La eurozona del canciller Scholz
La eurozona del canciller se dibuja como un proyecto aperturista de ¨¢rea monetaria-fiscal seria, pero no ¡®austeritaria¡¯
La eurozona del canciller Olaf Scholz se dibuja como un proyecto aperturista de ¨¢rea monetaria-fiscal seria pero no austeritaria; altamente inversora pero no dilapidadora; din¨¢mica en la integraci¨®n federal, pero prudente en sus pasos.
No en vano, ese escenario responde a un pacto ¡ªadem¨¢s de con Los Verdes¡ª, con el centroderecha del partido liberal (FDP) y su l¨ªder, el futuro ministro de Hacienda, Christian Lindner. Que es, precisamente, el encargado de ejecutar la pol¨ªtica econ¨®mica europea de Berl¨ªn, aunque ¡°en estrecha cooperaci¨®n con el canciller¡±, como reza el programa tripartito.
Esa pol¨ªtica tiene dos patas. Una es la revisi¨®n del viejo manual del austeritarismo, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento: modestamente calificada como ¡°desarrollo futuro¡±, para aludir a que no se quiere desmocharlo. Formalmente se pretende ¡°simplificarlo¡±, hacerlo ¡°m¨¢s transparente¡± y ¡°reforzar su aplicaci¨®n¡±.
Pero la clave es el contenido de la reforma que busca el programa de coalici¨®n: antes que el rigor presupuestario prioriza ¡°asegurar el crecimiento¡±; omite aludir al d¨¦ficit aunque insta al ¡°mantenimiento de una deuda sostenible¡± y, sobre todo, enfatiza el objetivo de ¡°garantizar la inversi¨®n sostenible y favorable al medio ambiente¡±.
En traducci¨®n libre, eso abre claramente la puerta a una interpretaci¨®n menos rigorista y m¨¢s expansiva para las pol¨ªticas fiscales de los 27 socios. Y particularmente a pavimentar la introducci¨®n de la regla de oro de la inversi¨®n que pretendi¨® Jacques Delors en Maastricht: o sea, a excluir la inversi¨®n productiva p¨²blica del c¨®mputo del d¨¦ficit, para facilitarla.
En este caso, desde luego ¡ªal menos¡ª la inversi¨®n verde. Su justificaci¨®n es que debe financiarse en gran parte con endeudamiento, pues beneficiar¨¢ a distintas generaciones. Parece obvio, pero entra?a un vuelco ideol¨®gico y presupuestario susceptible de enervar a los halcones.
La otra gran pata es la pol¨ªtica fiscal com¨²n, formulada con mucha menor ambici¨®n. El plan de recuperaci¨®n comunitario ¡ªNext Generation¡ª se califica escuetamente de ¡°instrumento limitado en el tiempo y el objetivo¡±. De lo que se inferir¨ªa la ausencia de voluntad de ampliarlo, profundizarlo o reeditarlo, por la v¨ªa netamente federal de convertir los eurobonos en perpetuos y crear un Tesoro europeo.
Pero tambi¨¦n aqu¨ª se dejan abiertas, si no puertas, al menos ventanas. Como la propuesta de ¡°lanzar con nuestros socios europeos una ofensiva inversora focalizada en proyectos transnacionales¡±. Ofensiva.
O la referencia a que el BCE podr¨¢ realizar mejor su pol¨ªtica monetaria orientada a la estabilidad de precios si la pol¨ªtica fiscal ¡°en la UE en los Estados miembros cumplimenta sus responsabilidades¡±. Atenci¨®n: se evoca impl¨ªcitamente el expansionismo fiscal de la Uni¨®n antes que aludir a un rigorismo de los Gobiernos.
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