Presupuestos: una navaja suiza pol¨ªtica
Las cuentas p¨²blicas de 2021 aciertan en la subida de inversi¨®n y gasto en educaci¨®n, I+D+i, pol¨ªticas de empleo y dem¨¢s, pero las previsiones econ¨®micas son dudosas y no est¨¢ claro si el tama?o del est¨ªmulo va a ser suficiente
El presupuesto de 2021 parece una especie de navaja suiza pol¨ªtica, capaz de solucionar toda clase de males. En el Congreso, las cuentas p¨²blicas est¨¢n llamadas a alargar la legislatura y a allanar el camino a la geometr¨ªa variable de apoyos del Ejecutivo: m¨²sica de violines. En La Moncloa est¨¢n destinadas a cimentar la siempre dif¨ªcil relaci¨®n entre los dos socios de la coalici¨®n: Cos¨¬ fan tutte. Y para la econom¨ªa, la monda: a la corta tienen que compensar el casta?azo de 2020, y a medio plazo deben ser el catalizador del ansiado cambio de modelo productivo, que es como la liebre del can¨®dromo, imposible de alcanzar. Cuchillo, destornillador, tijera, lima y abrebotellas. Todo en uno.
Un presupuesto es una expedici¨®n al horizonte. O una variante pol¨ªtica del cuento de la lechera. El horizonte de la econom¨ªa es de lo m¨¢s brumoso, marcado por la incertidumbre de una vacuna que no acaba de llegar y de una segunda ola de contagios que puede provocar estragos. Por eso el cuento de la lechera es en parte tan necesario: la clave del presupuesto no es la subida de impuestos, ni la deuda, ni mucho menos el d¨¦ficit; la clave es si esas cuentas son lo suficientemente expansivas, si hay bastante est¨ªmulo discrecional para el batacazo que se avecina. Ese es el quid, si la fuerte subida de la inversi¨®n y el aumento del gasto en educaci¨®n, I+D+i, pol¨ªticas de empleo y dem¨¢s van a ser suficientes para los antip¨¢ticos riesgos que se acumulan.
Y la respuesta es un monumental s¨ª pero no: los presupuestos son netamente expansivos, pero a la vez los n¨²meros que se conocen hasta ahora dan cuenta de un est¨ªmulo basado en los fondos europeos, los estabilizadores autom¨¢ticos y pizca y media de gasto social. Se pueden quedar cortos. El presidente S¨¢nchez sigue con el partido a partido: salva el tr¨¢mite con Podemos y salva el tr¨¢mite con el calendario en Bruselas, pero a la vez da la sensaci¨®n de que PSOE y Podemos han pactado un proyecto que casi parece m¨¢s preocupado por cumplir los acuerdos de coalici¨®n (de los tiempos prepandemia: de otra era, all¨¢ por el mes de diciembre pasado) que por adaptarse a la realidad.
El punto fuerte es la subida fulminante de la inversi¨®n y el gasto educativo, en investigaci¨®n y compa?¨ªa. Ol¨¦ por ese flanco: es lo fundamental, es lo que Espa?a necesita y es lo que Europa quiere, tres p¨¢jaros de un tiro. El resto es m¨¢s dudoso. El escenario macroecon¨®mico (previsiones de PIB, paro, d¨¦ficit y dem¨¢s parafernalia estad¨ªstica) nace caducado: el Gobierno sigue estimando el crecimiento de 2021 en casi el 10%, sin tener en cuenta el rebrote de positivos y los primeros datos que apuntan a un cuarto trimestre azuloscurocasinegro. Las previsiones de ingresos pecan tambi¨¦n de optimistas. Todo el presupuesto pivota sobre la base de que Espa?a va a ser capaz de gastar en tiempo y forma los 27.000 millones que llegar¨¢n de Bruselas en 2021: una inc¨®gnita. Las subidas fiscales son solo cosm¨¦ticas, pero aun as¨ª son incoherentes con un presupuesto que quiere ser ultraexpansivo. Y el aumento de pensiones y salarios p¨²blicos, superior a la inflaci¨®n, casa mal con una econom¨ªa que cruje por los cuatro costados.
Dicen las encuestas que la mayor parte de los j¨®venes no saben qui¨¦n fue Miguel ?ngel Blanco. El 58% de los brit¨¢nicos creen que Sherlock Holmes era real y Winston Churchill ficci¨®n; un 21% de los estadounidenses est¨¢ convencido de que el Gobierno les oculta la existencia de extraterrestres. Cabe esperar que sea mucho m¨¢s alto el porcentaje de ministros y asesores del Gobierno que intuyen que una vez expiren avales y ERTE las cicatrices sobre la econom¨ªa pueden ser profundas, y es seguro que La Moncloa sabe a ciencia cierta que los 140.000 millones de la UE son la operaci¨®n m¨¢s singular de la historia econ¨®mica reciente, y que de ella depende el futuro de una generaci¨®n o dos. O eso est¨¢ meridianamente claro o la navaja suiza del presupuesto puede tener un temible doble filo.
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