¡°Si gano 80.000 euros invirtiendo me da para un buen coche¡±
Dos particulares explican su experiencia con la compra de divisas digitales
Valent¨ªn, inform¨¢tico de 37 a?os, repite un mismo ritual al despertar cada ma?ana. Coge el tel¨¦fono, abre la aplicaci¨®n TradingView y mira la cotizaci¨®n de sus criptomonedas para saber qu¨¦ ha sucedido durante la noche. El mercado, a diferencia de las Bolsas o las divisas tradicionales, no cierra. Funciona 24 horas al d¨ªa siete d¨ªas a la semana. La perfecta materializaci¨®n del dicho que acompa?a al t¨ªtulo de la famosa pel¨ªcula sobre Wall Street: el dinero nunca duerme. Valent¨ªn, que en realidad no se llama as¨ª, pero prefiere no dar su nombre real, tiene ahora mismo regados sus ahorros por 23 criptomonedas diferentes. Tras la reciente bajada, su inversi¨®n vale cerca de 700.000 d¨®lares, pero lleg¨® a sumar 1,3 millones hace solo unos meses. Su fe en ellas no ha disminuido un ¨¢pice pese al fuerte varapalo. Los n¨²meros le salen: va ganando casi seis veces m¨¢s de lo que invirti¨® (unos 120.000 d¨®lares), y cree que la gran subida a¨²n est¨¢ por llegar, por lo que emplea buena parte de su tiempo de teletrabajo en realizar operaciones y navegar por foros donde los rumores se mezclan con informaci¨®n aparentemente valiosa.
El plan vital est¨¢ vagamente trazado. Cuando su cuenta corriente se mueva entre tres y cinco millones abandonar¨¢ su empleo en la multinacional donde trabaja, pondr¨¢ ese dinero a trabajar en inversiones menos vol¨¢tiles, y se dedicar¨¢ laboralmente a algo relacionado con las criptomonedas. Mientras tanto, todav¨ªa quedan muchas semanas de v¨¦rtigo hasta llegar a ese d¨ªa, si es que llega. Hace poco lleg¨® a ganar 300.000 d¨®lares en solo siete d¨ªas, pero no vendi¨® pensando en que seguir¨ªa subiendo. Ocurri¨® lo contrario. ¡°Obviamente siempre piensas que pod¨ªas haber vendido, pero he aprendido a controlar mis emociones, tanto si gano como si pierdo¡±, afirma.
Aunque los inversores institucionales parecen mostrar cada vez mayor inter¨¦s por no quedarse al margen de las criptomonedas, temerosos de perder un tren que tal vez no vuelva a pasar, particulares como ¨¦l est¨¢n detr¨¢s de su auge. Seg¨²n un informe de Citigroup, los peque?os inversores copan un 63% de ellas en Europa, el 70% en Asia-Pac¨ªfico, el 75% en Oriente Medio y el norte de ?frica, y el 82% en Latinoam¨¦rica.
La edad de estos inversores suele ser menor a la de los que se interesan por otros productos financieros. Ni los dep¨®sitos, ni la renta fija, ni siquiera la Bolsa, ofrece el c¨®ctel de ganancias r¨¢pidas y emociones fuertes de las criptomonedas, pese a que esa adictiva ecuaci¨®n no siempre es exacta: las ¨²ltimas semanas se acumulan los n¨²meros rojos, y ha habido un sonado caso de fraude en Turqu¨ªa, aunque en Espa?a los afectados por estafas similares tambi¨¦n se cuentan por miles: seg¨²n Cinco D¨ªas, la Audiencia Nacional investiga tres casos con 90.000 afectados y 800 millones defraudados. Los defensores de este tipo de inversi¨®n reconocen que hay riesgos, pero creen que existe una estigmatizaci¨®n, y recuerdan que tambi¨¦n se descubren cada cierto tiempo chiringuitos financieros en otros productos en euros o d¨®lares.
Christian Bolufer, instructor de equitaci¨®n de 28 a?os afincado en Benissa (Alicante), empez¨® a leer sobre las criptomonedas cuando un amigo le dijo, en noviembre del a?o pasado, que hab¨ªa un modo de multiplicar su dinero. Su primera reacci¨®n fue de desconfianza, pero sus lecturas sobre la tecnolog¨ªa blockchain acabaron por convencerle. ¡°Me pareci¨® revolucionario que una moneda no pudiera estar manipulada por gobiernos, bancos o grandes instituciones¡±, explica al tel¨¦fono. Sus inversiones son m¨¢s modestas que las de Valent¨ªn: 3.000 euros en bitcoins que hoy valen unos 9.000, a los que se suman otros 12.000 en varias criptomonedas m¨¢s peque?as. En total, m¨¢s del 60% de sus ahorros est¨¢n en este tipo de activos.
En su entorno, al principio reaccionaron con preocupaci¨®n, pero cree que la percepci¨®n de la opini¨®n p¨²blica est¨¢ cambiando conforme los medios de comunicaci¨®n ampl¨ªan su cobertura sobre las criptomonedas. Ahora detecta un inter¨¦s creciente. ¡°Amigos de mi padre se interesan cuando se enteran de que invierto. Mucha gente cree que bitcoin y criptomoneda son lo mismo, y no saben que hay miles de ellas, sucede como con la marca Kleenex, que se ha convertido en sin¨®nimo de pa?uelo¡±.
Bolufer afirma que no aspira a hacerse rico. ¡°Para eso tendr¨ªa que entrar en monedas de m¨¢s riesgo, como Doge [una criptomoneda que naci¨® como una broma y se ha revalorizado con fuerza, aunque ahora lleva d¨ªas en ca¨ªda libre], pero prefiero no hacer eso. No podr¨ªa dormir bien¡±. S¨ª conf¨ªa al menos en maximizar sus ahorros. ¡°Si llego a 80.000 o 100.000 euros me da para un buen coche¡±, aventura. Las curvas inherentes al trayecto para todo aquel que se sube al b¨®lido de las criptomonedas, extremadamente vol¨¢tiles, no le quitan el sue?o. ¡°No me asustan las correcciones porque conf¨ªo en los proyectos detr¨¢s de las criptomonedas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.