Muere en prisi¨®n Bernard Madoff, el gran estafador de Wall Street
El financiero, de 82 a?os, defraud¨® m¨¢s de 64.000 millones de d¨®lares gracias a la trama piramidal que dirigi¨® durante a?os
Las autoridades penitenciarias de Estados Unidos han confirmado este mi¨¦rcoles la muerte del financiero Bernard Madoff en una prisi¨®n federal de Butner (Carolina del Norte), a los 82 a?os. El que durante a?os dirigiera la mayor trama piramidal en la historia de Wall Street acarreaba problemas de salud que le empujaron a pedir clemencia en febrero de 2020. ¡°Despu¨¦s de m¨¢s de diez a?os entre rejas y con menos de 18 meses de vida por delante, Madoff le pide humildemente a este tribunal un m¨ªnimo de compasi¨®n¡±, escribi¨® su abogado, Brandon Samples, el 5 de febrero de 2020, en una solicitud remitida al del Distrito Sur de Nueva York. En vano.
Hab¨ªa sido condenado a 150 a?os de prisi¨®n en 2009 por estafar desde comienzos de los a?os noventa 64.800 millones de d¨®lares (m¨¢s de 54.000 millones de euros) gracias a las artima?as del conocido como esquema Ponzi, o trama piramidal; el mayor fraude cometido por una sola persona seg¨²n el juez que dict¨® sentencia. El enga?o consist¨ªa, b¨¢sicamente, en captar el dinero de inversores, a los que se promet¨ªan ping¨¹es ganancias. Cuando las reclamaban, se les daba largas o, en algunos casos, se les abonaban con los ingresos de los nuevos inversores captados. El que lograba retirarse a tiempo, ganaba; el nivel inferior quedaba siempre a la intemperie. Y as¨ª hasta el infinito.
Entre sus miles de v¨ªctimas se cuentan famosos, empresas, entidades financieras ¡ªentre ellas, el Banco de Santander, que se vio obligado a pagar 168 millones de euros a sus clientes de EE UU afectados por el fraude¡ª, fondos de inversi¨®n y de pensiones y organizaciones humanitarias. Entre las celebridades, fueron v¨ªctimas del enga?o los actores Kevin Bacon, Kyra Sedgwick y John Malkovich; el beisbolista Sandy Koufax y una asociaci¨®n ben¨¦fica vinculada al director de cine Steven Spielberg. Los due?os de los Mets de Nueva York, veteranos clientes del inversor, lucharon durante a?os para mantener a flote el equipo debido a las p¨¦rdidas econ¨®micas que les provoc¨® confiar en el fraude de Madoff.
La fundaci¨®n del premio Nobel de la Paz Elie Wiesel perdi¨® m¨¢s de 15 millones de d¨®lares. ¡°Cre¨ªamos que era Dios, lo pusimos todo en sus manos¡±, dijo Wiesel en 2009. La mayor parte de los afectados por la estafa pertenec¨ªan, como Wiesel, a la comunidad jud¨ªa, en la que el tambi¨¦n jud¨ªo Madoff era un prohombre debido a su generosa filantrop¨ªa.
Los delitos fueron revelados a las autoridades por sus dos hijos, que no formaban parte de la trama, en 2008. La justicia no emprendi¨® acciones contra ellos, pero s¨ª contra Ruth Madoff, su esposa, por supuesta connivencia en los desfalcos. La revelaci¨®n dej¨® de manifiesto los agujeros en la Comisi¨®n de Bolsa y Valores de EE UU (SEC, en sus siglas inglesas, el regulador burs¨¢til), que por incompetencia o negligencia frustr¨® media docena de investigaciones sobre los negocios de Madoff. ¡°Hubo varias reuniones con [funcionarios de] el SEC en las que pens¨¦: me han pillado¡±, confes¨® Madoff a sus abogados, ya en la c¨¢rcel. Entre los cargos que se le imputaron figuraban fraude burs¨¢til, asesorar sobre inversiones fraudulentas, fraude postal y electr¨®nico, blanqueo de dinero, falso testimonio, perjurio, fraude a la seguridad social y robo de un plan de beneficios para empleados. Junto con la centenaria condena a prisi¨®n, se decret¨® el decomiso de 17.000 millones de d¨®lares (unos 14.000 millones de euros), de los que un fideicomiso designado por el tribunal de Nueva York pudo recuperar 13.000 millones (casi 11.000 millones de euros).
Madoff empez¨® a hacer dinero modestamente, ahorrando como socorrista en las playas neoyorquinas de Long Island, mientras estudiaba Derecho. A los 30 a?os, sin haber terminado la carrera y con 5.000 d¨®lares en el bolsillo, fund¨® la empresa que llevar¨ªa siempre su nombre, Bernard Madoff Investment Securities, que asesoraba a grandes inversores particulares y a gestoras de fondos. Diez a?os despu¨¦s incorpor¨® a su hermano Peter al negocio, y despu¨¦s llegar¨ªan sus dos hijos y una nieta abogada. Ya consagrado, presidi¨® el mercado electr¨®nico Nasdaq antes de dirigir una empresa que se dedicaba a la intermediaci¨®n burs¨¢til y la suya propia, que ostentaba el r¨¦cord de haber pagado beneficios superiores al 8% anual durante 72 meses consecutivos. Tambi¨¦n fue un generoso donante de las campa?as electorales del Partido Dem¨®crata. Junto a su esposa dirig¨ªa la Fundaci¨®n Madoff, que financiaba escuelas y hospitales en Israel. Un curr¨ªculo dorado que parec¨ªa blindarle ante el escrutinio legal y p¨²blico.
La ca¨ªda de Madoff represent¨® el fin de una ¨¦poca, la del dinero a espuertas, f¨¢cil y sin fin que durante los ochenta caracteriz¨® el mundo de las finanzas en Nueva York y, por extensi¨®n, el de los principales mercados internacionales. Al mismo tiempo que el fraude sal¨ªa a la luz, implosionaba el negocio de las hipotecas basura y quebraba la firma Lehman Brothers, los dos episodios que provocaron la Gran Recesi¨®n de 2008 en EE UU y, en Europa, la crisis de la deuda. El que durante d¨¦cadas fuera la encarnaci¨®n del ¨¦xito, aquel cuyo nombre siempre estar¨¢ asociado al batacazo financiero de 2008, confes¨® a su familia los fraudes que hab¨ªa cometido durante a?os. Su imperio se desplom¨®, pero tambi¨¦n su vida familiar: su hijo mayor se suicid¨® y el segundo muri¨® de c¨¢ncer. Su esposa dej¨® de ir a verle en prisi¨®n y sus nueras y sus nietos se cambiaron el apellido. Todos intentaron rehacer sus vidas lo m¨¢s lejos que pudieron de la t¨®xica marca Madoff.
Dos semanas despu¨¦s de la confesi¨®n del estafador, ¨¦l y su esposa intentaron suicidarse en su ¨¢tico de Manhattan, seg¨²n relat¨® ella en una entrevista a The New York Times. Durante los dos primeros a?os entre rejas, Ruth visit¨® en prisi¨®n a quien hab¨ªa sido su marido durante 60 a?os. Sin embargo, eso cambi¨® el 10 de diciembre de 2010, en el segundo aniversario del arresto del estafador.
Mark Madoff, el hijo mayor del matrimonio, fue encontrado ahorcado ese d¨ªa en su residencia en el Soho neoyorquino. En una habitaci¨®n contigua estaba su hijo de 22 meses. Hacia las cuatro de la ma?ana Mark envi¨® dos correos electr¨®nicos a su esposa, Stephanie Madoff, que se encontraba con otra hija en Disneylandia. En uno le dec¨ªa que la amaba, y en el otro que enviara a alguien para cuidar del beb¨¦. El abogado del difunto sostuvo que ¡°sucumbi¨® a la presi¨®n¡± que engull¨® a la familia. Ese d¨ªa se acabaron las visitas de Ruth Madoff a la c¨¢rcel.
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