La paradoja laboral de EE UU: la econom¨ªa sale de su letargo, pero no crece el empleo
Los conservadores critican la pol¨ªtica de subsidios y alertan de la inflaci¨®n mientras los progresistas instan a mejorar los salarios. Otros expertos apuntan a un reajuste del mercado
Hermenegildo Cruz lleva poco m¨¢s de dos semanas de vuelta detr¨¢s del volante. Originario de Oaxaca, M¨¦xico, y con 23 a?os en Los ?ngeles, este conductor del servicio Lyft asegura que la pandemia es la culpable de la escasez de choferes de la aplicaci¨®n, que ha generado elevados tiempos de espera y tarifas tres veces m¨¢s altas de lo com¨²n para los usuarios en una ciudad con problemas de movilidad. Cruz transita las calles durante 12 horas en busca de pasajeros, lo m¨¢ximo que le permite la aplicaci¨®n de transporte. Este es ahora su principal ingreso. ¡°Estoy mejor, soy mi propio jefe y me siento menos expuesto al virus¡±, cuenta en su coche, adaptado con un grueso pl¨¢stico que parte el interior del auto en dos. Con la pandemia, abandon¨® su segundo empleo en un restaurante, donde estuvo siete a?os.
La econom¨ªa de Estados Unidos sale de su letargo econ¨®mico, m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n han recibido al menos una dosis de la vacuna, los negocios e instituciones comienzan la vuelta a la normalidad y las vacantes de empleo superaron los ocho millones al cierre de marzo, el m¨¢ximo desde que se tienen registros (2000). Aun as¨ª, abril sum¨® solamente 266.000 nuevos empleos, una cifra muy por debajo de lo esperado, despu¨¦s de que en marzo se creasen 770.000 puestos, y la tasa del paro nacional se mantiene en 6,1%.
Este desajuste ha disparado el debate en Estados Unidos. Para los conservadores, demuestra que el plan de est¨ªmulos y subsidios de la Administraci¨®n de Joe Biden resulta excesivo. Otros economistas advierten, en cambio, que el d¨¦ficit de mano de obra es m¨¢s puntual que generalizado y se debe a un reajuste del mercado de trabajo pospandemia, por el que muchos ciudadanos han decidido cambiar de sector. Analistas y pol¨ªticos progresistas se?alan que las empresas deben mejorar salarios en un pa¨ªs donde muchos trabajadores de puestos no cualificados necesitan ayudas sociales para subsistir. Esto ¨²ltimo despierta renovados temores a la inflaci¨®n, que el pasado abril se situ¨® en niveles m¨¢ximos desde 2008.
Casos como el que cuenta Hermenegildo Cruz son munici¨®n para los primeros. Muchos de los conductores que no han vuelto al trabajo siguen cobrando beneficios por desempleo, que pueden llegar hasta los 300 d¨®lares semanales, y estirando la ayuda de 1.200 d¨®lares otorgada por la Administraci¨®n de Biden. Con el paso de las semanas, los carteles de ¡°se busca empleado¡± empiezan a aparecer en las vitrinas de restaurantes, no solo en el centro de Los ?ngeles. Es un fen¨®meno que se extiende por todo el pa¨ªs en comercios que van desde Spokane, en Washington, hasta los restaurantes del sur de Florida, que se preparan para recibir a miles de turistas en el verano.
Algunos due?os de negocios se quejan de que no encuentran trabajadores y Estados republicanos como Tennessee y Misuri han decidido cortar los seis diferentes tipos de ayuda que reciben del gobierno federal con la esperanza de abrir el apetito a nuevos trabajadores. ¡°Conversando con negocios en todo el Estado sabemos que est¨¢n pasando tiempos dif¨ªciles no por la covid-19, sino por la escasez de trabajadores provocada por estas ayudas excesivas¡±, dijo el martes el gobernador de Misuri, Mike Parson, al anunciar el fin de las ayudas desde el 12 de junio.
Peticiones similares han llegado de Texas. Glenn Hamer, presidente de una asociaci¨®n privada compuesta por unos 200 comercios, ha pedido cerrar el grifo de ayudas. ¡°Con las vacunas a la mano para quien las quiera, es hora de que el presidente y el Congreso se den cuenta de que esta pol¨ªtica es un obst¨¢culo para el empleo en Texas y en todo el pa¨ªs¡±, se?al¨® Hamer en un comunicado. De acuerdo con esta organizaci¨®n, el 70% de 177 negocios consultados ten¨ªan entre una y veinte vacantes por cubrir.
Los especialistas no se alarman ante los datos recientes. ¡°La econom¨ªa es un paciente en coma. Y lo estamos sacando de esa condici¨®n. Un paciente as¨ª no tiene la misma fuerza muscular¡ pues as¨ª la productividad del trabajador, no puede ser la misma¡±, se?ala ?scar Jord¨¤, asesor s¨¦nior de la Reserva Federal de San Francisco. El economista resta importancia al mal dato de empleo. Tambi¨¦n al repunte del ¨ªndice de precios al consumidor, que en abril repunt¨® un 4,2% interanual por el cuello de botella en las cadenas de suministros y la demanda incipiente en el sector servicios. ¡°Un mal dato lo hemos tenido siempre. Hay que tener un poco de paciencia¡±, a?ade el tambi¨¦n acad¨¦mico de la Universidad de California.
Jord¨¤ recuerda que vivimos tiempos anormales. El economista pone un poco de perspectiva. Un trabajo que hizo el a?o pasado junto a Sanjay Singh y Alan Taylor, tambi¨¦n acad¨¦micos de la instituci¨®n en Davis, estudia el impacto que han tenido las epidemias con m¨¢s de 100.000 muertes sobre las econom¨ªas, principalmente las europeas, desde el siglo XIV. La conclusi¨®n es que las repercusiones pueden sentirse por d¨¦cadas. A las tasas de inter¨¦s les toma hasta 40 a?os recuperar los niveles esperados de no haber sufrido las desgracias sanitarias. ¡°Las econom¨ªas van flojas cuando salen de las pandemias¡ hay un exceso de trabajadores relativo al capital¡±, explica el acad¨¦mico.
Algunos sectores han comenzado a presentar incentivos como terapia de choque. Chipotle, la exitosa cadena de comida mexicana, anunci¨® esta semana un aumento de dos d¨®lares por hora en su salario m¨ªnimo. Un empleado de los m¨¢s de 2.700 restaurantes de burritos ganar¨¢ por lo menos 15 d¨®lares la hora. La medida ha sido copiada por McDonald¡¯s, que pretende reclutar a 10.000 empleados en tres meses. ¡°Seamos claros. El problema en Estados Unidos no es que los parados est¨¦n recibiendo un extra de 300 d¨®lares durante una pandemia horrible, el problema es que demasiadas empresas en Estados Unidos est¨¢n explotando a sus trabajadores con sueldos basura¡±, ha dicho en medio de la pol¨¦mica el senador dem¨®crata Bernie Sanders.
La reactivaci¨®n est¨¢ en marcha, pese a las dudas. La primera semana de mayo registr¨® menos solicitudes de beneficios para el desempleo, pasando de 507.000 a 473.000. En abril de 2020, cuando la pandemia comenzaba a despuntar, se registraron 6,1 millones de peticiones. El n¨²mero sigue siendo alto ahora, pero la tendencia es la correcta. ¡°Mantener los niveles de vacunaci¨®n observados a la fecha es un factor importante para continuar en esta trayectoria de mayor empleo y menores solicitudes de beneficios de desempleo¡±, afirma Brenda Samaniego, profesora asociada de la Universidad de California en Santa Cruz.
Samaniego cree que con el retorno a la normalidad vuelve tambi¨¦n el desajuste entre oferta y demanda laboral. Los buenos empleos eran muy competidos entre aspirantes. Del otro lado, los empleadores percib¨ªan poco inter¨¦s en algunas vacantes. El fen¨®meno produc¨ªa un desajuste. ¡°Las dos perspectivas pueden parecer contradictorias pero pueden ocurrir de manera simult¨¢nea y exist¨ªan antes de la pandemia si hay muchos empleos poco atractivos con bajos salarios, poca flexibilidad y alto riesgo¡±, apunta la economista. Quienes buscaban trabajo se enfocaban en las ofertas con mejores condiciones. La reactivaci¨®n trae de regreso el debate sobre los trabajos basura, sobre todo en las actividades m¨¢s expuestas al virus, y ha provocado que muchos estadounidenses cambien de sector.
El cierre de colegios y guarder¨ªas tambi¨¦n ha entorpecido la vuelta al trabajo de muchos ciudadanos. Los economistas coinciden que las mujeres son el grupo m¨¢s castigado en la vuelta al mercado laboral. Aunque muchas industrias han abierto, los cuidados en el hogar siguen limitando el regreso de la mujer al trabajo. ¡°Las escuelas y guarder¨ªas en muchos lugares siguen con horarios limitados y esto dificulta la participaci¨®n en el mercado laboral¡±, apunta Samaniego. Jord¨¤ se pregunta si habr¨¢ incentivos suficientes para que estas sean reintegradas al mercado. Sobre todo lamenta la generaci¨®n de mujeres que comenz¨® a trabajar poco antes de la crisis de 2008 y que hoy se topa con la pandemia. ¡°Han sufrido mucho en la vida laboral¡±, afirma el catedr¨¢tico.
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