La subida de precios castiga el poder adquisitivo de asalariados p¨²blicos y privados
La inflaci¨®n, en m¨¢ximos desde hace casi una d¨¦cada, supone un lastre para la recuperaci¨®n en marcha de la econom¨ªa espa?ola
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La inflaci¨®n se ha convertido en una molesta compa?era de viaje de la recuperaci¨®n en marcha. La subida de los precios en Espa?a, del 3,3% en agosto respecto al a?o pasado, no se ve¨ªa desde hace casi una d¨¦cada. El fen¨®meno es com¨²n a otras muchas econom¨ªas desarrolladas. Pese a que los precios no han acelerado tanto como en Estados Unidos (5,4%), la inflaci¨®n s¨ª viene batiendo mes a mes el promedio de sus socios europeos, inflamada por una de las facturas de la electricidad m¨¢s caras del continente. Sus efectos colaterales son diversos, y de mantenerse en el tiempo ¡ªalgo que los bancos centrales tienen la esperanza de que no suceda¡ª amenazan con lastrar la econom¨ªa espa?ola al restar poder adquisitivo a los asalariados p¨²blicos y privados, da?ar el consumo, disparar la factura de las pensiones y erosionar la competitividad de las empresas.
Salarios. Una n¨®mina de 950 euros mensuales en 14 pagas ¡ªel actual salario m¨ªnimo en Espa?a¡ª no es igual ahora que hace 12 meses. Con el precio de la gasolina un 21% por encima debido al alza del petr¨®leo, y la factura de la luz desbocada por el encarecimiento del gas y de los derechos de emisi¨®n de CO?, el margen de gasto y ahorro ¡ªsi lo hubiera¡ª es menor para los que lo perciben. En pleno debate sobre la subida del salario m¨ªnimo por parte del Gobierno, eso ha llevado al sindicato UGT a plantear que aumente al menos al mismo ritmo que la inflaci¨®n. Su posici¨®n contrasta con la de la patronal de empresarios CEOE, reacia a cualquier incremento bajo el argumento de que puede da?ar la creaci¨®n de empleo.
Pero la inflaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ minando la capacidad de compra de otros empleados que cobran m¨¢s. Los salarios pactados en convenio colectivo crecieron hasta julio un 1,54%, la mitad de lo que suben los precios. Y en los principales ¨¢mbitos los sueldos progresaron menos que la inflaci¨®n: mejoraron un 2,39% en construcci¨®n, un 1,51% en servicios, 1,37% en industria y 1,12% en agricultura. En el caso de los cerca de tres millones de funcionarios, la n¨®mina se queda a¨²n m¨¢s atr¨¢s, y este a?o crece el 0,9%.
El modo en que los salarios se adaptan a las subidas de la inflaci¨®n requiere de sutiles equilibrios. En Estados Unidos faltan trabajadores en determinados sectores ¡ªlo cual les dota de mayor poder de negociaci¨®n¡ª y el paro est¨¢ bajando con fuerza. Por eso, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo la semana pasada en Jackson Hole que est¨¢ vigilando el ritmo al que aumentan los sueldos para evitar una eventual espiral de precios y salarios, el movimiento que se produce cuando los salarios suben m¨¢s r¨¢pido que la productividad y a su vez los empleadores trasladan el mayor gasto en n¨®minas a los consumidores, en un c¨ªrculo vicioso que se retroalimenta.
Pensiones. Los c¨¢lculos de varias casas de an¨¢lisis cifran en unos 4.900 millones de euros el gasto extra en pensiones que deber¨¢ acometer el Gobierno en 2022 debido al alza de la inflaci¨®n. Las pensiones est¨¢n protegidas de los vaivenes de los precios: suben lo mismo que sube la inflaci¨®n ¡ªy si esta es negativa, no bajan¡ª. Eso conlleva que el esfuerzo de las arcas p¨²blicas vaya a ser mayor de lo esperado, dado que el Ejecutivo manejaba inicialmente unas previsiones de inflaci¨®n para este a?o del 0,9% que ahora han quedado en papel mojado. El a?o pasado, el Estado destin¨® a esta partida casi 119.000 millones, una cifra que este a?o se incrementar¨¢ sensiblemente.
Consumo. Si los hogares destinan cada vez m¨¢s dinero a la factura de la electricidad, llenar el dep¨®sito de combustible o hacer la compra en el supermercado, las cuentas de ahorro adelgazan, y el poder adquisitivo disminuye, lo cual puede reducir el consumo. Para Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano, se trata de una amenaza real. ¡°El riesgo en Espa?a es que, aunque el consumo est¨¢ haci¨¦ndolo muy bien por la mejora de la confianza y el ahorro embalsado, si los salarios seg¨²n convenio suben un 1,5% y la inflaci¨®n duplica ese nivel, ese desequilibrio puede ser nocivo para el consumo¡±, explica. Algo as¨ª cree que sucedi¨® en julio en Estados Unidos, donde los salarios est¨¢n subiendo a menor velocidad que los precios y los datos de consumo del mes pasado fueron decepcionantes.
Competitividad. Una f¨¢brica que paga m¨¢s por su electricidad es menos rentable, a no ser que traslade a sus productos la subida, y entonces ser¨ªan otras empresas o los consumidores los que asumir¨ªan el coste. Pero en plena globalizaci¨®n, subir el precio ni siquiera es garant¨ªa de que se mantendr¨¢n los m¨¢rgenes de beneficio. La competitividad es feroz y los clientes pueden optar por otras opciones m¨¢s baratas procedentes de pa¨ªses donde la factura el¨¦ctrica es menor o los impuestos de sociedades m¨¢s bajos. Los altos precios de la energ¨ªa tambi¨¦n desincentivan la llegada de nuevas industrias, lo cual no ayuda a que la recuperaci¨®n gane fuerza.
Pol¨ªtica monetaria. Tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal han retocado sus objetivos y ahora toleran tasas de inflaci¨®n superiores al 2%. Ambos insisten en que la subida de precios es un fen¨®meno transitorio, alentado por un c¨²mulo de factores que van m¨¢s all¨¢ de los precios de la energ¨ªa, como los problemas en las cadenas de suministros, los ingentes paquetes de est¨ªmulo p¨²blico inyectados a la econom¨ªa y la enorme demanda propiciada por el ahorro y las ayudas p¨²blicas. De la Torre comparte esa idea. ¡°En mi opini¨®n veremos dos procesos paralelos: habr¨¢ menor inflaci¨®n en 2022 seg¨²n se corrija el efecto base de comparar precios con los niveles deprimidos de 2020, y subir¨¢n los salarios debido a la mejora del entorno laboral y a incipientes mejoras de productividad¡±.
Sin embargo, los sectores m¨¢s ortodoxos de ambas instituciones ¡ªlos llamados halcones¡ª toman posiciones y elevan la presi¨®n para mover ficha: la Fed ya estudia una reducci¨®n de est¨ªmulos antes de que acabe el a?o. Europa, donde la inflaci¨®n subyacente ¡ªuna m¨¦trica para muchos m¨¢s acertada para medir la realidad, en la que no se tienen en cuenta la energ¨ªa y los alimentos no elaborados, los componentes m¨¢s vol¨¢tiles¡ª es todav¨ªa baja, del 0,7%, tardar¨¢ m¨¢s tiempo en dar el paso de reducir las compras de activos.
Deuda p¨²blica. No todos los efectos de la inflaci¨®n son negativos. ¡°La inflaci¨®n favorece m¨¢s a los deudores que a los acreedores. Y hace que la deuda p¨²blica se digiera mejor¡±, se?ala Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s endeudados de Europa, con una deuda p¨²blica superior al 120% del PIB. Cuando crece la inflaci¨®n, tambi¨¦n se eleva la recaudaci¨®n del Estado y ayuda al PIB a crecer, con lo que baja el porcentaje de deuda en relaci¨®n al tama?o de la econom¨ªa.
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