El Tribunal Superior de Justicia de Galicia proh¨ªbe a Alcoa parar las cubas donde produce aluminio
Los magistrados admiten en parte la solicitud de medidas cautelares presentada por CC OO, CIG y UGT, pero rechazan la intervenci¨®n judicial de la empresa
Alcoa no podr¨¢ apagar las cubas donde produce su aluminio. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha admitido en parte la solicitud de medida cautelar de los trabajadores, despu¨¦s de que la empresa anunciara el despido de 524 empleados. Los sindicatos ped¨ªan que la compa?¨ªa estadounidense est¨¦ obligada a mantener las calderas en marcha ¡ªpor la dificultad que significar¨ªa volver a la producci¨®n despu¨¦s de un apagado¡ª, una intervenci¨®n jur¨ªdica por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la prohibici¨®n de despidos y la continuidad de la producci¨®n, mientras se resuelve la impugnaci¨®n al expediente de regulaci¨®n de empleo (ERE). Las ¨²ltimas tres fueron desestimadas por los magistrados, por lo que la firma puede parar la producci¨®n y seguir con los despidos, pero debe mantener las cubas listas para trabajar.
El fallo inyecta un poco de ox¨ªgeno a la f¨¢brica. El comit¨¦ de empresa advirti¨® ya en marzo, y a lo largo de todas las negociaciones del despido colectivo, que el apagado de las cubas podr¨ªa significar el final de la planta. La empresa tiene la visi¨®n opuesta, ya que mantener las calderas encendidas significa continuar con las numerosas p¨¦rdidas que la llevaron a decantarse por el ERE en primer lugar. Son equipos de mucho consumo energ¨¦tico y el coste de servicio para la industria electrointensiva es insostenible en Espa?a. Ese es el problema principal al que empleados y compa?¨ªa se han enfrentado desde hace casi una d¨¦cada.
La resoluci¨®n llega una semana despu¨¦s de una audiencia de m¨¢s de ocho horas, en la que se ventilaron todas las tensiones entre la compa?¨ªa y los trabajadores. El magistrado se vio obligado a recordar varias veces el motivo que reun¨ªa a la sala: las medidas cautelares y no el despido colectivo. No era para menos, ambas partes se han visto en medio de un tira y afloja durante m¨¢s de cinco meses ante la mirada de la Xunta y el Gobierno. El proceso de ERE se prolong¨® en junio con el prop¨®sito de explorar la posibilidad de venta de la planta de Alcoa San Cibrao al grupo brit¨¢nico GFG Alliance. Esta opci¨®n buscaba escapar de un cierre que podr¨ªa afectar a toda la comarca lucense de A Mari?a, con algo m¨¢s de 80.000 habitantes, y afectar a un tercio del PIB de la provincia.
La negociaci¨®n no consigui¨® avanzar de la primera etapa: la hoja de t¨¦rminos. La pugna principal estaba en la refiner¨ªa de al¨²mina anexa a la planta de aluminio. Liberty House, de GFG, reclamaba una compra de todo el complejo industrial que la estadounidense no estaba dispuesta a considerar. Finalmente la brit¨¢nica cedi¨® pero pidi¨® un suministro de 20 a?os de al¨²mina, necesaria para la producci¨®n de aluminio en la f¨¢brica que iba a adquirir. De nuevo, Alcoa consider¨® inaceptables estos t¨¦rminos y, cuando la venta se ven¨ªa abajo, el Ministerio de Industria introdujo una nueva oferta. La SEPI actuar¨ªa de intermediario en el traspaso. Todo qued¨® en nada, el ERE se puso en marcha y se anunci¨® la hibernaci¨®n de las cubas.
El fracaso en la venta elev¨® el tono de las discusiones con la empresa hasta llegar a los tribunales. Aun as¨ª, buena parte de la demanda de los sindicatos ha quedado desestimada. Los magistrados las consideran desproporcionadas y un impedimento para que la compa?¨ªa cumpla con los plazos. La solicitud de intervenci¨®n fue incluso rechazada por el abogado del Ministerio de Industria, que se present¨® ¡ªjunto a la Xunta, en la forma de autoridad laboral¡ª como parte interesada en el proceso. Se calific¨® de desproporcionada, bajo la noci¨®n de que a¨²n existe la posibilidad de negociar con la empresa. Este es un cambio de discurso tras las duras declaraciones del Gobierno y las amenazas de soluciones ¡°menos amistosas¡± del secretario de Industria, Ra¨²l Blanco.
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