Gestionando la salida de la crisis
Los fondos europeos llegar¨¢n despu¨¦s del despegue de la econom¨ªa en vez de anticiparlo
La econom¨ªa est¨¢ cambiando de tendencia, tras un mal inicio de a?o evidenciado por el retroceso del PIB en el primer trimestre, un -0,5%. El lento despegue de la vacunaci¨®n, junto con las inclemencias climatol¨®gicas y la contracci¨®n de algunos de los principales mercados como el alem¨¢n (un sorprendente -1,7%), han pesado sobre el consumo y la construcci¨®n.
Se ha echado de menos el plan europeo de recuperaci¨®n como factor compensador. Las interminables negociaciones entre Bruselas y los Estados miembros, as¨ª como las trabas surgidas en la aprobaci¨®n de los fondos (las reticencias vienen ahora del Parlamento de Finlandia), han retrasado la puesta en marcha del plan en el momento que m¨¢s se necesitaba. Los hechos, es decir, el impulso efectivo ejercido por la pol¨ªtica econ¨®mica, cuentan tanto o m¨¢s que los anuncios. As¨ª se explica que en la econom¨ªa americana creciera un 1,6% en el primer tramo del a?o, al calor del r¨¢pido despliegue de los est¨ªmulos de la administraci¨®n Biden, en contraste con el retroceso del 0,6% en la eurozona.
Afortunadamente la aceleraci¨®n de la campa?a de inmunizaci¨®n abre nuevas perspectivas. Las familias empiezan a animarse a gastar: las ventas de detalle crecieron un 3,5% en marzo, una tendencia que podr¨ªa acelerarse seg¨²n el repunte del ¨ªndice de confianza de abril. Adem¨¢s, ante la eventualidad de poder viajar en un horizonte pr¨®ximo, las reservas hoteleras est¨¢n saliendo del coma inducido por las restricciones de movilidad (el portal Sojern registra un incremento mensual superior al 12% entre marzo y abril). Y el comercio internacional ya est¨¢ en ¨®rbita de expansi¨®n, dopado por el auge de China y EE UU, hasta el punto de generar fen¨®menos de escasez de suministros industriales y semiconductores. El resultado es un rebote providencial de los indicadores de confianza tanto en la industria como en los servicios, que pasan a terreno positivo por primera vez desde el inicio de la crisis. Esta es una se?al inequ¨ªvoca de la inminencia de la remontada, en consonancia con las tendencias observadas en la afiliaci¨®n a la Seguridad Social.
As¨ª pues, cuando finalmente los fondos europeos est¨¦n disponibles, es muy probable que la econom¨ªa ya haya entrado en fase de crecimiento. Si su vigor fuera insuficiente, ser¨ªa conveniente priorizar los elementos del plan con efecto tractor inmediato, como la rehabilitaci¨®n de vivienda o el plan de choque para el empleo juvenil. Pero si la demanda privada ya se hubiera disparado, ser¨ªa m¨¢s indicado hacer hincapi¨¦ en los proyectos de transformaci¨®n, con impacto sobre todo en el largo plazo, tal el coche el¨¦ctrico o la promoci¨®n del hidr¨®geno verde.
Por otra parte, el riesgo de p¨¦rdida de tejido productivo como consecuencia de la crisis ha empezado a materializarse. La ¨²ltima EPA registra una ca¨ªda de la poblaci¨®n activa de m¨¢s de 100.000 personas, que refleja el fen¨®meno de des¨¢nimo y de desconexi¨®n del mercado laboral que se cierne sobre los colectivos m¨¢s vulnerables. El paro juvenil alcanza niveles alarmantes, que prefiguran un impacto duradero de la crisis en t¨¦rminos de empleo y de p¨¦rdida de capital humano. Y el supervisor financiero europeo (Junta Europea de Riesgo Sist¨¦mico) advierte de un posible tsunami de insolvencias de empresas viables. Si bien esta es una amenaza en todos los pa¨ªses europeos, las consecuencias ser¨ªan particularmente nefastas para las entidades financieras espa?olas peor posicionadas.
Todo ello apunta a la necesidad de no relajar la guardia ante el riesgo de erosi¨®n de capacidad productiva, porque la recuperaci¨®n por s¨ª sola apenas incidir¨¢ en la poblaci¨®n activa, el paro de larga duraci¨®n o los maltrechos balances de las empresas sobreendeudadas. De ah¨ª la importancia de una pol¨ªtica fiscal flexible, es decir, que responda con celeridad a la incierta evoluci¨®n de la coyuntura, y a la vez preste la debida atenci¨®n a la prevenci¨®n de las cicatrices de la crisis.
Escasez de suministros
El encarecimiento de los costes de producci¨®n se mantiene como uno de los principales retos de esta fase de salida de la crisis. Los precios industriales se incrementaron un 6,3% en marzo, y un 4% sin la energ¨ªa, como consecuencia de la escasez de suministros importados como los metales y los microprocesadores. Las empresas apenas pueden trasladar el alza de los costes a sus precios de venta, como lo evidencia la reducci¨®n de la inflaci¨®n subyacente (hasta el 0% en abril) y el d¨¦bil crecimiento del deflactor del PIB (un 1% en el primer trimestre).
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_
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