La petrolera argentina YPF intenta renegociar su deuda por falta de d¨®lares
La compa?¨ªa debe pagar un vencimiento de 400 millones de d¨®lares a finales de marzo
YPF, el gigante petrolero argentino, vive tiempos convulsos. La empresa, el 51% de cuyas acciones son de propiedad estatal, se ve obligada a renegociar su deuda por falta de d¨®lares, mientras su cotizaci¨®n burs¨¢til permanece en m¨ªnimos hist¨®ricos. El primer intento de acuerdo con los acreedores fracas¨® el lunes. El ministro de Econom¨ªa, Mart¨ªn Guzm¨¢n, tuvo que desmentir el pasado viernes los rumores sobre una inminente nacionalizaci¨®n del 49% del capital en manos privadas.
La situaci¨®n contable de la empresa es muy delicada. Su valor burs¨¢til ronda los 1.500 millones de d¨®lares y la deuda a reestructurar asciende a 6.200 millones. YPF dispone de recursos para pagar un vencimiento de 400 millones de d¨®lares el pr¨®ximo 23 de marzo, pero el Banco Central, con las reservas en m¨ªnimos, se niega a proporcionarle las divisas necesarias. Este problema, la falta de acceso al d¨®lar, afecta a numerosas empresas argentinas.
Sin d¨®lares, la empresa propone a sus acreedores internacionales (entre los que se cuentan fondos de inversi¨®n tan importantes como Fidelity y Black) no pagar ni capital ni intereses en 2021 y 2022 y posponer la devoluci¨®n de la deuda con tres nuevas emisiones de bonos que vencer¨ªan en 2026, 2029 y 2033, con un inter¨¦s inicial del 4% anual. Los principales acreedores rechazaron de plano la propuesta. El martes, la empresa mejor¨® la oferta ofreciendo como garant¨ªa de pago acciones de su filial el¨¦ctrica YPF Luz. La inmediata subida de las acciones de la petrolera en Wall Street pareci¨® indicar una buena acogida a la propuesta mejorada.
La estrategia de YPF es muy similar a la del ministro Mart¨ªn Guzm¨¢n en su reciente reestructuraci¨®n de la deuda soberana argentina: quiere librarse de pagos en divisas durante unos a?os para poder dedicar esos recursos a la inversi¨®n y a incrementar las reservas de tesorer¨ªa. La crisis del pa¨ªs, que cay¨® de hecho en una suspensi¨®n de pagos (default) a mediados de 2019, ha afectado severamente al mercado energ¨¦tico, sometido a precios controlados bastante inferiores a los precios internacionales y con dif¨ªcil acceso al cr¨¦dito en d¨®lares. En 2019, YPF registr¨® unas p¨¦rdidas de 33.379 millones de pesos, cerca de 370 millones de d¨®lares.
Las conversaciones entre YPF y sus acreedores sufrieron un sobresalto la semana pasada, cuando se anunci¨® el cese del presidente de la compa?¨ªa, Guillermo Nielsen, un economista respetado por los inversores. Nielsen acababa de poner en venta por 400 millones de d¨®lares la ic¨®nica sede corporativa, un rascacielos en el exclusivo barrio bonaerense de Puerto Madero, con el fin de mejorar la estructura financiera de YPF. Nadie entendi¨® que Nielsen fuera apartado de la presidencia de la petrolera y enviado como embajador de Argentina a Arabia Saud¨ª. Tampoco se entendi¨®, aunque suscit¨® muchas sospechas, que fuera designado como nuevo presidente de YPF el diputado santacruce?o Pablo Gonz¨¢lez, un hombre muy cercano a la vicepresidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. La llegada de Gonz¨¢lez a YPF desat¨® fuertes rumores sobre una nacionalizaci¨®n inminente, que el ministro de Econom¨ªa, Mart¨ªn Guzm¨¢n, tuvo que desmentir de forma p¨²blica.
YPF es una empresa casi centenaria (fue creada en 1922) con un pasado reciente muy agitado. Fue privatizada en 1992 por el entonces presidente Carlos Menem y adquirida en 1999 por la sociedad espa?ola Repsol, a un precio cercano a los 15.000 millones de d¨®lares. En 2012, la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner orden¨® que se expropiara a Repsol el 51% de las acciones. Repsol acab¨® recibiendo una compensaci¨®n de 5.000 millones de d¨®lares. Entonces, el valor burs¨¢til de la empresa era de unos 10.000 millones. Ahora no llega a los 1.500. La Rep¨²blica Argentina todav¨ªa litiga en Nueva York con la familia Eskenazi, que a trav¨¦s del Banco de Santa Cruz compr¨® en 2007 un 25% de las acciones (sin desembolsar un peso) y ahora reclama una indemnizaci¨®n.
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