¡°Los coches hacen mucho ruido y no podemos concentrarnos en clase¡±
La protesta escolar contra la contaminaci¨®n llega a Madrid, Bilbao, Girona y Melilla
¡°Los coches hacen mucho ruido y no podemos concentrarnos en clase¡±, explica Gabriela, de nueve a?os. ¡°A veces estamos haciendo un examen y hay tanto jaleo que no podemos concentrarnos¡±, coincide Valentina, de ocho. Su colegio, el Rufino Blanco, se encuentra en Madrid entre una calle de cuatro carriles y otra de cinco, as¨ª que el humo y los pitidos son sus compa?eros de clase. Por eso, la Asociaci¨®n de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro no dud¨® en unirse a la protesta escolar contra los coches que arranc¨® hace unos meses en Barcelona, se extendi¨® luego a Badalona, Sant Cugat y Sabadell, y a la que este viernes se sumaron las familias de nueve colegios en Madrid, uno en Bilbao y sendos en Girona y Melilla. En total, son ya colectivos de 68 colegios de nueve ciudades; se celebra los viernes cada dos semanas y es probable que en la pr¨®xima (el 26 de marzo) llegue a m¨¢s urbes.
Al salir de clase, Gabriela, Valentina y sus amigas no se encontraron este viernes con una acera estrecha en la que apelotonarse, sino con una calle cortada que han hecho suya unas 300 personas, entre ni?os y mayores. ¡°Qu¨¦ alegr¨ªa, qu¨¦ bien se est¨¢ sin coches¡±, dice Maitane, madre de una ni?a de cuatro a?os. Los m¨¢s peque?os empiezan a jugar al pillapilla, mientras otros se ponen los patines. Una ni?a hace pompas de jab¨®n con las que ba?a a sus amigas. Muchos otros cogen tizas y se ponen a dibujar en el suelo: ¡°Coches caca¡±, ¡°Fuera contaminaci¨®n¡±. ¡°Menos coches, m¨¢s salud¡±.
David Galbete, padre de dos alumnas del colegio y miembro del AMPA, afirma: ¡°Los ni?os cuando salen se ponen a jugar en la marquesina del autob¨²s y se amontonan. Por eso hoy quer¨ªamos convertir la calle en una plaza para ellos¡±. Manuel Franco, padre de dos alumnos y epidemi¨®logo, lanza: ¡°Este colegio est¨¢ al lado de una autopista urbana. Con la contaminaci¨®n y el ruido, los chavales se concentran menos. Un cole al lado de una autopista hace que los ni?os vayan por detr¨¢s solo por estudiar aqu¨ª, y eso los condena a un peor nivel educativo¡±. Roc¨ªo, madre de una alumna de cuatro a?os, coincide: ¡°Los ni?os respiran poluci¨®n todos los d¨ªas. Algo tenemos que hacer¡±.
La protesta para pedir entornos escolares seguros y menos coches, denominada Revuelta Escolar, tambi¨¦n ha llegado a dos centros p¨²blicos cercanos, Fernando el Cat¨®lico y Asunci¨®n Rinc¨®n. B¨¢rbara Sanchiz es madre de un ni?o de cuatro a?os en el primero de ellos: ¡°Mi hijo viene cada d¨ªa con su padre en bici, pero Madrid es una ciudad muy hostil para la bicicleta. Se nos exige ir con un ni?o de cuatro a?os entre los coches y eso es absurdo. No hay casi carriles bici. Si queremos menos contaminaci¨®n hacen falta veh¨ªculos m¨¢s sostenibles como la bici. Al menos los entornos de los coles deber¨ªan ser m¨¢s amables. Estamos en una emergencia clim¨¢tica. ?Qu¨¦ mundo le vamos a dejar a nuestros hijos?¡±, se queja, mientras los ni?os toman la calle, juegan con globos, pintan en el suelo y hacen cola para el puesto de decorar galletas. De fondo, una banda toca junto al mercado de Vallehermoso mientras algunos peque?os bailan.
Ruth L¨®pez, madre de dos ni?os de cinco y siete a?os y miembro del AMPA del Fernando El Cat¨®lico, resume sus peticiones: ¡°Es algo simb¨®lico tener la calle cortada. En el centro de la capital hay muy pocos espacios para los ni?os, salen del colegio y no tienen sitio donde jugar. Los ni?os no se quejan, pero llevan un a?o muy malo: los vemos con m¨¢s ansiedad y m¨¢s pesadillas por la situaci¨®n. As¨ª que esta protesta es una forma de sacarlos a la calle, que no est¨¦n en espacios cerrados. Queremos una ciudad m¨¢s amable¡±.
M¨¢s all¨¢ est¨¢ el colegio Asunci¨®n Rinc¨®n, donde los peque?os se divierten con batucadas, juegos en la calle y hasta conciertos, como el ofrecido por Tereshkova Swing. ¡±Ahora estamos repensando la ciudad, no podemos ir en coche a todas partes, hay que plantear una ciudad m¨¢s humana, como se est¨¢ haciendo en toda Europa¡±, cuenta Nuria del Olmo, con un hijo de siete a?os en la escuela. Paloma Casanueva, madre de un alumnos de tres a?os del mismo centro, reflexiona: ¡°Ahora se hacen las clases con las ventanas abiertas, lo que hace que haya mucho ruido porque estamos al lado de una calle muy transitada. La contaminaci¨®n es muy nociva y tiene un impacto importante en el desarrollo de los ni?os. Cuando los ni?os salen hay aceras estrechas y los ni?os se apelotonan. Y los coches pasan muy r¨¢pido, es un peligro¡±.
¡°El espacio p¨²blico es de todos¡±
La protesta tambi¨¦n ha llegado al Pa¨ªs Vasco, en concreto al colegio Cervantes de Bilbao. ¡°Si se ha cogido espacio del aparcamiento para los bares y no ha pasado nada, ?Por qu¨¦ no se hace lo mismo para los entornos escolares? El espacio p¨²blico es de todos, no solo del coche¡±, dice Pablo Rey, presidente del AMPA de este colegio y padre de dos alumnos. ¡°Pedimos que se corten las calles en los recreos para que todos los ni?os puedan salir al aire libre y tambi¨¦n que se estudie la peatonalizaci¨®n total de la calle. Llevamos a?os con esta lucha, pero adem¨¢s ahora se junta con el coronavirus, con lo que est¨¢ claro que los alumnos necesitan m¨¢s espacios al aire libre. Se va a acabar el curso y seguimos sin conseguirlo¡±, a?ade. Para la pr¨®xima protesta, dentro de dos viernes, esperan que se sumen al menos otros dos colegios bilba¨ªnos.
En Catalu?a la novedad este viernes ha sido la participaci¨®n de una escuela de Girona, informa Clara Blanchar. Es la escuela ?gora, cuyo acceso ¡°no permite respetar las distancias de seguridad ni entre familias ni a los peatones caminar tranquilamente¡±, explica Susanna Tur¨®n, de la asociaci¨®n de familias. El centro ha pedido al Ayuntamiento que corte la calle en las entradas y salidas y, ante la falta de respuesta, las familias se han apuntado a las protestas. ¡°Para nosotros es muy importante que se pacifique la zona, por la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica y ac¨²stica, pero tambi¨¦n para ganar en seguridad. Al final se trata de priorizar a las personas¡±, se?ala Tur¨®n. La lluvia ha deslucido parte de las actividades preparadas, pero se ha podido cortar el tr¨¢fico y leer el manifiesto.
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