Qui¨¦n te iba a decir
Estrella Gal¨¢n, patrona de Alternativas y secretaria general de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado, reflexiona a trav¨¦s de la poes¨ªa sobre la pandemia del Covid-19
Qui¨¦n te iba a decir hace unos d¨ªas que ibas a parar. A ti, que eras capaz de estar en tres sitios a la vez, de atender el tel¨¦fono mientras hac¨ªas la compra, gestionabas tres reuniones y reservabas un vuelo para tus pr¨®ximas vacaciones en cualquier rinc¨®n del mundo.
Qui¨¦n te iba a decir hace unos d¨ªas que el balc¨®n de tu casa se iba a convertir en un para¨ªso donde salir a compartir emociones con tus vecinas y vecinos, esos con los que te cruzabas d¨ªa tras d¨ªa, cuando ibas corriendo de un lado a otro, y apenas saludabas por falta de tiempo, haciendo un peque?o gesto con tu cabeza.
Esos con los que ahora est¨¢s deseando verte cada d¨ªa a las ocho de la tarde, y que recuentas ventana a ventana, para ver que nadie falta, que todos seguimos a salvo.
Qui¨¦n te iba a decir hace unos d¨ªas que tu casa se iba a convertir en tu guarida. En ese lugar donde los privilegiados podemos ponernos a salvo, como ese refugio que muchas personas que huyen quieren encontrar. Ese lugar seguro que nunca imaginar¨ªas, ¨ªbamos a necesitar. Qui¨¦n te iba a decir que las nuevas fronteras son los muros de nuestras casas.
Cu¨¢nto tiempo perdido enviando mensajes, vendiendo nuestra ¡®maravillosa¡¯ vida por Instagram, mostrando lo felices que ¨¦ramos, cuando pod¨ªamos vernos y tocarnos. Y ahora que no podemos a?oramos su presencia, su aroma, su estar, su ser, volver a las cosas sencillas, sin postureos ni apariencias tras la pantalla.
Qui¨¦n te iba a decir hace unos d¨ªas que el mensaje de WhatsApp ya no alimenta el alma. Que est¨¢s deseando mirar a los ojos, oler a tu hermana, tocar a tu madre, abrazar al amigo, despedir a tus padres, re¨ªr con los tuyos, llorar tambi¨¦n con ellos.
Qui¨¦n te iba a decir que un d¨ªa, como si de un mal sue?o se tratase, las personas nos ¨ªbamos a convertir en amenazas para las dem¨¢s personas, para los m¨¢s vulnerables, para los ancianos, para los enfermos, para los m¨¢s d¨¦biles. ?Qu¨¦ querr¨¢ decirnos la met¨¢fora?
Qui¨¦n te iba a decir que un d¨ªa las calles iban a estar desiertas, que los hospitales iban a estar repletos, que las casas no iban a estar vac¨ªas, que los h¨¦roes de los cuentos iban a ser m¨¦dicos, enfermeras, enfermeros, sanitarios y personas que se dejan la vida por los dem¨¢s sin tener miedo a nada, y que la sanidad p¨²blica, tan despreciada, iba a ser nuestra esperanza de salvaci¨®n.
?Y si todo esto fuese un experimento social programado para hacernos parar? ?Para hacernos reflexionar sobre lo importante, lo de verdad?
Bofetada del destino que nos ha hecho parar.
Parar para valorar. Parar para pensar.
Parar para mirarnos, para reconocernos.
Parar para querernos de una vez por todas, sin filtros ni app.
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