Irlanda: ?Silicon Valley celta o refugio fiscal de la UE?
El pa¨ªs comienza a asumir que deber¨¢ revisar su estrategia de bajos impuestos
Qu¨¦ fue antes, el huevo o la gallina? Ahora que la triple iniciativa de la Administraci¨®n estadounidense de Joe Biden, la OCDE y la Comisi¨®n Europea plantea la urgencia de revisar e igualar los impuestos que pagan las grandes multinacionales en todo el mundo, Irlanda necesita convencerse a s¨ª misma y a las instituciones internacionales de que su milagro econ¨®mico no deriva exclusivamente de tener el impuesto de sociedades m¨¢s bajo de la UE: un 12,5%.
¡°Hay una fuerza laboral muy cualificada y con gran conocimiento tecnol¨®gico. Hay una capacidad de gesti¨®n e investigaci¨®n cultivada por todos los emigrantes que regresaron al pa¨ªs y trajeron con ellos nuevas habilidades (...) E Irlanda tiene un enorme atractivo como lugar de trabajo, por su posici¨®n en la econom¨ªa de habla inglesa de la UE en la era post-Brexit¡±, escribe en The Irish Times Karlin Lillington, una de las periodistas que ha seguido m¨¢s de cerca en las ¨²ltimas d¨¦cadas el boom tecnol¨®gico del llamado ¡°tigre celta¡±.
Todas esas ventajas existen, pero derivan en gran parte del gran salto acometido por el pa¨ªs en una generaci¨®n gracias a su estructura fiscal, la m¨¢s reducida del mundo desarrollado. Cerca de 1.000 multinacionales ¡ªno solo Facebook o Google¡ª han establecido en Irlanda sus sedes sociales. La peque?a isla es una potencia tecnol¨®gica y de servicios financieros, pero tambi¨¦n posee el sector farmac¨¦utico m¨¢s pujante de la UE. En t¨¦rminos contables, todo el mundo sabe lo que es el double irish (doble irland¨¦s), y no es precisamente un caf¨¦ con nata y whisky, sino el sistema por el que muchas compa?¨ªas redirigen sus ingresos y beneficios a territorio irland¨¦s para pagar lo m¨ªnimo posible en impuestos.
En 2019, Google pag¨® apenas ocho millones de euros en Espa?a por sociedades, a pesar de unos ingresos declarados de poco m¨¢s de 130 millones. Factur¨® pr¨¢cticamente desde Irlanda la mayor¨ªa de sus servicios, o redirigi¨® a su sede en la isla, para facturar desde all¨ª, sus gastos de marketing y promoci¨®n.
El ministro de Econom¨ªa irland¨¦s, Paschal Donohoe, del partido democristiano Fine Gael, se ha convertido en las ¨²ltimas semanas en el dique de contenci¨®n, la cara antip¨¢tica, de la Rep¨²blica, frente a la ofensiva internacional para nivelar la pol¨ªtica fiscal internacional y ayudar de ese modo a sufragar los ingentes gastos derivados de la pandemia. ¡°Anticipo que el tipo del 12,5% se mantendr¨¢ en vigor durante los pr¨®ximos cinco o diez a?os, as¨ª como otros impuestos bajos¡±, aseguraba el 18 de mayo el tambi¨¦n presidente del Eurogrupo a Sky News. Donohoe anticipaba su postura ante la cumbre de ministros de Econom¨ªa del G-7, que se reunir¨¢ en Londres los d¨ªas 4 y 5 de junio.
La Administraci¨®n estadounidense quiere extraer de esa reuni¨®n el compromiso de las siete naciones para imponer un impuesto m¨ªnimo de sociedades del 15%, lejos del 21% sugerido inicialmente por Washington, pero que supondr¨ªa en cualquier caso un da?o considerable a las cuentas irlandesas. ¡°Es cierto que, en el futuro, un acuerdo en torno a un m¨ªnimo impositivo deber¨ªa existir¡±, admit¨ªa Donohoe, en un claro intento de dejar cierto espacio a la negociaci¨®n de una realidad que avanza de un modo lento pero imparable.
El Gobierno irland¨¦s se aferra a la idea de que debe permitirse una cierta flexibilidad fiscal para compensar la desventaja de aquellos pa¨ªses peque?os que no disponen de la econom¨ªa de escala de sus grandes competidores.
Sus cr¨ªticos recuerdan que Irlanda, que se ha beneficiado de manera particular de la pertenencia a la UE, ya forma parte hoy del mercado interior m¨¢s amplio de la econom¨ªa occidental. Y que sus incuestionables ventajas ¡ªel ingl¨¦s, sus v¨ªnculos hist¨®ricos con Estados Unidos, su capacidad de trampol¨ªn anglosaj¨®n hacia Europa¡ª deben ser ahora su plan B para afrontar un futuro mucho m¨¢s nivelado fiscalmente con el resto de pa¨ªses. Especialmente con el Reino Unido, cuyo incierto futuro despu¨¦s del Brexit ha llevado al Gobierno de Boris Johnson a mirar con mayor recelo la competencia que supone una peque?a isla al oeste a la que no sol¨ªa prestar excesiva atenci¨®n.
Downing Street se ha convertido ahora en uno de los principales agentes que impulsa mayor rigor fiscal para las grandes corporaciones tecnol¨®gicas. ¡°Nuestra posici¨®n, mantenida en el tiempo, ha sido defender que resulta importante d¨®nde se pagan los impuestos, y que cualquier acuerdo futuro debe asegurar que las empresas digitales paguen en el Reino Unido unos impuestos que reflejen su actividad econ¨®mica real. Es lo que quieren los contribuyentes y es lo justo para sostener nuestros servicios p¨²blicos¡±, aseguraba el viernes un portavoz del Ministerio de Econom¨ªa del Reino Unido.
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