Palancas para vertebrar Espa?a
El impacto de la despoblaci¨®n se traduce en menor crecimiento, mayor brecha social y deficiencias estructurales
Dijo Arqu¨ªmedes que con un punto de apoyo podr¨ªa mover el mundo, y con esa idea invent¨® la palanca. Pero hoy, no le bastar¨ªa con una sola. Este mundo afronta trascendentales cambios en un escenario complejo, vol¨¢til e incierto. Espa?a no es ajena a ellos, pero adem¨¢s debe abordarlos desde sus particulares desaf¨ªos y necesidades: la de incrementar nuestra inversi¨®n en innovaci¨®n y adem¨¢s conseguir transferirla a la sociedad; la de recuperar el m¨²sculo industrial que perdimos y no terminamos de fortalecer; o la de un modelo educativo para varias generaciones, que asegure la formaci¨®n que van a necesitar nuestros j¨®venes y van a demandar las empresas. Necesitamos, por lo tanto, palancas de diferente ¨ªndole y alcance, y adem¨¢s utilizarlas no por separado, sino debidamente coordinadas en una misma direcci¨®n: mover Espa?a hacia un modelo avanzado y sostenible.
Sumado a estos desaf¨ªos, y en gran parte relacionado con ellos, tenemos adem¨¢s uno crucial: el reto demogr¨¢fico. Muy especialmente, el derivado del reparto de nuestra poblaci¨®n. Hoy, el 90% se concentra en el 30% del territorio. Somos el pa¨ªs con mayor superficie despoblada del sur de Europa y, al mismo tiempo, contamos con 23 de las 33 ¨¢reas de un km? m¨¢s superpobladas del continente. Mientras en estas ¨²ltimas se hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil ofrecer servicios y oportunidades, grandes extensiones se vac¨ªan, se van personas, recursos, riqueza¡
El impacto de la despoblaci¨®n se traduce en menor crecimiento, mayor brecha social y deficiencias estructurales. La dificultad de acceso a y desde estos territorios, tanto f¨ªsico como telem¨¢tico, va ligada a la progresiva carencia de servicios sociales. La Espa?a despoblada se ve abocada al estancamiento. Debemos entender que perdemos todos, y por lo tanto, verlo como un problema de todo el pa¨ªs. Requiere amplitud de miras, acciones decididas con la participaci¨®n de todos, instituciones, empresas y plataformas de la sociedad civil.
Las empresas tenemos una misi¨®n que cumplir. En concreto, multinacionales con larga trayectoria en Espa?a y amplia perspectiva global han venido a ofrecer su visi¨®n de c¨®mo la innovaci¨®n, la industria, la tecnolog¨ªa y la formaci¨®n pueden actuar como fuerzas motrices. El documento Palancas para mover Espa?a formula una serie de ideas que pueden contribuir a ¡°mover Espa?a¡±: innovaci¨®n para mover territorios y sociedades; tecnolog¨ªa para mover la productividad y el progreso; industria para mover la econom¨ªa y los recursos; formaci¨®n para mover el conocimiento y el empleo. Con las empresas como impulsoras, pero siempre en colaboraci¨®n con Gobiernos, instituciones y actores de la sociedad civil. Generar as¨ª ecosistemas de colaboraci¨®n, como los que ya funcionan en algunas regiones, que revitalicen los territorios y al tiempo sirvan para hacer un pa¨ªs m¨¢s sostenible desde el punto de vista demogr¨¢fico, social, econ¨®mico y medioambiental.
El reto demogr¨¢fico no es nuevo, el mundo rural pierde poblaci¨®n desde hace m¨¢s de 70 a?os. Y existe much¨ªsimo conocimiento vertido, que ser¨ªa conveniente aunar y coordinar. Asimismo, tenemos ejemplos en los que fijarnos, como los puestos en marcha en Laponia (Finlandia), los Highlands (Escocia) o el fen¨®meno de las mittelstand en Alemania. Con todo este bagaje, podr¨ªamos formular una serie de propuestas valiosas para movernos hacia un modelo m¨¢s equilibrado y pr¨®spero.
En primer lugar, entender este reto como un desaf¨ªo de pa¨ªs, que incumbe tanto a las zonas deshabitadas como a las superpobladas. Con ese compromiso, estimular e incrementar la inversi¨®n en I+D, con impulso p¨²blico y liderazgo de las empresas; promover la atracci¨®n de inversiones, orient¨¢ndolas en lo posible hacia ¨¢reas en las que generen riqueza y patrimonio industrial; asegurar la conectividad del territorio, a trav¨¦s de una complementariedad entre el esfuerzo p¨²blico y privado; un plan industrial coherente y realista, que explote los recursos y riquezas aut¨®ctonos; un modelo de educaci¨®n sostenible, que, adem¨¢s de potenciar las vocaciones tecnol¨®gicas, la FP y la formaci¨®n continua, permita a los j¨®venes formarse y desarrollar su vida profesional en sus lugares de origen; y un verdadero marco de colaboraci¨®n p¨²blico-privada, que podr¨ªa plasmarse en agencias de desarrollo territorial, al estilo de las que funcionan en Escocia o Finlandia.
Para todo ello, necesitamos determinaci¨®n. Si de verdad queremos mover Espa?a, debemos movernos todos. Solo as¨ª podremos revertir la tendencia y vertebrar el territorio, lo que significar¨ªa tambi¨¦n vertebrar nuestra econom¨ªa y nuestra sociedad.
Helena Herrero es presidenta de HP para Espa?a, Francia, Italia y Portugal, y de la Fundaci¨®n I+E Innovaci¨®n Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.