Que la inflaci¨®n no desmejore nuestro futuro
Estados Unidos necesita desesperadamente invertir en su gente, sobre todo en sus ni?os
La lecci¨®n transmitida por el informe de precios al consumo publicado el mi¨¦rcoles pasado depende, en gran medida, de la opini¨®n de cada cual. Al Equipo Transitorio ¡ªuna expresi¨®n que tomo prestada del analista econ¨®mico George Pearkes¡ª le anim¨® el hecho de que la inflaci¨®n de julio fuera considerablemente m¨¢s baja que la de junio. Es decir, a quienes sostenemos que los recientes aumentos de precios reflejan alteraciones temporales que surgen a medida que nos recuperamos de la pandemia y no un problema de inflaci¨®n subyacente ¡ªun grupo que incluye economistas de la Casa Blanca, muchos progresistas y un servidor¡ª el informe nos ha parecido tranquilizador.
Otros economistas razonables se han mostrado menos optimistas, y han se?alado que la inflaci¨®n sigue elevada, advirti¨¦ndonos de que pronto podr¨ªamos observar subidas importantes de los alquileres, que tienen un gran peso en el ?ndice de Precios al Consumo. Y admito que existe la posibilidad de que la inflaci¨®n por encima de lo normal resulte ser lo suficientemente persistente como para que la Reserva Federal quiera ajustar antes de lo previsto la pol¨ªtica monetaria. No creo que vaya a ocurrir, pero no conf¨ªo lo suficiente en esta opini¨®n como para descartar la posibilidad.
Incluso si la inflaci¨®n es un problema mayor de lo que el Gobierno de Biden u otros economistas de ideas similares pensamos, ?qu¨¦ repercusiones tendr¨ªa, aparte de la pol¨ªtica monetaria? En concreto, ?es el riesgo de inflaci¨®n una raz¨®n para que los dem¨®cratas rebajen sus planes de invertir en el futuro de Estados Unidos?
No, no, y 3,5 billones de veces, no.
Buena parte de la cobertura de los medios sobre la resoluci¨®n presupuestaria aprobada recientemente por el Senado por votos sujetos a la disciplina de partido ¡ªuna resoluci¨®n que sienta las bases para gastos nuevos por valor de 3,5 billones de d¨®lares¡ª padece dos problemas habituales del periodismo fiscal: falta de contexto cuantitativo e incapacidad para distinguir claramente entre el aumento del gasto y el est¨ªmulo fiscal, que no son necesariamente lo mismo.
Respecto al primer punto, s¨ª, 3,5 billones de d¨®lares es much¨ªsimo dinero. Pero este gasto pretende ayudar a reconstruir la econom¨ªa estadounidense, que es enorme. Hablamos de un plan de gasto a largo plazo, en virtud del cual el dinero se desembolsar¨ªa gradualmente a lo largo de una d¨¦cada. Y es probable que el PIB de Estados Unidos en esa d¨¦cada ronde los 300 billones de d¨®lares (287,7 billones, seg¨²n la Oficina Presupuestaria del Congreso).
As¨ª que olv¨ªdense de los titulares que califican el plan de ¡°masivo¡± o ¡°enorme¡±. Es un plan que podr¨ªa suponer una gran diferencia para la vida de muchos estadounidenses y ayudar a construir un futuro mejor. Y apenas representa un poco m¨¢s del 1% del PIB. No bastar¨ªa para causar problemas graves de inflaci¨®n incluso si todo el gasto se sufragase con dinero prestado.
Y la resoluci¨®n presupuestaria no prev¨¦ un gasto deficitario puro. Es decir, no es como el Plan de Rescate Estadounidense aprobado a principios de a?o, que se financi¨® completamente mediante endeudamiento.
Por el contrario, los dem¨®cratas proponen pagar la mayor parte del nuevo gasto con nuevos impuestos a los ricos (adem¨¢s de recaudar los impuestos que los ricos deben, pero no han estado pagando). Y esto significa que el aumento de gasto en carreteras y en cuidado infantil se compensar¨ªa con una disminuci¨®n del gasto en superyates y helic¨®pteros en los Hamptons. En otras palabras, si les preocupa que el plan dem¨®crata estimule excesivamente la econom¨ªa, tengan en cuenta que proporcionar¨ªa menos est¨ªmulo de lo que las cifras de gasto anunciadas en los titulares podr¨ªan dar a entender.
Pero si el plan no es un est¨ªmulo, ?qu¨¦ es? Es b¨¢sicamente inversi¨®n, y eso reduce a¨²n m¨¢s los riesgos inflacionarios. El gasto en infraestructuras f¨ªsicas, tanto en la ley ya aprobada en el Senado por los dos partidos como en la futura ley que probablemente aprobar¨¢n solo los dem¨®cratas, aliviar¨ªa los atascos de suministros que tanto han influido en la inflaci¨®n reciente, y aumentar¨ªa al mismo tiempo la productividad de los trabajadores.
?Y respecto al gasto en ¡°infraestructuras humanas¡±? Hay pruebas fehacientes de que ayudar a las familias con ni?os enriquecer¨¢ a Estados Unidos y lo har¨¢ m¨¢s productivo a largo plazo, pero para ser justo, esos beneficios tardar¨¢n mucho en materializarse. Sin embargo, la ayuda federal para guarder¨ªas y la ense?anza infantil universal tambi¨¦n aportar¨ªan resultados mucho m¨¢s r¨¢pidos, en particular ayudando a m¨¢s mujeres a sumarse a la poblaci¨®n activa. Esto expandir¨ªa la capacidad de la econom¨ªa, que es precisamente la mejor forma de luchar contra la inflaci¨®n, si se maneja bien.
Entonces, ?de qu¨¦ va todo esto? No s¨¦ si algunos como Joe Manchin, que expresan su ansiedad por la inflaci¨®n, est¨¢n verdaderamente desinformados o solo intentan se?alar que est¨¢n a la derecha de sus compa?eros.
Si son sinceros respecto a su preocupaci¨®n por la inflaci¨®n, yo los animar¨ªa a pedir a su personal que eche n¨²meros. La ansiedad por el impacto inflacionario de la inversi¨®n p¨²blica no tiene sentido si se examinan las cifras.
Si solo es una cuesti¨®n de se?ales, vale, as¨ª es la pol¨ªtica. Pero yo les dir¨ªa que busquen una forma de enviar se?ales sin debilitar a su partido¡ y a su pa¨ªs.
Porque lo cierto es que Estados Unidos necesita desesperadamente invertir en su futuro, en activos tangibles como carreteras o puentes, y tambi¨¦n en su gente, especialmente en sus ni?os. Y no hay razones econ¨®micas de peso para no realizar esas inversiones. La deuda no es un problema, teniendo en cuenta los bajos tipos de inter¨¦s; y la inflaci¨®n no ser¨ªa un problema, dada la capacidad de la econom¨ªa para absorber un aumento del gasto p¨²blico. Podemos construir, y debemos hacerlo.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa
? The New York Times, 2021
Traducci¨®n de News Clips
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