Irlanda se suma al acuerdo para fijar un impuesto global del 15% sobre las multinacionales
Dubl¨ªn, que basa buena parte de su modelo econ¨®mico en la competencia fiscal, da el s¨ª en la v¨ªspera de una reuni¨®n clave de la OCDE para pulir los detalles del pacto
E Irlanda dio su brazo a torcer, no sin antes imponer una condici¨®n importante. Dubl¨ªn ha anunciado este jueves por la noche su adhesi¨®n al acuerdo fiscal internacional acordado en el marco de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE, el think tank de los pa¨ªses ricos) con el objetivo de aplicar un gravamen global del 15% sobre los beneficios de las multinacionales. Eso s¨ª, las autoridades irlandesas han logrado retirar la menci¨®n que abr¨ªa la puerta a que ese porcentaje fuese solo un m¨ªnimo de tributaci¨®n y que abr¨ªa la puerta a subirlo en el futuro.
El acuerdo, alcanzado en julio por casi 140 pa¨ªses de todo el mundo, trata de evitar que las empresas de gran tama?o, en su mayor¨ªa tecnol¨®gicas, establezcan su sede fiscal en pa¨ªses de baja tributaci¨®n a pesar de obtener el grueso de sus ganancias en otras geograf¨ªas. Exactamente el modelo que muchos de estos gigantes hab¨ªan seguido con Irlanda.
¡°Sumarse a este acuerdo es una decisi¨®n importante para la pr¨®xima etapa de nuestra pol¨ªtica industrial. Es una decisi¨®n que asegurar¨¢ que Irlanda es parte de la soluci¨®n respecto al futuro marco fiscal internacional¡±, ha subrayado en un comunicado el ministro de Finanzas irland¨¦s y actual presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe. Acto seguido, el Ejecutivo comunitario ha celebrado un acuerdo que, en palabras del comisario de Econom¨ªa, Paolo Gentiloni, supone un ¡°paso trascendental y enormemente positivo en los esfuerzos colectivos para construir un sistema tributario m¨¢s justo y estable¡±.
La decisi¨®n llega la v¨ªspera de que la OCDE, a la que pertenece Irlanda, ultime en una reuni¨®n virtual los detalles del pacto. Y a tres semanas vista de la cumbre de Roma, en la que se espera que los jefes de Estado y de Gobierno de los 38 miembros del club validen el texto, que deber¨ªa entrar en vigor antes de 2023.
Tras el s¨ª de Irlanda ¡ªque acoge en su territorio a m¨¢s de un millar de multinacionales tecnol¨®gicas, financieras o farmac¨¦uticas, entre ellas Pfizer, Intel, LinkedIn, IBM o Twitter¡ª, solo quedan dos pa¨ªses de la Uni¨®n Europea por dar su visto bueno al texto: Estonia, que ha visto florecer en los ¨²ltimos a?os un buen n¨²mero de empresas de corte digital, y Hungr¨ªa, que alardea de tener el impuesto de sociedades m¨¢s bajo del bloque y cuyo Gobierno, encabezado por Viktor Orb¨¢n, mantiene un pulso permanente con Bruselas en varios frentes.
15% a secas y garant¨ªas de Bruselas
Irlanda, que en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas se ha valido de una fiscalidad baja para atraer a grandes empresas ¨Dsobre todo de origen estadounidense, como Apple, Google o Facebook¡ª y lograr as¨ª que estableciesen su base europea de operaciones en su territorio, explica que no suscribi¨® el acuerdo en verano porque el texto inicial propon¨ªa un tipo de impuesto de sociedades de ¡°al menos el 15%¡±. Habiendo logrado hacer desaparecer esa coletilla, Irlanda se blinda frente a futuras reformas. ¡°Algunos pa¨ªses quer¨ªan mayores tipos fiscales m¨ªnimos y creo que nuestra posici¨®n ha moderado esas ambiciones en el contexto de un acuerdo y consenso amplio¡±, aplaude Donohoe en la nota, en la que conf¨ªa en mantener su vitola de ¡°destino atractivo¡± para las empresas.
La UE, adem¨¢s, habr¨ªa garantizado a Dubl¨ªn que la directiva que traspondr¨¢ el pacto global a la legislaci¨®n comunitaria ¡ªy, por tanto, tambi¨¦n a la de la isla¡ª ser¨¢ ¡°fiel¡± al acuerdo y ¡°no ir¨¢ m¨¢s all¨¢ del consenso internacional¡±. El coste de sumarse al pacto ser¨¢ de unos 2.000 millones de euros al a?o para el fisco irland¨¦s, una cantidad significativa en t¨¦rminos absolutos pero bastante m¨¢s discreta en t¨¦rminos relativos: supone poco m¨¢s de un 2% de los ingresos p¨²blicos totales del a?o pasado. ¡°Aunque es un coste significativo para el erario, creo que habernos quedado fuera del acuerdo hubiera sido peor¡±, remarca el titular de Finanzas. No obstante, estas cifras difieren de los datos publicados en mayo por las propias autoridades irlandesas seg¨²n las cuales hasta el 80% de los ingresos fiscales de la isla provienen de un centenar de compa?¨ªas extranjeras.
Las empresas que facturan menos de 750 millones al a?o, excluidas
Irlanda, no obstante, seguir¨¢ utilizando todos los resquicios posibles en beneficio propio. As¨ª, Dubl¨ªn asegura sin tapujos que mantendr¨¢ su actual impuesto de sociedades (12,5%, uno de los m¨¢s reducidos del mundo, el segundo m¨¢s bajo de toda la UE solo por detr¨¢s de la citada Hungr¨ªa y casi 10 puntos por debajo de la media comunitaria) para las empresas que facturan menos de 750 millones de euros al a?o, tal como le permite el acuerdo. Seg¨²n los datos que maneja el Gobierno de Miche¨¢l Martin, esto supone no subir ni un c¨¦ntimo la factura fiscal de algo m¨¢s de un millar de compa?¨ªas que dan empleo a 1,8 millones de personas en suelo irland¨¦s. La competencia desleal frente al resto de socios europeos seguir¨¢ existiendo, pero a una escala notablemente menor.
Adem¨¢s de la presi¨®n ejercida por la Uni¨®n Europea y el Reino Unido, el Gobierno de Martin tem¨ªa que el pa¨ªs pudiera verse aislado en la comunidad internacional si no aceptaba las nuevas normas fiscales. Un rechazo al acuerdo, ha reconocido, hubiese rebajado ¡°su influencia de cara a las discusiones clave que tendr¨¢n lugar en los pr¨®ximos meses¡±. Un s¨ª forzado, pero en el que Irlanda ha conseguido imponer una l¨ªnea roja: el m¨ªnimo global no podr¨¢ ir m¨¢s all¨¢ del 15%.
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