La verdad sobre el carb¨®n y el clima
Debemos hacer un esfuerzo para ayudar a los trabajadores que saldr¨¢n perdiendo en la transici¨®n energ¨¦tica
¡°El cambio se avecina, lo queramos o no¡±. Eso declara un extraordinario documento titulado Preserving Coal Country [Proteger las regiones productoras de carb¨®n] que public¨® el lunes el sindicato Trabajadores Mineros Unidos de Am¨¦rica ¡ªque en su momento de mayor esplendor representaba a medio mill¨®n de mineros¡ª y en el que acepta la realidad de que el carb¨®n no va a volver. Sostiene que el objetivo deber¨ªa ser m¨¢s bien ¡°una verdadera transici¨®n energ¨¦tica, que mejore las oportunidades para los mineros, sus familias y sus comunidades¡±.
Es bueno ver este tipo de realismo. Recuerden que all¨¢ por 2016 Donald Trump prometi¨® devolver al carb¨®n su antigua grandeza, reabriendo minas clausuradas, y los votantes de las regiones dependientes de la miner¨ªa del carb¨®n le creyeron. Muchos de ellos seguramente imaginan a¨²n que algo as¨ª es posible. Sin embargo, el sindicato comprende que no. Lo que ha matado las minas no ha sido la ¡°guerra contra el carb¨®n¡±, sino los avances tecnol¨®gicos, primero en la extracci¨®n de gas natural y despu¨¦s en las energ¨ªas solar y e¨®lica. Generar electricidad a partir de carb¨®n ser¨ªa econ¨®micamente inviable aunque no tuvi¨¦ramos que preocuparnos por el cambio clim¨¢tico.
Por supuesto, tenemos que preocuparnos por el cambio clim¨¢tico, que constituye una amenaza existencial para la civilizaci¨®n. La cuesti¨®n est¨¢ en c¨®mo afrontar esa amenaza. El documento del sindicato constituye de hecho un respaldo, al menos en principio, a los planes de la Administraci¨®n de Biden de convertir la acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico en elemento central del aumento del gasto en infraestructuras, algo que se supone que ahora debemos llamar Reconstruir Mejor, en lugar de Nuevo Pacto Verde, pero da igual. Es tambi¨¦n una reivindicaci¨®n peque?a pero alentadora de la idea en la que se basa el plan Reconstruir Mejor, la creencia de que la acci¨®n clim¨¢tica tiene m¨¢s probabilidades de resultar factible si evita el purismo econ¨®mico y conf¨ªa m¨¢s en la zanahoria que en el palo.
Situ¨¦monos un poco: la ciencia econ¨®mica convencional da a entender que la mejor forma de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero es gravar las emisiones de carbono o crear un sistema de compensaciones en el que quienes contaminan deben comprar derechos de emisiones. Este es el argumento que subyace tras algunas iniciativas destacadas como el Consejo de Liderazgo Clim¨¢tico, que inclu¨ªa entre sus miembros fundadores a una amplia variedad de l¨ªderes empresariales y economistas y algunas grandes multinacionales. El consejo, cuya creaci¨®n se anunci¨® en 2017, propone la creaci¨®n de impuestos sobre el carbono, cuyos ingresos se redistribuir¨ªan a las familias. Este plan forma parte de una ¡°hoja de ruta de ambos partidos¡± para la acci¨®n.
Sin embargo, esta no es la senda que est¨¢ tomando el Gobierno de Biden. ?Por qu¨¦? En primer lugar, los argumentos econ¨®micos para basarse exclusivamente en un impuesto sobre las emisiones de carbono olvidan la importancia crucial del desarrollo tecnol¨®gico. La raz¨®n por la que en la actualidad parece mucho m¨¢s f¨¢cil que hace 12 a?os conseguir grandes reducciones de emisiones es que las energ¨ªas renovables han experimentado un progreso espectacular: desde 2009, el coste de la energ¨ªa e¨®lica ha ca¨ªdo un 70%, y el de la solar, un 89%.
Y este avance tecnol¨®gico no se ha producido sin m¨¢s. Se debe en parte a las inversiones efectuadas por la Administraci¨®n de Obama. Estas inversiones fueron ridiculizadas por los conservadores; en 2012. Sin embargo, vi¨¦ndolo en perspectiva, est¨¢ claro que el gasto p¨²blico proporcion¨® un empuj¨®n tecnol¨®gico crucial. Y esto indica que la inversi¨®n p¨²blica, sumada, o sustituyendo incluso al impuesto sobre el carbono puede ofrecer una manera de avanzar en la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
En segundo lugar, la idea de que el impuesto sobre el carbono puede lograr el apoyo de ambos partidos es terriblemente ingenua. Solo el 14% de los republicanos acepta siquiera la idea de que el cambio clim¨¢tico sea una cuesti¨®n importante. Y redistribuir entre las familias en general los fondos recaudados con ese impuesto no atraer¨¢ los votos de quienes piensan que la acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico supondr¨¢ una amenaza para sus puestos de trabajo y sus comunidades. Pero lo que s¨ª podr¨ªa conquistar al menos a parte de esos votantes es el tipo de programa que el sindicato de mineros est¨¢ pidiendo: gasto espec¨ªfico en formaci¨®n para los antiguos mineros y en ayudas al desarrollo para las comunidades que viven de la miner¨ªa del carb¨®n.
No quiero ser demasiado optimista respecto a la estrategia de Biden. Para empezar, aunque existen buenas razones para no querer que se dependa exclusivamente de un impuesto sobre el carbono para luchar contra el cambio clim¨¢tico, las inversiones p¨²blicas por s¨ª solas probablemente no basten. Casi con seguridad, al final tendremos que poner precio a las emisiones de gases de efecto invernadero, por dif¨ªcil que resulte desde el punto de vista pol¨ªtico.
Por otra parte, aunque es maravilloso ver al sindicato de mineros pedir pol¨ªticas que apoyen a las ¡°regiones productoras de carb¨®n¡±, no a los empleos relacionados con el carb¨®n, sigue siendo mucho pedir. Aunque la covid-19 ha causado alteraciones temporales, sigue siendo cierto que la econom¨ªa del siglo XXI ¡°quiere¡± concentrar los buenos empleos en grandes ¨¢reas metropolitanas, con mano de obra altamente preparada. Fomentar la creaci¨®n de empleo en Virginia Occidental o en el este de Kentucky no ser¨¢ f¨¢cil, y tal vez resulte imposible.
Pero podemos y debemos hacer un esfuerzo de buena fe para ayudar a los trabajadores y a las regiones que saldr¨¢n perdiendo mientras intentamos evitar la cat¨¢strofe medioambiental, y en general, para hacer la pol¨ªtica contra el cambio clim¨¢tico tan digerible como sea posible, incluso a costa de perder algo de eficacia. La acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico es un cometido demasiado importante como para insistir en que hay que hacerlo a la perfecci¨®n.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa ? The New York Times, 2021
Traducci¨®n de News Clips
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.