Lo que no sabemos del plan de recuperaci¨®n
La estrategia, que ha generado unas expectativas formidables, se ha negociado en Bruselas con absoluta opacidad
Las est¨²pidas esquematizaciones del novelista social de izquierdas dir¨¢n que el plan de recuperaci¨®n espa?ol es el est¨ªmulo que necesita la econom¨ªa para rebotar tras un a?o l¨²gubre, y el catalizador de los cambios estructurales tantas veces postergados: eso es, poco m¨¢s o menos, lo que vende tambi¨¦n el Gobierno en plena campa?a en Madrid. El discreto cinismo del escritor de derechas apuntar¨¢ que al final la supuesta revoluci¨®n consiste en gastar 5.500 millones para cambiar ventanas, y que en un par de a?os vendr¨¢ el t¨ªo Paco con la rebaja: un d¨¦ficit de dos d¨ªgitos y una deuda del 120% del PIB son una invitaci¨®n a un correctivo de los mercados; el l¨ªder del PP, Pablo Casado, sugiri¨® el mi¨¦rcoles algo parecido en la tribuna del Congreso. ?Qu¨¦ es ese plan en realidad? Ahora mismo, un amasijo de promesas del que se sabe poco, que ha generado unas expectativas formidables y se ha negociado en Bruselas con absoluta opacidad. Sabemos que llegar¨¢n 140.000 millones. Sabemos que a cambio del dinero se activar¨¢n reformas que marcar¨¢n los pr¨®ximos tiempos. Sabemos que en las 211 p¨¢ginas del documento aparecen cuatro ejes, de los que cuelgan 10 pol¨ªticas palancas, de las que a su vez se desprenden 30 componentes, y que hay 212 medidas, de las que 102 son reformas: un l¨ªo morrocotudo. Sabemos que la palabra ¡°modernizaci¨®n¡± aparece 268 veces en el texto, y ¡°resiliencia¡±, 191 veces.
Pero en realidad no sabemos demasiado.
El Gobierno apenas ha dado detalles adicionales del meollo del plan a pesar de toda la fanfarria publicitaria. Y sobre todo no ha informado de dos aspectos clave. No sabemos qu¨¦ cambios solicit¨® la Comisi¨®n Europea ante el borrador inicial de Espa?a (que tampoco conocemos, por cierto). Y sabemos poco acerca de qu¨¦ demonios ha aceptado Espa?a. No hay informaci¨®n adicional sobre los proyectos, y en parte es l¨®gico porque a¨²n es pronto. Pero sobre todo no sabemos el alcance que finalmente tendr¨¢n las tres reformas fundamentales: laboral, pensiones y fiscal; y en parte tambi¨¦n es l¨®gico porque eso depende de los agentes sociales y de los equilibrios internos en el Ejecutivo. Al final, el resultado del plan depender¨¢ de su ejecuci¨®n: queda mucho, much¨ªsimo para hacerse una idea fundada al respecto.
El periodismo, dice el ensayista Pau Luque, no es una mera acumulaci¨®n de hechos, sino una interpretaci¨®n de los hechos. Bueno, pues ah¨ª va una humilde interpretaci¨®n que trata de ir m¨¢s all¨¢ de Espa?a. Los planes de recuperaci¨®n van con retraso en Europa: varios pa¨ªses ni siquiera han ratificado lo aprobado en Bruselas hace ya un a?o, y el Constitucional alem¨¢n arroja las habituales incertidumbres cuando se trata de los alemanes y el dinero europeo. Y las vacunas van tambi¨¦n con un par de meses de retraso con respecto al Reino Unido y EE UU.
Un se?or que est¨¢ a punto de cumplir 80 a?os ha puesto el mundo patas arriba: Joe Biden anuncia est¨ªmulos por importe de cinco billones de d¨®lares con medidas sobre desigualdad, sanidad, educaci¨®n, clima, infraestructuras y con subidas, por cierto, del Impuesto de Sociedades. Mientras, en Europa se ha esfumado la sensaci¨®n de urgencia y la UE arrastra los pies tanto con las vacunas como con los fondos. ?Y de qu¨¦ se debate Espa?a en este momento crucial? Del Congreso llegaban ayer noticias de la propaganda del Gobierno, de la bronca estomagante de la oposici¨®n y de las elecciones en Madrid. Quiz¨¢ habr¨ªa que hacer un esfuerzo por romper con esa trama en el mercado de compraventa de ilusiones pol¨ªticas. Porque esos meses de retraso son cruciales: la econom¨ªa espa?ola se la juega en verano, aunque todo el mundo parezca m¨¢s preocupado por el resultado de unas elecciones regionales.
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