La pandemia altera el calendario laboral en el campo
Las restricciones y otros fen¨®menos relacionados con la pandemia reducen la llegada de temporeros extranjeros a la campa?a de la aceituna
Samir Halifa, argelino de 38 a?os, lleva media vida en Ja¨¦n trabajando como temporero en el olivar. Este a?o, cuando estaba en plena recolecci¨®n de la aceituna en una finca de ?beda sus patrones le han despedido al constatar que ten¨ªa caducado su permiso de residencia en Espa?a. ¡°Este a?o est¨¢n apretando mucho desde Extranjer¨ªa y ni siquiera tienen en cuenta que llevo 18 a?os en Espa?a¡±, comenta un tanto desolado este migrante, acogido en el hogar de Santa Clara que gestiona C¨¢ritas en la capital jiennense.
Otros colegas suyos, como Mohamed, Halifa o Ali, aguardan a las puertas del comedor social del Portillo de San Jer¨®nimo de Ja¨¦n, uno de los escasos recursos asistenciales que, a d¨ªa de hoy, est¨¢n abiertos para atender a los temporeros de la campa?a de la recogida de la aceituna. Los 15 albergues municipales abiertos este a?o (con un centenar de plazas) han cerrado ya sus puertas, algo ins¨®lito a estas alturas de campa?a en el territorio que lidera la producci¨®n mundial de aceite de oliva y que a?os atr¨¢s lleg¨® a recibir hasta 10.000 jornaleros for¨¢neos, la mayor¨ªa de ellos inmigrantes. La pandemia ha alterado los flujos migratorios laborales en el campo, pues tambi¨¦n en la vendimia de La Rioja y en la fruta de Lleida se ha constatado una ca¨ªda dr¨¢stica en la llegada de mano de obra for¨¢nea.
Samir, que a?os atr¨¢s tambi¨¦n ha trabajado en la construcci¨®n y en otros trabajos temporales, cree que el menor flujo de migrantes en la agricultura se debe, entre otras razones, a la mecanizaci¨®n del campo. ¡°Antes est¨¢bamos tres meses para recoger 58.000 olivos y ahora lo hacemos en apenas 20 d¨ªas, y eso influye mucho en la llegada de mano de obra¡±, sostiene. Pedro Pajares, responsable del hogar de C¨¢ritas donde se cobijan muchos temporeros, cree que la pandemia ha modificado muchos h¨¢bitos. ¡°Tambi¨¦n se est¨¢ notando que muchos temporeros se est¨¢n yendo hacia Portugal, donde solo exigen pasaporte, y encuentran trabajos m¨¢s estables en la construcci¨®n o en la misma agricultura¡±, apunta.
¡°Hemos constatado un notable descenso en la ocupaci¨®n del albergue esta campa?a¡±, asegura Francisco Miranda, concejal de Bienestar Social de Martos (Ja¨¦n), el ¨²ltimo municipio en cerrar su albergue esta misma semana. Se estima que los 15 centros para la atenci¨®n de temporeros, con capacidad para algo m¨¢s de 500 plazas, apenas han tenido un tercio de ocupaci¨®n en esta campa?a. Y eso que los Ayuntamientos han ampliado este a?o la estancia m¨¢xima a cuatro d¨ªas y tres noches para poder alojarse y comer. El de la capital jiennense, el m¨¢s grande, tambi¨¦n cerr¨® a principios de a?o tras atender a un millar de personas desde el pasado 7 de noviembre. Hace apenas cinco a?os, fueron 1.725 los servicios de alojamiento y 5.000 de comidas los que se prestaron. A partir de ahora, el centro de la capital se transforma en centro de transe¨²ntes, donde oferta medio centenar de plazas.
Otra variable que corrobora la menor llegada de temporeros a la campa?a del olivar es que tan solo se ha atendido a seis personas en el centro de evacuaci¨®n para contagiados por la covid situado en el hospital de El Neveral. El a?o pasado fueron 60 los trabajadores que tuvieron que permanecer aislados, una campa?a donde 106 de los 3.696 test realizados dieron positivo. Este a?o se han hecho 754 test en lo que va de campa?a.
Con la pandemia y las restricciones de aforo han sido muchos los que han buscado m¨¢s estabilidad laboral en otros sectores, como el de la construcci¨®n¡±, indica Jes¨²s Castro, secretario de Inmigraciones de la Di¨®cesis de Ja¨¦n. De hecho, a?ade que han recibido muchas llamadas de empresarios demandando trabajadores para sus tajos olivareros ante la dificultad para encontrarlos.
Trasvase a la construcci¨®n y cierre de fronteras con Marruecos
Esta nueva realidad laboral en el campo tambi¨¦n la han constatado los participantes en el Encuentro Confederal de Personas Temporeras y Asentamientos de C¨¢ritas Espa?ola procedentes de Lleida, Almer¨ªa, La Rioja, Huelva, Murcia, Ciudad Real y Ja¨¦n. Salvo en el caso de la vendimia manchega, todos los t¨¦cnicos coincidieron en la ¡°ca¨ªda significativa¡± en sus provincias del n¨²mero de temporeros agr¨ªcolas con respecto a a?os anteriores. El cierre de fronteras con Marruecos tambi¨¦n ha podido influir en la menor llegada de migrantes, dado que muchos de los que ven¨ªan habitualmente al olivar lo hac¨ªan desde el ?frica subsahariana.
¡°Es cierto que la construcci¨®n est¨¢ repuntando y por eso muchos temporeros prefieren quedarse donde est¨¢n porque son campa?as m¨¢s largas¡±, se?ala Antonio Marcos, de UGT. En su opini¨®n, otro factor que influye es que los tajos aceituneros cada vez empiezan antes buscando un aceite temprano de mayor calidad ¡°y eso hace que los propios olivareros locales cubran las necesidades de mano de obra e incluso acuerden intercambios de trabajadores¡±, precisa Marcos.
Para el presidente de la Confederaci¨®n de Empresarios de Ja¨¦n (CEJ), Bartolom¨¦ Gonz¨¢lez, el trasvase de empleados se ha producido en mayor medida desde la hosteler¨ªa y la restauraci¨®n (muy castigados durante la pandemia) hacia la construcci¨®n, donde han emergido las reformas y obras de particulares aprovechando las restricciones pand¨¦micas. ¡°Lo que est¨¢ ocurriendo en el campo, y de modo m¨¢s concreto en la campa?a de la aceituna, es que se hace m¨¢s patente la profesionalizaci¨®n del sector, con el aumento progresivo cada a?o de la contrataci¨®n en origen¡±, subraya Gonz¨¢lez.
Como elemento positivo, la menor llegada de temporeros ha evitado, al menos este a?o, las im¨¢genes de personas durmiendo en la calle que se repet¨ªan habitualmente en muchos pueblos de la geograf¨ªa olivarera. ¡°Al haber menos temporeros buscando trabajo hay menos empresarios que dejan tirados a los jornaleros en las plazas¡±, remarca el sindicalista.
En todo caso, m¨¢s all¨¢ de la fluctuaci¨®n en los flujos migratorios agr¨ªcolas hay otros retos que siguen sin cumplirse. ¡°Estamos observando c¨®mo se repiten los mismos patrones: por un lado, ser temporero es algo muy duro y eso va menguando a nivel personal y, por otro lado, siguen existiendo muchos prejuicios de los empresarios para el alquiler de la vivienda, y todo eso son elementos disuasorios a la hora de desplazarse¡±, reflexiona Carlos Escobedo, voluntario de C¨¢ritas y responsable del servicio de atenci¨®n a temporeros
La demanda de vivienda la comparten tambi¨¦n los sindicatos y otras organizaciones sociales habida cuenta de que en los albergues de la aceituna la estancia m¨¢xima se limita a cuatro d¨ªas. El convenio del campo de Ja¨¦n, que sirve de referencia para el resto de campa?as agr¨ªcolas, equipar¨® hace a?os los salarios de hombres y mujeres en la aceituna, pero sigue esquivando la cl¨¢usula de obligatoriedad para que los empresarios ole¨ªcolas faciliten vivienda a sus empleados.
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