El exgestor de la fortuna de Sandra Ortega pierde el juicio en el que reclamaba un finiquito mayor por su despido
Jos¨¦ Leyte entend¨ªa que la extinci¨®n de la relaci¨®n laboral deber¨ªa ser calificada como improcedente
La guerra judicial de Sandra Ortega y el exgestor de su fortuna, Jos¨¦ Leyte, ha cerrado un primer cap¨ªtulo con victoria para la primog¨¦nita de los cofundadores del imperio Inditex, Amancio Ortega y Rosal¨ªa Mera. El que fuese mano derecha de Mera, primero, y de Sandra Ortega, despu¨¦s, ha perdido el juicio en el que reclama un finiquito mayor al propuesto por su despido, seg¨²n la sentencia del Juzgado de lo Social n¨²mero 1 de A Coru?a.
El pasado noviembre Leyte fue despedido de Rosp Corunna y este lo llev¨® a los tribunales, descontento con el finiquito. La relaci¨®n entre el ya exgestor de la compa?¨ªa y la hija de Mera se fue torciendo a medida que la inversi¨®n en Room Mate hac¨ªa agua y, justo cuando estall¨® la pandemia, salt¨® por los aires. La empresa justific¨® la salida por ¡°p¨¦rdida de confianza¡±, aunque el directivo entend¨ªa que su contrato era ordinario. Es decir, que el fin de su relaci¨®n laboral deber¨ªa de ser calificado como despido improcedente, lo que le reportar¨ªa una indemnizaci¨®n superior. Sin embargo, la justicia sostiene que desde el inicio se le consideraba como de la alta direcci¨®n.
¡°Podemos afirmar que la relaci¨®n del actor con las demandadas debe ser calificada de alta direcci¨®n, porque era el director general, ostentaba amplios poderes de actuaci¨®n de le otorgaba una gran capacidad de actuaci¨®n para la gesti¨®n de la family office, dependiendo ¨²nicamente de la administradora ¨²nica¡±, recoge el fallo. Esta es la principal raz¨®n por la que la magistrada desestima la demanda: ¡°Por todas las razones expuestas, procede la desestimaci¨®n de la demandada en todas sus pretensiones, sin perjuicio del derecho que le asiste a la parte actora de ejercitar de manera separada la acci¨®n de reclamaci¨®n de cantidad indebidamente acumulada a la acci¨®n de despido¡±.
Seg¨²n adelanta La Voz de Galicia, el directivo recurrir¨¢ la sentencia y reclamar¨¢ la indemnizaci¨®n mayor por despido de alta direcci¨®n. Esta incluye el preaviso de seis meses, que ascender¨ªa a 710.000 euros, y la liquidaci¨®n correspondiente entre la que se incluye la parte proporcional de los bonus anuales del ejercicio 2020, que suman 854.083 euros. Contra la resoluci¨®n cabe recurso de suplicaci¨®n ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia en el plazo de los cinco d¨ªas siguientes a la notificaci¨®n de este fallo.
Mano derecha de Rosal¨ªa Mera
Leyte, licenciado en Derecho y diplomado en Ciencias Econ¨®micas y Empresariales por la Universidad Pontificia Comillas, fue la persona en quien Rosal¨ªa Mera confi¨® la gesti¨®n de su inmensa fortuna tras ficharle en el a?o 2000, despu¨¦s de fajarse a lo largo de dos d¨¦cadas en la galaxia financiera de Arthur Andersen, Barclays y Deutsche Bank. Durante 13 a?os, se convirti¨® en la persona de confianza de Mera para los negocios, mientras la hija de la multimillonaria se centraba en la filantrop¨ªa. Cuando la madre falleci¨® de forma repentina, en 2013, la heredera Sandra Ortega Mera se apoy¨® en ¨¦l para aterrizar en ese mundo de los negocios. Pero esa estrecha relaci¨®n con la mujer m¨¢s rica de Espa?a ¡ªtiene un patrimonio de 6.200 millones de euros, seg¨²n Forbes¡ª acab¨® de forma abrupta con una guerra judicial que todav¨ªa no ha acabado.
Ortega le acusa de apropiaci¨®n indebida, falsedad documental y administraci¨®n desleal. Y el que fuese su mano derecha, adem¨¢s de la demanda por su finiquito, contratac¨® con su versi¨®n sobre los hechos que se le imputan: admiti¨® ante la jueza que la empresaria no es la verdadera autora de varias de las firmas con su nombre que rubrican los documentos con los que accedi¨® a avalar pr¨¦stamos a Room Mate, la firma hotelera del madrile?o Kike Sarasola en la que Ortega tiene una participaci¨®n del 30% a trav¨¦s de Rosp Corunna. Pero, seg¨²n explicaron fuentes de su defensa, el exgestor asegur¨® que siempre lo hizo con la ¡°autorizaci¨®n¡± de Ortega.
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