La falta de chips ya destruye puestos de trabajo en la industria del autom¨®vil
Los retrasos en la llegada de semiconductores a las f¨¢bricas se agravan y alcanzan hasta las 25 semanas
Casi 40.000 empleados de las factor¨ªas de Volkswagen, Stellantis, Renault, Ford y Mercedes en Espa?a est¨¢n a la expectativa de lo que sucede en el mercado mundial de los semiconductores. De la llegada de estos peque?os componentes electr¨®nicos depende que las l¨ªneas de producci¨®n en las que trabajan puedan mantener la actividad y ellos librarse de los ERTE que penden sobre sus cabezas. En lo que va de a?o se han producido en torno a medio mill¨®n de veh¨ªculos menos que en el mismo periodo de 2019 (un 25% menos), cuando no hab¨ªa estallado todav¨ªa la pandemia. Y todo ese terremoto en la cadena de producci¨®n se est¨¢ trasladando a sus proveedores.
¡°El problema de los semiconductores es que, tras agotar las medidas de flexibilidad que hab¨ªa en los convenios, se est¨¢ trasladando ya a destrucci¨®n de empleo, porque las empresas est¨¢n empezando a no renovar los contratos eventuales¡±, se?ala la secretaria general de Industria de CC OO, Garbi?e Espejo. Y, como advierte el profesor de EADA Juan Jos¨¦ Montiel, la afectaci¨®n contin¨²a durante este cuarto trimestre: ¡°Las vamos a seguir pasando canutas por el efecto l¨¢tigo que est¨¢ provocando el desajuste entre la demanda y la oferta de microchips, que se ir¨¢ ajustando con el tiempo¡±, sostiene. El tiempo de espera ha pasado de situarse en una horquilla de entre cuatro y ocho semanas hace un a?o a otro de entre 15 y 25 semanas ahora.
La falta de provisi¨®n de microprocesadores se ha visualizado en Espa?a sobre todo a trav¨¦s del sector de las cuatro ruedas, a causa de su peso en la actividad industrial (representa el 10% del PIB y es el protagonista del 18% de las exportaciones) y porque sus ERTE afectan a miles de trabajadores. Pero lo cierto es que la falta de existencias ha acabado afectando a buena parte de las manufacturas: los fabricantes de bienes de equipo, de electrodom¨¦sticos y, evidentemente, de electr¨®nica del consumo.
Las encuestas de opini¨®n de la Uni¨®n Europea, trabajadas por el Banco de Espa?a, se?alaban en julio que un 22% de las empresas manufactureras espa?olas hab¨ªan sufrido restricciones de oferta asociadas a la escasez de material; y que un 37% hab¨ªan visto limitada su capacidad de producci¨®n. Aunque esa afectaci¨®n se refer¨ªa al conjunto de las materias primas ¡ªfalta desde silicona hasta madera, pasando por el acero¡ª, los semiconductores son los que habr¨ªan generado mayores problemas.
Falta de capacidad
¡°La oferta de microchips no es nada el¨¢stica y no hay capacidad para fabricar m¨¢s de forma r¨¢pida. La alta demanda ha acabado provocando que un chip que hace un a?o costaba un euro se est¨¦ pagando a 50 euros¡±, explica Joan Tristany, director general de la asociaci¨®n de industrias Amec. En su opini¨®n, Espa?a deber¨ªa optar a poder fabricar semiconductores, porque se trata de una industria de alto valor. ¡°No todo lo tenemos que fabricar aqu¨ª, pero tenemos que apostar por tecnolog¨ªas de ¨²ltima generaci¨®n¡±, dice. El presidente de la patronal de la industria auxiliar de la automoci¨®n, Sernauto, Francisco Riberas, apuntaba en esa direcci¨®n hace una semana, cuando se le preguntaba sobre la crisis: ¡°Hay que hacer un an¨¢lisis estrat¨¦gico sobre d¨®nde est¨¢n los riesgos o los suministros y saber d¨®nde Espa?a podr¨ªa tener una ventaja competitiva¡±.
El Ministerio de Industria ha trasladado a la Comisi¨®n Europea su intenci¨®n de participar en el dise?o y la fabricaci¨®n de microchips, dentro de la estrategia que esta quiere llevar a cabo para reducir la dependencia. Espa?a ha presentado siete proyectos con inversiones conjuntas de 742 millones de euros en el IPCE, una f¨®rmula de proyectos transfronterizos subvencionados por fondos comunitarios, destinado a la electr¨®nica. La aportaci¨®n m¨¢s conocida es la que lidera el Supercomputing Center de Barcelona, desde donde se quiere liderar el desarrollo de un microchip europeo de altas prestaciones cuya fabricaci¨®n estar¨ªa en Europa. Es una forma de competir con el liderazgo asi¨¢tico y estadounidense.
Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, economista senior de Funcas, opina en todo caso que el menor peso de la industria en Espa?a, causado por la constante terciarizaci¨®n de la econom¨ªa, est¨¢ suponiendo que el impacto de la falta de semiconductores sea menor al de otros pa¨ªses, como es el caso de Alemania, donde el 71% de las empresas manufactureras se estaban viendo limitadas en julio pasado.
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