Google tambi¨¦n cobrar¨¢ en Espa?a un recargo del 2% a los anunciantes para compensar la tasa digital

Google tambi¨¦n repercutir¨¢ sobre sus clientes de Ads, su servicio de publicidad digital, una parte del Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (IDSD), conocido popularmente como tasa Google, que grava desde enero a las grandes tecnol¨®gicas con un 3% de los ingresos obtenidos por sus servicios digitales en Espa?a. A partir del 1 de mayo, la compa?¨ªa de internet cobrar¨¢ un recargo del 2% a todos sus clientes por los anuncios de Google Ads publicados en el pa¨ªs, seg¨²n ha anunciado a los usuarios de este servicio este mi¨¦rcoles.

La empresa del buscador se suma as¨ª a Amazon Espa?a, que ya anunci¨® en enero que trasladar¨¢ el impuesto del 3% a las empresas que venden a trav¨¦s de su plataforma a partir del 1 de abril. En el caso de Google, solo aplica un recargo del 2%.

El recargo se aplicar¨¢ a los anuncios servidos en Espa?a, independientemente del lugar en que el anunciante tenga su sede principal, es decir, que afectar¨¢ tanto a las compa?¨ªas espa?olas como a las del resto del mundo siempre que se anuncien en Espa?a. ¡°Los impuestos sobre Determinados Servicios Digitales incrementan el coste de la publicidad digital, por lo que hemos informado a nuestros clientes que, a partir del 1 de mayo de 2021, a?adiremos un recargo a las facturas relativas a los anuncios servidos en Espa?a. Este cargo adicional tiene por objeto cubrir parte de los costes asociados al cumplimiento de los Impuestos sobre Servicios Digitales en vigor en Espa?a¡±, han se?alado fuentes de Google Espa?a.

No es la primera vez que Google decide aplicar un recargo en pa¨ªses en los que se establecen tasas adicionales por los servicios digitales. La multinacional americana ha establecido cargos adicionales en Reino Unido (un 2%), Austria (un 5%) o Turqu¨ªa (un 5%) desde el 1 de noviembre de 2020.

¡°Continuaremos pagando todos los impuestos que nos corresponden tanto en Espa?a como en el resto de pa¨ªses en los que operamos y alentamos a los gobiernos a nivel global a llevar a cabo una reforma fiscal internacional en lugar de implementar impuestos unilaterales¡±, ha a?adido Google.

La compa?¨ªa ha vuelto a recalcar que es partidaria de una reforma fiscal internacional en el marco de la OCDE. ¡°No creemos que un conjunto de impuestos unilaterales y espec¨ªficos de cada pa¨ªs (sobre los ingresos en lugar de los beneficios) sea la mejor manera de avanzar¡±, agrega Google, que asegura que los impuestos deber¨ªan aplicarse ¡°de manera equitativa a todas las industrias y pa¨ªses de origen¡±.

Google, que factura todo su negocio espa?ol en Irlanda, presta servicios comerciales de soporte a la matriz irlandesa y norteamericana a trav¨¦s de Google Spain. La filial ingres¨® de su matriz y ¨²nico cliente 104 millones de euros en 2018 ¨D¨²ltimo ejercicio del que hay cuentas registradas¨D obtuvo un beneficio de 20 millones y pag¨® 6,8 millones en impuesto de sociedades, un 24% menos que el a?o anterior, aunque se estima que los ingresos totales por publicidad digital ascendieron a 900 millones.

Una tasa pol¨¦mica

El Gobierno de coalici¨®n PSOE-Podemos siempre tuvo entre sus planes la aprobaci¨®n de un impuesto digital, dirigido a modernizar el sistema fiscal y adaptarlo al auge de los negocios tecnol¨®gicos. Aunque la tasa Google espa?ola haya entrado en vigor el pasado 16 de enero, su primera liquidaci¨®n ha sido aplazada al segundo trimestre de este a?o a causa de retrasos en los desarrollos normativos.

El nuevo tributo gravar¨¢ los servicios de publicidad en l¨ªnea, la intermediaci¨®n online y la venta de datos generados gracias a informaci¨®n proporcionada por el usuario durante su actividad o la venta de metadatos. Pero solo va dirigido a las grandes empresas: tendr¨¢n que abonarlo las compa?¨ªas que tengan ingresos globales por encima de los 750 millones de euros y facturaci¨®n en Espa?a de m¨¢s de tres millones. Con este impuesto, el Gobierno prev¨¦ recaudar 968 millones de euros. Esta era la estimaci¨®n que ten¨ªa a principios del a?o pasado, antes de que estallara la pandemia, y que no ha actualizado.

En paralelo, contin¨²an las negociaciones en el seno de la OCDE para que vea la luz una tasa Google global. El organismo acept¨® en 2017 el encargo del G20 de reformar las reglas de fiscalidad internacional ante un mundo en el que los datos se han convertido en una nueva materia prima de inestimable valor y en el que las tecnol¨®gicas establecen sus sedes principales en pa¨ªses de fiscalidad laxa. La OCDE se fij¨® el objetivo de tener listo un impuesto digital universal para 2020. Sus previsiones, sin embargo, no se han cumplido. A la complejidad de encontrar un equilibrio que pusiera de acuerdo a m¨¢s de 130 Estados, se a?adieron el a?o pasado el estallido de la pandemia y la decisi¨®n de la Administraci¨®n estadounidense de Donald Trump de descolgarse de las negociaciones.

Con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca parece que los nubarrones se van despejando. EE UU es el pa¨ªs donde tienen sede las principales compa?¨ªas tecnol¨®gicas, y un acuerdo que no contara con su presencia no tendr¨ªa sentido. La nueva Administraci¨®n dem¨®crata ya se ha mostrado m¨¢s propensa a que las negociaciones sobre la reforma tributaria internacional avancen, tal y como dej¨® caer la semana pasada la nueva secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, en una reuni¨®n del G20.

El Gobierno espa?ol, por su parte, ha asegurado en m¨¢s de una ocasi¨®n que cuando se alcance un acuerdo a escala global adaptar¨¢ su impuesto a las nuevas reglas. Pero tambi¨¦n ha dejado claro que, mientras tanto, no renunciar¨¢ a gravar los negocios de las grandes tecnol¨®gicas a trav¨¦s de una tasa Google nacional, un camino que ya han adoptado otros pa¨ªses europeos. La OCDE espera tener un proyecto listo a mediados de este a?o. Si volviera a fracasar, Bruselas ha asegurado que tomar¨¢ la iniciativa para poner en marcha un impuesto digital comunitario.