El dinero durmiente de la crisis: ¡°Tengo m¨¢s ahorros que nunca¡±
La incertidumbre por el virus y la ca¨ªda del consumo por las restricciones al ocio llevan a m¨¢ximos el ahorro de los espa?oles
Pilar Ruiz, de 33 a?os, es una rara avis. Mientras en abril el mundo parec¨ªa desmoronarse en plena pandemia y los ERTE desbordaban las oficinas de empleo, a ella la ascendieron en su trabajo como analista de negocios para una inmobiliaria. Su hermana Beatriz, de 27, se qued¨® donde estaba: en su puesto de m¨¦dico residente en el centro de salud de Aravaca y haciendo guardias en el hospital Puerta de Hierro de Madrid. Un lugar delicado cuando un virus anda suelto, con mucha m¨¢s exigencia, pero donde tambi¨¦n ha estado protegida de los vaivenes del mercado laboral. Pilar teletrabaja, anul¨® sus planes de viajar a ?frica este verano y su coche apenas sale del garaje. Ya no recorre diariamente los 15 kil¨®metros de ida y 15 de vuelta que separan su casa en Madrid de la oficina. Tampoco se maquilla ni se echa colonia al haber reducido sus salidas al m¨ªnimo. Beatriz enumera las cosas que dej¨® de hacer durante el encierro y todav¨ªa no han retornado con normalidad a su rutina: ir al cine, a conciertos, a restaurantes, viajar. Absorbida por la sobrecarga de trabajo, enfundada en el pijama de hospital, apenas compra ropa.
El cambio de h¨¢bitos por los confinamientos, con muchas menos oportunidades de consumo por los cierres de negocios, unido a la mayor incertidumbre sobre si podr¨¢n mantener sus ingresos en un futuro marcado por la crisis, ha dado pie a un fen¨®meno generalizado entre funcionarios, asalariados o pensionistas que han seguido cobrando puntualmente cada mes: el ahorro de los hogares se ha disparado hasta situarse al final del segundo trimestre en una cifra r¨¦cord del 22,5% de la renta disponible, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. A la misma conclusi¨®n se llega observando las ¨²ltimas cifras del Banco de Espa?a: hasta septiembre, las familias ten¨ªan en dep¨®sitos a la vista 760.300 millones de euros, un nivel sin precedentes. Incluso en verano, donde tradicionalmente bajan por el gasto durante el periodo vacacional, siguieron aumentando.
¡°Los trabajadores que no han perdido su empleo ni han ca¨ªdo en un ERTE [expediente de regulaci¨®n temporal], los que est¨¢n indefinidos, y los que pueden teletrabajar est¨¢n ahorrando mucho¡±, explica Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (Fedea) y profesor de la Universidad Complutense. ¡°Pero si ten¨ªas un contrato temporal y lo has perdido, has entrado en ERTE o est¨¢s en riesgo de pobreza, no puedes ahorrar. Es muy asim¨¦trico, muy desigual en cuanto al nivel de renta¡±, a?ade.
Es una de las paradojas de la pandemia. La ca¨ªda del consumo, del 23,9% en el segundo trimestre, ha penalizado a trabajadores precarios, aut¨®nomos y empresarios, pero infla las cuentas corrientes de aquellos asalariados, funcionarios y jubilados que no han visto mermados sus ingresos. Simplificados, los males para el comercio pueden resumirse en una frase: el que ha perdido poder adquisitivo por la crisis no gasta m¨¢s all¨¢ de sus necesidades vitales porque no puede, y el que lo ha ganado tampoco, porque ahorra ante lo incierto del panorama o la incomodidad de las restricciones.
Cuando se le pregunta si es ahora el momento de su vida en que tiene m¨¢s ahorros, Beatriz Ruiz no duda: ¡°claramente¡±, asegura. El diagn¨®stico sobre sus finanzas personales va acompa?ado de cierto pudor dadas las dif¨ªciles circunstancias por las que atraviesa parte de la poblaci¨®n. ¡°Da un poco de cosa que mientras t¨² sigues ganando dinero haya gente pidiendo para comer, pero para eso est¨¢n las ayudas p¨²blicas¡±, afirma.
Conde-Ruiz cree que los Presupuestos pod¨ªan haber sido mejores si en lugar de subir el sueldo a los funcionarios en un contexto de inflaci¨®n negativa, hubieran agilizado el Ingreso M¨ªnimo Vital o lanzado ayudas temporales a las familias m¨¢s golpeadas. ¡°No solo ser¨ªa m¨¢s justo, sino tambi¨¦n tendr¨ªa un multiplicador del gasto mayor, pues lo van a gastar seguro porque no tienen capacidad de ahorro, mientras que el funcionario ahorrar¨¢ una parte por motivos de precauci¨®n¡±.
El ¨²ltimo viaje de Jos¨¦ Luis Mu?oz-Cobo, de 71 a?os, jubilado y profesor em¨¦rito de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia especializado en ingenier¨ªa nuclear, fue a Argentina en diciembre. Este verano no cumpli¨® con el ritual del gran viaje estival junto a su esposa, Consuelo Hig¨®n. Reconoce que gracias a los ahorros y la pensi¨®n tiene poca incertidumbre, pero defiende que se lo ha ganado tras casi 46 a?os cotizando. Aunque de un modo menos feroz, tambi¨¦n ha sufrido a su modo las consecuencias econ¨®micas de la pandemia: ha aceptado que el inquilino de un negocio de autocaravanas que funciona en una nave de su propiedad en Asturias pague parte del alquiler con retraso, hasta que la situaci¨®n mejore, y sus planes de pensiones vinculados a la Bolsa se han resentido.
Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (Afi), recuerda que son los gastos variables, asociados a la conducta, los que est¨¢n cayendo. Los fijos, como la hipoteca o el alquiler, se mantienen, y en algunos casos como el de la electricidad, el gas o Internet, suben. El madrile?o Miguel ?ngel Rozas, funcionario del Instituto de Cr¨¦dito Oficial desde hace 27 a?os, da fe de ello. No se cuenta entre los que ha ahorrado. Dice que ha tenido que aumentar su tarifa de datos al trabajar desde casa, gasta m¨¢s en calefacci¨®n, ha comprado una silla ergon¨®mica y se permite m¨¢s lujos al hacer la compra en el supermercado. ¡°Para las empresas es un chollo, no pagan aire acondicionado, limpieza, agua, luz ni seguridad¡±; se queja. Algunas entidades, como Afi, han sufragado a sus empleados que teletrabajan el coste de la silla o la mesa de trabajo, pero no es algo generalizado.
El aumento del ahorro tiene un lado positivo. ¡°Creo que en el cuarto trimestre no, pero el a?o que viene con la llegada de la vacuna ese ahorro embalsado acabar¨¢ en consumo¡±, vaticina Ignacio de la Torre. El economista jefe de la firma de inversi¨®n Arcano explica que una de las claves de que el ascenso del PIB espa?ol en el tercer trimestre fuera mayor al esperado es que se infravalor¨® la vuelta del gasto de los hogares. Un informe elaborado por su entidad bajo el t¨ªtulo El mundo post covid anticipa una reactivaci¨®n robusta del consumo. ¡°Recordemos siempre que a la gran tragedia de la gripe espa?ola de 1918-1919 no sigui¨® un estado de depresi¨®n colectiva, sino los alegres y alocados a?os veinte¡±, se?ala el texto.
La Comisi¨®n Europea tambi¨¦n la espera. Aunque en sus previsiones de oto?o, publicadas a comienzos de mes, se muestra prudente a m¨¢s largo plazo. ¡°La ca¨ªda del consumo ir¨¢ seguida por un repunte relativamente fuerte el pr¨®ximo a?o, ya que los hogares liberar¨¢n gradualmente los ahorros acumulados y ajustar¨¢n sus patrones de gasto a la realidad de la pandemia. Sin embargo, se prev¨¦ que el crecimiento del consumo privado se moderar¨¢ en 2022, en gran parte debido a la persistente incertidumbre sobre las perspectivas de empleo e ingresos que probablemente mantendr¨¢n elevados los ahorros preventivos¡±.
La gran pregunta ahora es hasta qu¨¦ punto el ahorro, unido al man¨¢ de los fondos europeos, propiciar¨¢ un c¨ªrculo virtuoso de m¨¢s consumo, m¨¢s crecimiento y m¨¢s empleo. Ontiveros advierte de posibles secuelas psicol¨®gicas en nuestro comportamiento econ¨®mico. Quiz¨¢ el rescate p¨²blico de los m¨¢s golpeados permita un aterrizaje m¨¢s suave, pero no est¨¢ claro que volvamos a tirar de cartera con tanta alegr¨ªa. ¡°La pandemia ha reforzado la percepci¨®n de vulnerabilidad. La crisis de 2007 fue un susto grande. Hizo crecer la percepci¨®n general de que el sistema econ¨®mico era m¨¢s vulnerable de lo que pens¨¢bamos. Y eso se est¨¢ interiorizando¡±, concluye.
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