Las empresas occidentales imponen sus propias sanciones sobre la econom¨ªa rusa

El cord¨®n sanitario hacia todo lo ruso se extiende al sector privado. En un movimiento que cada vez m¨¢s voces califican de ¡°diplomacia capitalista¡±, un creciente n¨²mero de empresas europeas y estadounidenses est¨¢n optando por romper todos sus lazos con el pa¨ªs euroasi¨¢tico como respuesta a la invasi¨®n de Ucrania. El movimiento se extiende tambi¨¦n al sector energ¨¦tico, en el que cada vez m¨¢s operadores est¨¢n optando por no comprar petr¨®leo para evitar el rechazo social y en anticipaci¨®n de que las sanciones acaben alcanzando tambi¨¦n a este sector, hasta ahora exento: en EE UU, el presidente Joe Biden est¨¢ recibiendo crecientes presiones de su partido, el dem¨®crata, para que incluya al crudo entre los bienes prohibidos.

Ikea ha decidido este jueves suspender temporalmente su actividad en Rusia y Bielorrusia, cuyo r¨¦gimen est¨¢ apoyando a Vlad¨ªmir Putin en su ofensiva contra Ucrania. La empresa justifica su decisi¨®n, que afectar¨¢ a 15.000 empleados, en la ¡°tragedia humana¡± que supone la guerra, en las alteraciones que est¨¢ provocando en la cadena de suministro y en las condiciones comerciales. ¡°Esto significa que todas las entregas de nuestros proveedores tambi¨¦n se suspenden¡±, a?ade Ikea en un comunicado. Adem¨¢s, se detienen ¡°todas las operaciones de ventas¡±, excepto los centros comerciales Mega, que seguir¨¢n abiertos ¡°para asegurar que mucha gente en Rusia tenga acceso a sus necesidades diarias y esenciales como comida, verduras y farmacias¡±, precisa. Ikea asegura que sus ¡°ambiciones¡± en Rusia son ¡°a largo plazo¡±, y que ha tomado medidas para asegurar el empleo, los ingresos y la seguridad de la plantilla y sus familias. Tras la noticia, los centros comerciales de la cadena sueca se han llenado de clientes ansiosos de comprar mientras siguiera siendo posible.

El grupo sueco se une as¨ª a la lista cada vez mayor de empresas occidentales que frenan sus operaciones en ese pa¨ªs tras el estallido de la guerra. Entre ellos est¨¢n los dos mayores fabricantes de coches del mundo ¡ªel grupo alem¨¢n Volskwagen y el japon¨¦s Toyota¡ª , que tambi¨¦n han anunciado este jueves la paralizaci¨®n de toda su actividad en Rusia.

En el caso del conglomerado nip¨®n, la paralizaci¨®n de su producci¨®n en Rusia comenzar¨¢ este viernes. Tambi¨¦n frenar¨¢ las importaciones, una medida que justifica por ¡°las perturbaciones en la cadena de suministro¡± relacionadas con el conflicto. Unos 8.000 veh¨ªculos salieron el a?o pasado de su f¨¢brica de San Petersburgo, que emplea a unas 2.600 personas. De igual manera, Volkswagen ¡°interrumpe con efectos inmediatos las exportaciones a Rusia¡±, es decir, unas 220.000 unidades (datos de 2020), el 2,4% de sus ventas. La empresa alemana tambi¨¦n va a cerrar hasta nueva orden las plantas en Kalouga y Nijni Novgorod, con 4.000 trabajadores.

Mango, por su parte, tambi¨¦n ha tomado este jueves el mismo camino, anunciando que echa al cierre a todas tiendas propias que tiene en el pa¨ªs (55, de una red total de 120) y que paraliza la actividad de su plataforma de venta en internet. Tampoco enviar¨¢ nueva mercanc¨ªa a Rusia, donde tiene unos 800 empleados.

Otra firma espa?ola, la gestora de reservas de viajes Amadeus, ha anunciado horas despu¨¦s cambios en su negocio derivados del conflicto: sus sistemas van a eliminar las ofertas de Aeroflot, la aerol¨ªnea de bandera de Rusia (de la que el Estado posee el 57% de las acciones). Tambi¨¦n en el sector a¨¦reo, el fabricante brasile?o Embraer se ha sumado este jueves a sus competidores europeo (Airbus) y estadounidense (Boeing) anunciando que suspende su servicio de mantenimiento, reparaci¨®n de piezas y soporte t¨¦cnico en Rusia, una medida que pondr¨¢ contra las cuerdas a las compa?¨ªas a¨¦reas de aquel pa¨ªs.

La consultor¨ªa tecnol¨®gica Accenture es otra de las multinacionales que han comunicado la suspensi¨®n de sus actividades en Rusia. Sigue as¨ª los pasos de otras firmas de software como Oracle o SAP. Accenture tiene 2.300 empleados en Rusia, a los que ha dicho que apoyar¨¢. La empresa de videojuegos polaca CD Projekt, creadora de juegos como The Witcher o Cyberpunk, ha suspendido todas sus ventas en Rusia y Bielorrusia, que representaron un 5,4% de su mercado el a?o pasado. La medida se extiende tambi¨¦n a las ventas de su plataforma en l¨ªnea, donde ambos pa¨ªses representan el 3,7% de sus ingresos. ¡°Sabemos que los jugadores en estos pa¨ªses, particulares que no tienen nada que ver con la invasi¨®n en Ucrania, se van a ver afectados por esa decisi¨®n. Pero con estas acciones esperamos incitar a la comunidad global a hablar de lo que est¨¢ pasando en el coraz¨®n de Europa¡±, ha se?alado la compa?¨ªa en un comunicado.

En el sector financiero, la mayor aseguradora italiana, Generali, ha cortado sus lazos comerciales con Rusia. La firma abandona la direcci¨®n de Ingosstrakh, una de las mayores aseguradoras rusas, en la que tiene m¨¢s de un 38% de participaci¨®n, y cerrar¨¢ la actividad de su filial Europ Assistance en el pa¨ªs. El mayor fabricante qu¨ªmico del mundo, el grupo alem¨¢n BASF, tambi¨¦n ha detenido este jueves todo su negocio en Rusia y Bielorrusia. Seg¨²n ha anunciado la empresa, s¨ª mantendr¨¢ las actividades que no pueda cerrar de acuerdo con ¡°obligaciones existentes en relaci¨®n con leyes, regulaciones y normas internacionales¡±. Y tampoco las que tienen que ver con la producci¨®n de alimentos (por ejemplo, fertilizantes) como ¡°medida humanitaria¡±. Y el fabricante estadounidense de aluminio Alcoa, que no tiene actividad directa en Rusia, ha decidido dejar de comprar materias primas en ese pa¨ªs, as¨ª como vender sus productos.

?xodo generalizado

Antes hab¨ªan dado el paso decenas de gigantes del sector privado que, como Apple, H&M, Disney, Netflix, Volvo, Daimler, Nike o las navieras MSC y Maersk, han optado en los ¨²ltimos d¨ªas por de lado todo negocio en Rusia. El rechazo a la guerra y las consiguientes sanciones impuestas a Mosc¨² han provocado un aut¨¦ntico ¨¦xodo de multinacionales extranjeras que abandonan o reducen sus operaciones, tras tres d¨¦cadas de beneficiarse del lucrativo mercado postsovi¨¦tico.

La exclusi¨®n de algunos bancos rusos del sistema de pagos SWIFT, el cierre por la Uni¨®n Europea y Canad¨¢ de su espacio a¨¦reo, correspondido por Mosc¨², y el efecto de las penalizaciones internacionales, con el desplome del rublo, hacen que las empresas juzguen demasiado alto el riesgo reputacional y financiero de seguir en Rusia. El conflicto, adem¨¢s, empieza a entorpecer la log¨ªstica y el temor a que las sanciones impacte en el negocio ha llevado a muchas empresas a revisar la viabilidad de los contratos presentes y, sobre todo, futuros.

El conflicto b¨¦lico amenaza con costar miles de millones de euros a las empresas occidentales, que se est¨¢n pensando c¨®mo actuar. La decisi¨®n es m¨¢s f¨¢cil para las que tienen menos activos f¨ªsicos, y m¨¢s complicada para otras que, como los supermercados franceses Auchan, cuentan con 231 establecimientos, facturan m¨¢s de 3.000 millones anuales y emplean a 30.000 personas all¨ª.

Tampoco ha dicho nada a¨²n la multinacional espa?ola Inditex, que tiene en Rusia su segundo mayor mercado en n¨²mero de tiendas (527, cerca del 8% del total), solo por detr¨¢s de Espa?a, y 9.000 trabajadores sobre una plantilla mundial de 144.000 empleados. En Bielorrusia, otro pa¨ªs objeto de sanciones por su apoyo a Putin, cuenta con 13 tiendas. En Ucrania suma otras 79, todas cerradas desde que empez¨® la invasi¨®n hace una semana.

El sector petrolero se adelanta a las sanciones

Despu¨¦s de que pr¨¢cticamente todos los grandes nombres de la industria petrolera occidental hayan ido dejando caer, uno detr¨¢s de otro, sus proyectos en Rusia ¡ªel ¨²ltimo, el gigante estadounidense ExxonMobil¡ª y de que la brit¨¢nica BP pusiese a la venta su participaci¨®n del 20% en el capital de Rosneft, ahora llega el turno a los operadores de menor tama?o. Pese a que las sanciones a¨²n no alcanzan a este sector, cada vez m¨¢s traders est¨¢n optando por no hacer ning¨²n nuevo contrato de compra en el pa¨ªs euroasi¨¢tico ante un doble temor: reputacional y a que las represalias acaben extendi¨¦ndose, antes o despu¨¦s, tambi¨¦n a este ¨¢mbito.

¡°La gente no est¨¢ tocando los barriles [de petr¨®leo] rusos. Todos los que se pueden ver ahora [en el mercado] fueron comprados antes de la invasi¨®n, pero no habr¨¢ mucho m¨¢s despu¨¦s de eso¡±, apunta un operador financiero neoyorquino, bajo condici¨®n de anonimato, en declaraciones a Reuters. ¡°Nadie quiere ser visto comprando productos rusos y financiando una guerra contra el pueblo ucranio¡±.

¡°Los agentes privados est¨¢n yendo un paso por delante de los Gobiernos: son grandes traders o transportistas que, por si acaso, est¨¢n prefiriendo no comprar ni un solo barril en Rusia. Se est¨¢n autolimitando ellos, antes de que sus pa¨ªses digan nada¡±, explica por tel¨¦fono Gonzalo Escribano, analista del Real Instituto Elcano. ¡°No quieren el crudo ruso ni en pintura¡±.

Aunque por ahora el movimiento se centra, casi en exclusiva, en el sector petrolero, la desaparici¨®n de compradores tambi¨¦n est¨¢ empezando a afectar a la gasista rusa por excelencia, Gazprom, de la que el Kremlin tiene una participaci¨®n superior al 50% del capital. Otras firmas de menor tama?o, como Surgutneftegas ¡ªque vende tanto gas como petr¨®leo¡ª, llevan d¨ªas fracasando en su intento por colocar su producci¨®n en el mercado internacional, seg¨²n los datos recopilados por Bloomberg. Hace una semana, con la demanda volando alto y la oferta global restringida, se los quitaban de las manos; hoy, nadie quiere sus combustibles.

En EE UU es relativamente sencillo cumplir esa m¨¢xima de evitar los combustibles f¨®siles de origen ruso: su producci¨®n propia es enorme y las importaciones procedentes del gigante euroasi¨¢tico, m¨ªnimas. Pero en la UE, alt¨ªsimamente dependiente de Rusia, es harina de otro costal. Con el gas en m¨¢ximos hist¨®ricos, Escribano se muestra preocupado por que este movimiento tambi¨¦n alcance, de manera generalizada, al sector gasista. ¡°Justo cuando todos los pa¨ªses estamos compitiendo por tratar de rellenar las reservas para el pr¨®ximo invierno, meter¨ªa a¨²n m¨¢s presi¨®n sobre los precios¡±, explica.

En plena campa?a militar en Ucrania, el erario ruso, muy dependiente de las exportaciones f¨®siles, necesita esos ingresos como el comer. Simone Tagliapietra, investigador del centro de estudios bruselense Bruegel, pone cifras a esa dependencia: a los precios actuales, el flujo de dinero europeo a Rusia por la venta de combustibles ronda los 1.000 millones de euros al d¨ªa. Rusia cuenta con la ventaja de saber que si dejan de comprar su producci¨®n, el precio del petr¨®leo seguir¨¢ encadenando m¨¢ximo tras m¨¢ximo, asestando un duro golpe a las econom¨ªas occidentales. Son simples matem¨¢ticas: sin el segundo m¨¢ximo exportador mundial, la oferta se reduce y, con la demanda intacta, la cotizaci¨®n se dispara. Es el precio a pagar por el rechazo a una guerra que atenta contra un sinf¨ªn de preceptos del derecho internacional.