Entender c¨®mo funciona el cerebro, clave para un aprendizaje mejor y m¨¢s duradero
La neuroeducaci¨®n y la psicolog¨ªa cognitiva aportan las estrategias necesarias para conseguir un aprendizaje m¨¢s eficiente a lo largo de la vida
Sin duda, no es lo mismo comer lo que nos gusta que comer lo que nos conviene. Y, sin embargo, cuando se trata del aprendizaje, muchos estudiantes tienden a confundir la forma en que les gusta estudiar con la que les proporcionar¨ªa los mejores resultados: leer y releer, ponerse m¨²sica, repasar compulsivamente... Por eso, resulta esencial comprender la manera en que aprende el cerebro (qu¨¦ mecanismos, qu¨¦ neurotransmisores y qu¨¦ circuitos intervienen), as¨ª como las acciones y circunstancias, internas y externas, que favorecen un aprendizaje m¨¢s duradero. Neurociencia, psicolog¨ªa y educaci¨®n confluyen en el aula ¡°para que el profesor sepa c¨®mo adaptar la clase a cada ni?o, porque no todos tienen las mismas habilidades cognitivas ni las mismas sensibilidades, y que consiga un aula lo m¨¢s diversificada posible¡±, afirma Mario Fern¨¢ndez, especialista en neurociencia de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. ¡°La neurociencia puede ayudarnos a saber c¨®mo tenemos que aprender, a olvidarnos de memorizar esos tochos incre¨ªbles, relacionar mucho m¨¢s y aprender m¨¢s visualmente¡±.
De fondo, el objetivo ¨²ltimo es conseguir que el aprendizaje proporcione herramientas y conocimientos que luego se puedan implementar a lo largo de la vida personal y profesional. Y en este sentido, comprender qu¨¦ es la neuroeducaci¨®n (y c¨®mo recurrir a ella) permitir¨¢ a los docentes ¡°identificar de manera precoz las dificultades que presentan ni?os y ni?as dentro del aula, as¨ª como los m¨¦todos m¨¢s adecuados para manejar esas dificultades¡±, explica Carla A. Carvalho G¨®mez, psic¨®loga general sanitaria y fundadora de la web Hablemos de Neurociencia.
Desmentir falsas ideas
Aprender como m¨¢s nos gusta no es necesariamente sin¨®nimo de eficiencia. Normalmente, nadie nos ense?a a estudiar, y cada uno desarrolla espont¨¢neamente sus propios h¨¢bitos, seg¨²n las preferencias que pueda tener sobre el tiempo que se dedica al estudio. Pero lo cierto es que ¡°realmente hay una serie de acciones y circunstancias que nos ayudan a todos a la hora de aprender. Lo que pasa es que no son intuitivas, ni tampoco tienen por qu¨¦ ser las m¨¢s agradables¡±, sostiene H¨¦ctor Ruiz Mart¨ªn, especialista en neurociencia y psicolog¨ªa cognitiva y autor de los libros Edumitos y Aprendiendo a aprender (editorial Vergara), entre otros.
Tambi¨¦n es necesario aclarar la idea de los diferentes estilos de aprendizaje, ampliamente extendida, y que lleva a pensar que cada uno tiene un cerebro distinto que aprende de manera distinta. Algo que, apunta Ruiz Mart¨ªn, la ciencia ha estudiado repetidas veces y no ha conseguido probar nunca: ¡°Es tan sencillo como hacer primero una explicaci¨®n visual a los estudiantes, y entonces ponerles una prueba con eso. En principio, dir¨ªas que los que sacan mejores resultados son los visuales, porque la explicaci¨®n ha sido visual. Si a continuaci¨®n haces otra lecci¨®n, en este caso auditiva, y les pones una prueba a todos, ?qu¨¦ esperar¨ªas? Que destacaran otros, ?no? Si existen los estilos de aprendizaje... Pues no: vuelven a destacar los mismos¡±.
El papel de la emoci¨®n y la motivaci¨®n
Entonces, ?qu¨¦ estrategias proporcionar¨¢n una experiencia de aprendizaje m¨¢s completa? Para identificarlas, es necesario tener en cuenta tanto aspectos cognitivos (sobre c¨®mo funciona la memoria) como emocionales, porque las emociones determinar¨¢n si estamos dispuestos a hacer el esfuerzo necesario, cuando podr¨ªamos estar haciendo otra cosa. Hoy en d¨ªa, la neurociencia ha demostrado que todos nuestros procesos cognitivos se basan en la emoci¨®n. Un ni?o triste, ansioso, estresado o deprimido no puede aprender igual que uno contento, y por eso ¡°es muy importante tener en cuenta que, en esas edades, las emociones afectan mucho. A nuestra edad, un evento negativo puede afectarnos dos, tres, cinco d¨ªas... Pero a un ni?o de seis a?os puede fastidiarle toda la vida o modificar su car¨¢cter, porque en ese momento su cerebro es tan pl¨¢stico que ese suceso emocional modifica sus neuronas y sus conexiones¡±, explica Fern¨¢ndez. Por eso, crear un contexto en la clase donde haya un buen ambiente es fundamental para aprender. ¡°Hoy en d¨ªa, hay muchos profesores que hacen hincapi¨¦ en comprender el estado emocional de la otra persona¡±.
Las emociones, adem¨¢s, mantienen una relaci¨®n estrecha con la motivaci¨®n por aprender. Y esta depende, seg¨²n Ruiz Mart¨ªn, de tres factores principales: el inter¨¦s, la autoeficacia y un esfuerzo adecuado. ¡°El inter¨¦s influye, pero debemos recordar que no es algo innato, sino que se puede generar. El tema sobre lo que vas a aprender es much¨ªsimo menos importante que la forma en que te lo acercan. ?Cu¨¢ntas veces hemos vivido esa situaci¨®n en la que un profesor de una materia que de entrada no nos interesaba, ha hecho que nos gustara? Y lo mismo sucede al rev¨¦s¡±.
La autoeficacia, por su parte, se refiere a la creencia que tiene una persona sobre si va a ser capaz o no de aprender una cosa: ¡°Si tu autoeficacia es baja, afectar¨¢ a tu motivaci¨®n, y probablemente no le vayas a dedicar el tiempo necesario para aprender, por lo que es muy probable que no lo consigas¡±, a?ade. Y tambi¨¦n es necesario esforzarse empleando las estrategias adecuadas, lo que facilitar¨¢ el aprendizaje, la consecuci¨®n de los objetivos y un aumento de la confianza en nosotros mismos y en nuestra motivaci¨®n.
La forma en que los docentes ense?an tiene tambi¨¦n un fuerte impacto en la motivaci¨®n: ¡°Si utilizamos m¨¦todos obsoletos y arcaicos, obtendremos una baja motivaci¨®n por parte del alumnado. Pero si incorporamos las nuevas tecnolog¨ªas a este proceso, aumentaremos de manera exponencial su motivaci¨®n, debido en gran parte a las emociones derivadas de este tipo de ense?anza¡±, afirma a su vez Carvalho.
Cerebro y aprendizaje
En el proceso de aprendizaje intervienen, fundamentalmente, dos tipos de memoria: la memoria a largo plazo y la memoria de trabajo. Pero ?en qu¨¦ consisten? ?C¨®mo funciona el aprendizaje en el cerebro? La primera memoria es el espacio, en alg¨²n lugar del subconsciente, donde almacenamos los conocimientos que adquirimos, ya que no somos conscientes de todo lo que sabemos, y solo podemos serlo cuando lo evocamos. ¡°Si yo te pregunto: ?de qu¨¦ color es un oso panda? Pues ?pum! Ese oso panda, que hasta ahora no ten¨ªas en ninguna parte, acaba de saltar a tu mente, lo has sacado de tu memoria a largo plazo. Y cuando lo evocas, lo llevas a lo que t¨¦cnicamente llamamos la memoria de trabajo, un espacio mental en donde situamos la informaci¨®n a la que estamos prestando atenci¨®n en cada momento, y que es muy limitado¡±, ilustra Ruiz Mart¨ªn.
Es importante distinguir entre estos dos tipos de memoria, porque todo lo que queramos aprender ha de pasar por la memoria de trabajo, el lugar donde evocas algo, le prestas atenci¨®n, le das significado y lo interpretas a la luz de tus conocimientos. All¨ª se establecen las conexiones entre lo que ya sabes y lo que est¨¢s percibiendo: cuanto m¨¢s sepas, m¨¢s relaciones podr¨¢s hacer, y m¨¢s profundo, duradero y transferible ser¨¢ ese conocimiento. ¡°Nosotros pr¨¢cticamente nacemos con las mismas neuronas con las que morimos. Lo que cambia en el cerebro son las conexiones entre esas neuronas, que pueden ser pobres o ricas. Los miles de millones de conexiones entre las neuronas pueden favorecer que entre una y otra zona de tu cerebro haya una autov¨ªa de comunicaci¨®n o una carretera de un solo carril¡±, sostiene Fern¨¢ndez.
Un proceso cognitivo, como pueda ser leer o entender matem¨¢ticas, puede ser realizado en neuronas que se comunican por carreteras de un solo carril o por carreteras de ocho carriles, y esas conexiones son las que facilitan el aprendizaje: algo que, explica, puede entrenarse: ¡°Te pongo un ejemplo: cuando cambias de marchas en un coche, las primeras 1.000 veces lo haces conscientemente; unas neuronas que se comunican con otras y dicen: vamos a meter la primera marcha, y van creando un camino. Pero llega un momento en que lo automatizas, y ya no piensas en ello¡±. En el caso de un ni?o pasa lo mismo, ya que puede aprender a automatizar tareas de c¨¢lculo, de lectura, de comprensi¨®n... Si las practica tanto que las automatiza, podr¨¢ aprender cosas mayores.
Estrategias para aprender mejor
Si antiguamente lo normal era estudiar con el libro que deb¨ªas memorizar, sin duda hoy se estudia m¨¢s relacionando conceptos y desarrollando en el cerebro toda una red que contribuir¨¢ a que no se te olviden. ¡°El principio fundamental es que debes pensar sobre lo que est¨¢s aprendiendo, y tratar de darle significado¡±, apunta Ruiz Mart¨ªn. Algo que puede hacerse tratando de explicarlo con tus propias palabras (con un resumen, por ejemplo); buscando ejemplos de tu propia cosecha y compar¨¢ndolos; o incluso haciendo un mapa conceptual que te sirva para explicarte a ti mismo lo que est¨¢s aprendiendo. ¡°Todas estas cosas son mucho m¨¢s eficaces cuando no las copias, sino que te esfuerzas por sacarlas de tu memoria, de lo que has le¨ªdo. Cuando haces un resumen mirando continuamente el texto del que lo est¨¢s sacando, no te va a ayudar¡±, cuenta.
Por supuesto, a la hora de aprender, es de vital importancia situarte en un entorno carente de distracciones, solo o colaborando con otras personas. Si se trata de adquirir ideas y conceptos, lo mejor es hacer uso de estrategias efectivas como explicarlos con tus palabras, proponer ejemplos, crear analog¨ªas y hacer comparativas. Y si se trata de hechos, vocabulario o fechas, pueden emplearse reglas mnemot¨¦cnicas o, tambi¨¦n, tratar de visualizar mentalmente lo que se est¨¢ tratando de aprender, o emplear recursos visuales. ¡°Nuestra memoria tiene una enorme preferencia por las im¨¢genes. En realidad, todos somos visuales¡±, dice Ruiz Mart¨ªn. Si tienes buena memoria, a?ade, esto puede funcionarte a corto plazo; pero es mucho m¨¢s eficaz que vayas leyendo y que cada p¨¢gina, o cada dos p¨¢rrafos, te vayas preguntando y explicando lo que acabas de leer.
Para conseguir que esos conocimientos que adquirimos sean lo m¨¢s transferibles posible en el futuro, otro factor a tener en cuenta es el de la diversificaci¨®n, tanto respecto al contexto f¨ªsico en el que aprendes como a la hora de aplicarlo en situaciones distintas. Porque cuanto m¨¢s diversificas, m¨¢s contextos y m¨¢s pistas hacen que te sea posible encontrar lo que aprendiste en tu memoria.
La neurociencia, adem¨¢s, aporta informaci¨®n con respecto a los horarios de aprendizaje: no se aprende igual por la ma?ana que por la tarde, ni antes que despu¨¦s de comer. ¡°Se ha demostrado que retrasar la hora de entrada de los chavales al colegio mejora su aprendizaje. Si les obligan a entrar a las 8 de la ma?ana, como toda la vida, aprenden menos y llegan dormidos, por lo que retrasar la hora de entrada al colegio hace que las notas y los rendimientos cognitivos y escolares sean mejores¡±, apunta Fern¨¢ndez. ¡°No pueden evitarlo, porque sus hormonas de sue?o se segregan m¨¢s tarde. Por tanto, si se levantan a las siete de la ma?ana para ir a aprender, todav¨ªa tienen melatonina en el cuerpo y el cerebro medio dormido¡±.
Estudiar con m¨²sica, ?s¨ª o no?
En principio, la m¨²sica es un est¨ªmulo ajeno que compite por tu atenci¨®n y por tus recursos cognitivos. Por lo tanto, de entrada, constituye una distracci¨®n que convendr¨ªa evitar. Ahora bien: ?Y si el entorno es ruidoso? En ese caso, la m¨²sica puede ser un mal menor, contribuyendo a enmascarar ese otro ruido, m¨¢s aleatorio y molesto, por uno que resulta m¨¢s sencillo de ignorar. Si una persona se ha acostumbrado a estudiar con m¨²sica, adem¨¢s, quit¨¢rsela podr¨ªa ocasionarle incomodidad e incluso ansiedad. Si ya te has acostumbrado, resulta un h¨¢bito dif¨ªcil de quitar, por lo que, al menos, tendr¨ªamos que asegurarnos de recurrir a una m¨²sica suave, relajante y sin letra que puedas entender.
¡°Dicho de otra manera: quien lo haga por necesidad, que lo siga haciendo; pero si lo hace porque le aburre estudiar y cree que de esa manera va a pasarlo mejor... Es mucho mejor ir haciendo pausas. Conc¨¦ntrate, dedica tu tiempo a estudiar (aunque sea media hora) y entonces te tomas un descanso y te pones m¨²sica. Y luego otra vez. Es mucho mejor hacerlo de esa manera que no tratar de hacer dos cosas a la vez, escuchar m¨²sica y estudiar¡±, insiste Ruiz Mart¨ªn. Y no conviene olvidar un detalle importante: el hecho de escuchar m¨²sica para concentrarse, para tapar ruidos u otros tipos de desconcentraciones, no sale gratis, ya que necesitas inhibirla e ignorarla para poderte enfocar en lo que est¨¢s haciendo. Y esa inhibici¨®n tiene un coste cognitivo que har¨¢ que el cansancio por estudiar llegue antes.
Para aprender, usa el olvido
De entrada, evidentemente, suena parad¨®jico. ?Olvidar para aprender? Lo que pasa es que, queramos o no, el olvido siempre va a actuar: desde el momento en que has aprendido una cosa, ya la est¨¢s olvidando. De lo que se trata, entonces, es de conseguir que la tasa de olvido sea lo m¨¢s lenta posible, tan lenta como para que pueda durar toda la vida. ¡°Cuando dejas que lo que has aprendido se te olvide un poco antes de volverlo a practicar o evocar, resulta mucho m¨¢s eficaz que hacerlo justo despu¨¦s de haberlo aprendido¡±, puntualiza Ruiz Mart¨ªn.
¡°Masificar la pr¨¢ctica es algo muy habitual que tanto estudiantes como profesores piensan que es muy efectivo. Cuando ya has demostrado que sabes hacer una cosa, repetirla en el momento no sirve pr¨¢cticamente de nada¡±, contin¨²a. ¡°En cambio, si dejas que pase un tiempo para volverla a practicar, y luchas contra el olvido que se ha generado, esa se?al que env¨ªas al cerebro es mucho m¨¢s poderosa y hace que se consolide mucho mejor ese aprendizaje¡±. Esa masificaci¨®n, adem¨¢s, llevar¨¢ a un aprendizaje enga?oso, porque te har¨¢ pensar que te lo sabes perfectamente. ¡°Y claro que al momento te lo sabes. Pero una cosa es saberlo al minuto de haberlo estudiado, y otra al d¨ªa siguiente¡±. La estrategia m¨¢s adecuada, por tanto, es ir espaciando la pr¨¢ctica cada vez m¨¢s.
Trastornos del neurodesarrollo
¡°En los ¨²ltimos a?os, la cifra de menores que padecen alg¨²n tipo de trastorno del neurodesarrollo ha aumentado de manera significativa, siendo el TDAH (de d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad) y los trastornos del aprendizaje los m¨¢s prevalentes en la actualidad¡±, llama la atenci¨®n Carvalho. Unas patolog¨ªas que requieren un enfoque adecuado y multidisciplinar, desde el neuropediatra hasta los docentes. ¡°Un manejo inadecuado de estos ni?os y ni?as puede traducirse, en un alto porcentaje de casos, en abandono escolar prematuro (¡), al no poder alcanzar el rendimiento acad¨¦mico esperado seg¨²n su edad y grupo normativo¡±. Entre los posibles signos de alarma, el retraso en los hitos del desarrollo: la no consecuci¨®n de distintos objetivos relacionados con el ¨¢rea motora, cognitiva y social dentro de la ventana temporal determinada por los profesionales del neurodesarrollo. Un contexto en el que la labor de los docentes es, junto a la de la familia, fundamental.
FORMACI?N EL PA?S en Twitter y Facebook
Suscr¨ªbase a la newsletter de Formaci¨®n de EL PA?S
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.