La mareante rentabilidad de los vinos extraordinarios

La puerta de acero resultaba inexpugnable. Las fuerzas francesas utilizaron todo lo que ten¨ªan a mano. Piquetes, palancas, martillos. Nada funcionaba. S¨®lo hab¨ªa una opci¨®n: reventarla con explosivos. La detonaci¨®n zarande¨® la monta?a. La guerra hab¨ªa terminado. Era el 4 de mayo de 1945. Un d¨ªa primaveral. Despu¨¦s de que desapareciera el polvo y cesaran de saltar astillas de acero como dientes de le¨®n soplados por el viento, se abri¨® una peque?a oquedad. La luz, a¨²n turbia de la deflagraci¨®n, ilumin¨® algo incre¨ªble: medio mill¨®n de las mejores botellas de vino del mundo. Ch?teau Latour, Ch?teau d¡¯Yquem, Ch?teau Mouton-Rothschild, Ch?teau Lafite Rothschild, Roman¨¦e-Conti. El ej¨¦rcito galo hab¨ªa hallado la bodega secreta de Hitler. Estaba en su refugio: el Nido del ?guila (Adlerhorst). Escondida sobre un risco de la monta?a Obersalzberg, all¨ª donde amanecen los Alpes b¨¢varos. Vinos ¨²nicos, co?acs, champanes de casas m¨ªticas (cientos de cajas de Salon 1928, Krug, Bollinger, Mo?t, Pommery, Piper-Heidsieck). Joyas talladas en vino y cristal.

Los vinos extraordinarios son un tesoro, y nadie, en la Alemania nazi, practic¨® la indecencia del expolio, con la sa?a del mariscal de Campo Hermann G?ring: ¡°En los viejos tiempos, la regla era el saqueo¡±, sosten¨ªa. ¡°Ahora, las formas externas se han hecho m¨¢s humanas. No obstante, tengo la intenci¨®n de saquear y de hacerlo copiosamente¡±. Honr¨® la amenaza. Solo su bodega contaba con 10.000 botellas.

El vino es una leyenda, es historia del mundo, y como tal goza de las prebendas econ¨®micas de su estatus. Una inversi¨®n, seg¨²n la revista Forbes, de 100 d¨®lares en 1952 en vinos de gran calidad valdr¨ªa el a?o pasado 420.000 d¨®lares (353.000 euros). Id¨¦ntica suma destinada a la Bolsa se hubiera quedado en 100.000 d¨®lares. Como activo ¡ªempleando la jerga de las finanzas¡ª tiene una baja correlaci¨®n con los mercados de renta variable. Incluso en ¨¦pocas de guerras o de incertidumbre. ¡°Durante el primer trimestre de 2020 (cuando lleg¨® la covid-19 a Europa), el ¨ªndice de referencia Liv-Ex 100 [una plataforma de compraventa de vino] cay¨® solo un 2,5%, mientras el Dow Jones se hund¨ªa un 19% y el Nikkei 225, el 27%¡±, recuerda Dominic Brennan, director de Noble Rot Fine Wine, un br¨®ker de bebidas londinense.

Bien escaso

Resulta bien sabido que las vides hablan entre ellas y se cuentan sus propias historias. En octubre de 2018, en Nueva York, una botella de Romane¨¦-Conti DRC 1945 se subast¨® en Sotheby¡¯s por 558.000 d¨®lares, unos 468.000 euros al cambio actual. El precio m¨¢s alto alcanzado nunca por una botella de vino. Los caldos arraigados como inversi¨®n funcionan con un modelo econ¨®mico muy sencillo. La oferta inversa. Cada vez que se abre una botella rara o se estropea, su precio aumenta. Es una relaci¨®n b¨¢sica entre una producci¨®n muy limitada (los vinos de gran calidad son apenas 50 etiquetas) y una demanda creciente, sobre todo en Asia.

¡°Mi consejo es escoger aquellos que tienen un historial comprobado de que a largo plazo sus precios aumentan¡±, recomienda Jamie Ritchie, director mundial de vinos de Sotheby¡¯s. El sol se alza en los vi?edos y el sol se oculta, y nada muy novedoso traen sus ma?anas si son tratados igual que ¡°activos¡±. Comprar los caldos adecuados, de las mejores a?adas y productores, en el momento y al coste correcto. Un consejo dado por Narciso: se refleja en cualquier materia prima. Es un ensamblaje f¨¢cil. Rareza, reputaci¨®n, a?ada, opini¨®n de los cr¨ªticos, puntuaciones, procedencia y condiciones de almacenamiento. Simple memoria. ?D¨®nde se mezcla el deseo?

El vino alberga algo trascendente. Como si se concentrara la vida entera cuando se descorcha una gran botella. ¡°Nuestros vinos evolucionan lentamente, llevando consigo las esperanzas de una prolongada existencia¡±, narra un viticultor franc¨¦s en el libro La guerra del vino (Ediciones Obelisco, 2006). ¡°Sabemos que nuestras tierras ya estaban aqu¨ª antes de que lleg¨¢semos nosotros y que aqu¨ª seguir¨¢n mucho despu¨¦s de que hayamos desaparecido. Cada cosecha renueva las promesas hechas en la primavera. Vivimos inmersos en ese ciclo continuo y eso nos proporciona un sabor de eternidad¡±. La eternidad puede derramarse en una copa de vino, pero no en cualquiera. En inversi¨®n, manda Borgo?a. Junto a las grandes etiquetas, las vides transportan savia nueva de j¨®venes elaboradores. Charles Lachaux (Arnoux-Lachaux), Pierre Duroche (Domaine Duroche) o Thibaud Clerget (Domaine Y. Clerget). Esta es la selecci¨®n que propone John Kapon ¡ªpresidente de la casa de subastas especializada Acker¡ª; podr¨ªa, sin duda, haber otras.

Aunque los ¡°antiguos¡± borgo?ones siguen (pese a que esta primavera las heladas y el granizo en una ¨¦poca inusual han puesto en riesgo extremo la cosecha, y los da?os soportados por las vi?as no se conocer¨¢n hasta dentro de un mes) cultivando mitos. Los vinos de la Domaine de la Roman¨¦e-Conti ¡ªquiz¨¢ la bodega m¨¢s prestigiosa del planeta¡ª se revalorizan entre el 100% y el 200% en cinco a?os. ?La raz¨®n? Caldos ¨²nicos y m¨ªnima (7.000 botellas al a?o) producci¨®n. Inaccesibles al particular, a menos que sea en subasta. Un ¨¢lgebra b¨¢sico que aumenta la leyenda de sus bodegas: Armand Rousseau Chambertin, Roumier, J-F Mugnier, Henri Jayer (¡°es como tener un vermeer¡±, describe el en¨®logo Telmo Rodr¨ªguez, acogi¨¦ndose a su rareza y calidad), M¨¦o-Camuzet, Leroy o Domaine Leflaive. ¡°El vino ha sido una extraordinaria inversi¨®n en los ¨²ltimos 30 a?os. Sobre todo los mitos de burdeos, borgo?as y vinos californianos¡±, resume Charles Foley, especialista en este universo de Christie¡¯s. Con unos tipos de inter¨¦s cercanos a cero, el vino es un puerto frente al oleaje. El valor de una caja de 12 botellas de la cosecha de 2000 de Armand Rousseau, Chambertin ¡ªun Grand Cru de Borgo?a¡ª se revaloriz¨®, seg¨²n Liv-Ex, un 3.002%, y el 5 de febrero pasado se pagaban unos 32.000 euros por ella.

El tiempo, la materia esencial con la que est¨¢n elaborados, le da la raz¨®n. Los expertos aconsejan invertir en vinos de gran calidad y guardarlos, al menos, durante un lustro. No son criptomonedas. Los bodegueros y la naturaleza han tardado a?os en elaborarlos y exigen id¨¦ntico peaje. Pero los inversores saben que estos precios estelares solo se mantienen si existe alguien al final de la cadena que est¨¢ dispuesto a beberse esa botella. ¡°Hay vinos que dan vueltas, se los pasan unos a otros y jam¨¢s se abren¡±, lamenta Telmo Rodr¨ªguez. Es el filo de la navaja. ¡°Cuanto m¨¢s fino se vuelve el aire, menos aficionados encontrar¨¢s¡±, describe Justin Gibbs, experto de Liv-Ex en The Economist. Ese aire tenue sopla sobre Peter Sisseck, uno de los principales en¨®logos de Europa. De su reconocido Pingus produce entre 7.000 y 9.000 botellas. ¡°Pero para que hubiera suficiente vino para consumir y especular deber¨ªa, seg¨²n los expertos, elaborar 12.000 botellas¡±, admite. Aunque la tierra da lo que da y su filosof¨ªa es la que es. ¡°Mis vinificaciones son muy novedosas y hay quienes tienen miedo de que no aguanten con el tiempo¡±, observa.

El vino ensambla riesgo, a?adas y modas. Tras un cierto olvido, los llamados supertoscanos (Ornellaia, Sassicaia) han visto c¨®mo los cr¨ªticos vuelven a poner ese adjetivo italiano en el centro del mundo. El Sassicaia 2019 se revaloriz¨® en el primer semestre de 2020 un 14%. Una caja de 12 botellas pas¨® de 2.040 a 2.329 d¨®lares.

Aunque Burdeos contin¨²a siendo Burdeos. Dividido en sus dos orillas. En la izquierda, casas incuestionables como Latour, Lafite-Rothschild, Mouton-Rothschild, Haut-Brion y Margaux lideran los precios. Al otro lado, Petrus y Le Pin. ¡°La revalorizaci¨®n de un gran vino de Burdeos es del 5% anual; en Borgo?a existe m¨¢s especulaci¨®n¡±, apunta el distribuidor Quim Vila. Burdeos representa el 23% de las ventas totales en subasta. Pero las vi?as ya no vienen tan cargadas. La plataforma Liv-Ex 100 sostiene que sus transacciones son menos de la mitad que hace una d¨¦cada. Borgo?a, Champagne, R¨®dano, Italia y Estados Unidos est¨¢n creciendo exponencialmente. La vi?a viaja, el gusto viaja. ¡°Los coleccionistas est¨¢n diversificando entre los mejores Barolo [Italia], vinos ic¨®nicos del Nuevo Mundo, Madeira, Oportos, Riojas¡±, enumera Charles Foley, de Christie¡¯s.

Lo de Rioja suena m¨¢s a una concesi¨®n a la patria del peri¨®dico que al origen de las uvas. El 58% de los lotes de vino espa?ol vendido en subasta en Sothebys¡¯ durante 2020 correspondi¨® a Vega Sicilia. El mito espa?ol originario de Ribera de Duero. Espa?a tiene la mayor superficie de vi?as de la UE, bodegas hist¨®ricas y una alta gastronom¨ªa que podr¨ªa maridar sus vinos de lujo. Pero apenas aparecen en las grandes cartas, las subastas, las carteras de los inversores. ¡°Nos falta prestigio, presencia, yo viajo 130 d¨ªas al a?o y no veo a muchos espa?oles. No s¨¦ por qu¨¦ nos cuesta tanto movernos¡±, reflexiona Pablo ?lvarez, consejero delegado de Tempos Vega Sicilia. Y agrega: ¡°Es la ¨²nica manera de que te conozcan¡±.

La lista de ventas de la casa de pujas Sotheby¡¯s, recoge, por orden, a Pingus, Artadi, ?lvaro Palacios, Benjam¨ªn Romeo, CVNE, La Rioja Alta, Forjas del Salnes, Alberto Orte y Telmo Rodr¨ªguez. Una lista ¨ªnfima para una tierra de 5.000 bodegas. Quzi¨¢ ese es otro problema. ¡°Faltan otras 5.000, en Italia hay 14.000 en la asociaci¨®n de enoturismo, y necesitamos una nueva generaci¨®n (que est¨¢ llegando) de viticultores¡±, lanza Quim Vila. Y, de nuevo, presencia: en cada hotel del mundo abre un restaurante italiano con su carta de vinos¡­ italiana.

El lastre del granel

Cuesta desprenderse de una Espa?a de granel y cooperativas. De volumen, no de calidad; y donde los bodegueros ni siquiera hablaban ingl¨¦s. Falta un diccionario: espa?ol-vino; vino-espa?ol. Demasiados a¨²n no entienden la sem¨¢ntica de esta era. ¡°Hasta que las denominaciones de origen no empiecen a trabajar en la clasificaci¨®n de vi?edos por calidad y garanticen, adem¨¢s, el origen de los vinos por municipios, parajes y vi?as ¨²nicas, ning¨²n inversor serio dar¨¢ importancia a nuestros caldos¡±, critica el en¨®logo ?lvaro Palacios. ¡°?En Espa?a, la categor¨ªa de amparo para los vinos a¨²n es solo regional y esa gama no interesa a la inversi¨®n de futuros en grandes caldos!¡±, exclama. Recuerda esa frase de Claude Terrail, hist¨®rico propietario del restaurante La Tour d¡¯Argent: ¡°Ser franc¨¦s significa luchar por tu pa¨ªs y por su vino¡±.

Ese esp¨ªritu se diluye en Espa?a como gotas de roc¨ªo resbalando sobre las hojas de las vi?as. Se puede invertir en bodegas con problemas y sanearlas, en derechos de plantaci¨®n o en vides. La fractura demuestra la grieta, pero tambi¨¦n filtra la luz de las esperanzas futuras. Una hect¨¢rea de Borgo?a Gran Cru puede costar m¨¢s de 20 millones euros, en la Rioja no supera los 120.000 euros.

El an¨¢lisis es una botella rota. Salta en tantas direcciones como las virutas de acero en el Nido del ?guila. ¡°Todos los ricos ya tienen sus almacenes llenos de Burdeos, 100 puntos Parker [en referencia al influyente cr¨ªtico Robert Parker], californianos. No quieren vinos con tanta madera. Buscan peque?os productores. Los borgo?as han triplicado sus precios en los ¨²ltimos a?os¡±, narra Juan Manuel Bellver, director del espacio Lavinia. Su apuesta son los vinos de vigneron. Producciones min¨²sculas (unas 2.000 botellas), que puedan superar los 400 euros. Selosse (champ¨¢n), parcelas de Ganevat (Jura), Ch?teau Rayas (R¨®dano) o Rougeard (Loira). El gran vino o est¨¢ enraizado en la cultura del pa¨ªs o se agua como inversi¨®n. Es identidad. ¡°?De qu¨¦ otra forma explicar por qu¨¦ los vignerons de la Champagne se precipitaron hacia sus vi?edos, para vendimiar la cosecha de 1915, mientras los obuses de artiller¨ªa ca¨ªan a su alrededor?¡±, cuenta La guerra del vino. El vino es una patria y una batalla.