digital. Las ventas a trav¨¦s de plataformas de comercio electr¨®nico, los servicios en l¨ªnea y la supervivencia de miles y miles de peque?as y medianas empresas durante la etapa de distanciamiento social fueron posibles gracias al acceso a Internet en millones de hogares.

Muchos m¨¢s deben estar conectados. El Banco Mundial aprob¨® en junio un programa de 94 millones de d¨®lares para apoyar la transformaci¨®n y la inclusi¨®n digital en el Caribe. Adem¨¢s, hace unos d¨ªas se dio luz verde a un proyecto de aceleraci¨®n digital para Hait¨ª, con fondos por 60 millones de d¨®lares. Y en Brasil estamos asesorando al Gobierno en el registro de trabajadores informales mediante el uso de sistemas digitales de identidad, para que puedan recibir asistencia econ¨®mica. La etapa de reconstrucci¨®n de nuestros pa¨ªses va a exigir m¨¢s programas como estos.

En medio de la emergencia, los Gobiernos de la regi¨®n deber¨¢n hacer un uso muy eficiente de recursos que son limitados. La asistencia directa a los sectores m¨¢s vulnerables probablemente ser¨¢ necesaria por alg¨²n tiempo m¨¢s y tambi¨¦n ser¨¢ fundamental reducir el endeudamiento p¨²blico hasta niveles sustentables. Estas prioridades competir¨¢n con las inversiones clave para crear empleo y desarrollar la infraestructura que permita reconstruir las econom¨ªas, as¨ª como el apoyo imprescindible para mejorar la conectividad y el acceso a banda ancha de Internet.

Los beneficios ser¨¢n tanto inmediatos como de largo plazo. Garantizar un mejor acceso a Internet para todos equivale a multiplicar las posibilidades educativas, formativas y laborales de la poblaci¨®n. Es decir, dotarla de m¨¢s herramientas para encarar los enormes desaf¨ªos del futuro.

Carlos Felipe Jaramillo es vicepresidente del Banco Mundial para la regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe.