Una gran finca de manzanos no deja dormir a los vecinos de un pueblo de Soria
El sonido de unas m¨¢quinas contra las heladas en una productora frut¨ªcola perturba a los residentes cercanos
El fr¨ªo de las noches de La Rasa (El Burgo de Osma, Soria, 120 vecinos ) les quita el sue?o a sus habitantes. La culpa no es del frescor nocturno sino del ruido de unos molinos, ubicados en una inmensa plantaci¨®n de manzanos, que se activan cuando cae el sol en primavera para impedir que las bajas temperaturas congelen las flores de los ¨¢rboles. La contaminaci¨®n ac¨²stica que generan desde que fueron instalados hace 11 a?os perturba a las familias que residen en las proximidades y supone un trastorno para el Ayuntamiento, que tiene que mediar entre el derecho al descanso de algunos de sus vecinos y el impacto laboral de estos ¨¢rboles de la empresa Nufri, que da empleo a unas 400 personas en la zona. El Ayuntamiento y la Junta de Castilla y Le¨®n dicen que son muy pocos d¨ªas al a?o; los due?os de una casa rural cercana afirman que este a?o se han activado ya 22 veces.
El sistema antiheladas de las 1.100 hect¨¢reas de la plantaci¨®n, una de las m¨¢s grandes de Espa?a, se aplica mediante unos ventiladores cuyas aspas, al batirse, evitan que las heladas frustren el desarrollo de las futuras manzanas. El movimiento de aire propicia la producci¨®n de toneladas de frutos que se exportan bajo el nombre de Lavinda, mientras los habitantes m¨¢s cercanos viven indignados y con problemas para dormir. Roc¨ªo Madrigal es una de las perjudicadas, tanto en lo personal como en lo econ¨®mico, pues regenta El Lagar de la Navazuela, una casa rural muy pr¨®xima a la plantaci¨®n.
La empresaria denuncia que el Ayuntamiento de El Burgo de Osma ha suspendido desde 2011 los valores l¨ªmite de sonido y que las ¡°medidas correctoras¡±, como las ventanas que les cambiaron en 2017, apenas han servido. ¡°Es como estar bajo un helic¨®ptero¡±, define Madrigal. La normativa auton¨®mica recoge que el m¨¢ximo de decibelios consentido en exteriores es de 45 mientras que las mediciones, asegura la afectada, han alcanzado los 70. La hostelera, que ha abierto varios pleitos con la empresa, critica que sus clientes vienen a descansar y se encuentran con un ruido muy molesto y especialmente habitual en primavera, cuando la floraci¨®n choca con el descenso t¨¦rmico nocturno.
La empresa, contactada por EL PA?S, ha declinado pronunciarse y recalca que se ha limitado a seguir las indicaciones del Ayuntamiento. El alcalde, Miguel Cobo, asume que la controversia implica ¡°equilibrar entre las necesidades industriales y el derecho al descanso¡±. La primera intervenci¨®n, en 2017, consisti¨® en cambiar los cristales de la posada rural, la ¨²nica denunciante, pero lo acordado ahora es aplicarlo a unas ¡°35 viviendas de La Rasa¡±. Cobo reitera que la competencia para cumplir la ley de ruido es auton¨®mica y que ellos no tienen capacidad para hacer ¡°estudios exhaustivos¡± tras unos ¡°primeros rifirrafes¡± entre la compa?¨ªa y los vecinos.
Nufri, asegura, les ha ofrecido tres planes correctores. Dos de ellos, colocar unas paredes de setos y el cambio de las aspas de los molinos, mantendr¨ªan igualmente el ruido sin grandes mejoras, admiten. El plan C es cambiar los ventanales de las casas. La empresa dispone de 12 meses para ejecutarlo y la pr¨®xima primavera, cuando lleguen las mediciones reales, dictar¨¢n sentencia sobre su eficacia: ¡°No s¨¦ si ser¨¢ buena o mala idea, es un marr¨®n tremendo porque trasciende nuestras competencias¡±.
Fuentes de la delegaci¨®n de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y Le¨®n recalcan que la competencia es local porque se trata solo de ¡°muy pocos d¨ªas al a?o¡± y que corresponde al Consistorio aprobar o no esas suspensiones. El regidor admite que los cientos de puestos de trabajo en una zona tan deprimida laboralmente como la provincia de Soria les exige ¡°cuidado al maniobrar¡±. La inversi¨®n de la productora de manzanas para cambiar los mecanismos de ventilaci¨®n ser¨ªa muy elevada, reconoce, pero el largo recorrido de Nufri all¨ª les hace pensar que podr¨ªan acometer este gasto. Todo, insiste, desde el equilibrio: ¡°Hay que presionar pero a la vez permitir¡±.
Roc¨ªo Madrigal reclama que no por el peso laboral de la firma se pueden ¡°saltar las normas¡± porque ¡°la despoblaci¨®n es una excusa pobre¡± incluso para el respeto medioambiental, pues los paseos cerca de los manzanos se han convertido tambi¨¦n en una molestia si los molinos est¨¢n activados. Madrigal asegura que incluso con los nuevos cristales siguen escuchando demasiado ruido, hasta 40 decibelios, 15 m¨¢s que los permitidos en interiores, aunque no muestra los informes que lo avalan y el Consistorio sostiene que desconoce esos datos.
Fuentes de la Junta se?alan que disponen de informes que desmienten que el ruido interior, aunque no exterior, rebase los l¨ªmites. Un vecino de La Rasa, tambi¨¦n perjudicado y que pide anonimato, se enfada porque ¡°es un zumbido que no te deja ni estar, leer o ver la televisi¨®n¡±. Este hombre se muestra pesimista porque, si en todo este tiempo ¡°la soluci¨®n que han encontrado es poner una contraventana¡±, cree complicado que cambie su suerte: ¡°Lo hemos dado casi por perdido y nos lo tendremos que comer¡±.
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