La vuelta a la normalidad de los supermercados: estanter¨ªas casi llenas pero productos m¨¢s caros

Tras unas semanas navegando a contracorriente, los supermercados vislumbran una vuelta a la normalidad. La huelga de transportistas y la guerra en Ucrania pusieron contra las cuerdas la cadena de distribuci¨®n alimentaria, que se vio tambi¨¦n perjudicada por el acopio de algunos consumidores, que ante el temor al desabastecimiento no dudaban en llenar la cesta de la compra. Leche, aceite, harina, carne y pescado eran algunos de los productos que con m¨¢s rapidez se agotaban en las estanter¨ªas de las tiendas. Tras la tormenta, la mayor¨ªa del g¨¦nero ahora llega con normalidad a los almacenes de los s¨²per. Sin embargo, los clientes perciben que los precios est¨¢n m¨¢s caros que nunca, y son cada vez m¨¢s quienes acuden a varias cadenas para aprovechar los descuentos y no tener que rascarse el bolsillo.

Una semana despu¨¦s de que todos los transportistas hayan suspendido el paro, los cortes de suministro ya no son lo habitual. Eso s¨ª, en algunos pasillos sigue habiendo escasez de determinados art¨ªculos. En el Carrefour de Cuatro Caminos en Madrid, a¨²n no hay rastro de los cartones de leche de medio litro, que en este supermercado hasta el mes pasado se encontraban sin demasiada dificultad. Las marcas blancas dominan las estanter¨ªas de este producto y compensan la falta de otras. De Pascual, por ejemplo, solo quedan botellas de leche sin lactosa y no se sabe cu¨¢ndo llegar¨¢n al almac¨¦n las de entera o desnatada . ¡°Seguimos teniendo alg¨²n problema de suministro¡±, confiesa una reponedora mientras registra en un papel los productos que faltan. De hecho, el cartel que justificaba el desabastecimiento durante la huelga de transporte todav¨ªa no ha sido retirado: ¡°Esperamos normalizar la situaci¨®n lo antes posible. Disculpen las molestias¡±, se lee.

Del mismo modo, algunos tipos de arroz m¨¢s especiales siguen siendo dif¨ªciles de encontrar: de thai, basmati e integral los clientes ya se han llevado todos los paquetes que llegaron. Eso s¨ª, la situaci¨®n no es comparable con hace dos semanas, cuando muchos pasillos estaban m¨¢s vac¨ªos que llenos. En otras cadenas del mismo barrio madrile?o, el escenario es parecido. En Aldi, los paquetes de harina est¨¢n a punto de agotarse y este lunes Lidl se ha quedado sin Emmental y bac¨®n ahumado. Sin embargo, salvo algunas rupturas puntuales, los consumidores ya no se ven obligados a jugar a la ruleta de la suerte a la hora de probar nuevos productos, puesto que, en la mayor¨ªa de los casos, encuentran aquello que buscan.

Subidas de precios

En cambio, la escalada de precios sigue siendo una constante. El observatorio de la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU), que recoge las tarifas de 156 productos en nueve cadenas de supermercados espa?oles, ha detectado un incremento medio del 9,4% en el coste de la cesta de la compra durante el ¨²ltimo a?o. Un aumento que no se ha producido de modo uniforme. Entre diciembre y marzo, el encarecimiento medio ha sido de un 5,1%, lo que da cuenta del traslado del alza de los costes de la energ¨ªa a los precios de los productos.

La subida no afecta por igual a todo el g¨¦nero. De acuerdo con los datos de la OCU, los productos que m¨¢s han elevado su coste han sido el aceite de oliva suave de marca blanca (53,6%), el aceite de girasol de marca blanca (49,3%), el lavavajillas (49,1%) y la margarina (41,5%). A continuaci¨®n, con subidas entre un 30 y un 40% se encuentran algunos productos de pasta, los pl¨¢tanos de Canarias y el salm¨®n en rodajas. De igual manera, el encarecimiento no ha sido uniforme entre las cadenas de supermercados. Seg¨²n la consultora Kantar, Carrefour, Eroski, Alcampo y Dia son las que m¨¢s han repercutido la espiral inflacionista a sus clientes (5,5%). Les siguen Mercadona (4%) y Lidl (3,5%), que han intentado contener m¨¢s los aumentos.

Cambios de empresas y consumidores

Los incrementos que m¨¢s molestan a los consumidores son aquellos que afectan a los productos alimenticios. Jerusal¨¦n Torra trabaja en un centro de mayores en Barcelona, y cada vez que hace la compra guarda los recibos para identificar los art¨ªculos que m¨¢s se encarecen. En solo un mes, el zumo de melocot¨®n ha aumentado 15 c¨¦ntimos, el litro de leche 20 c¨¦ntimos, mientras que las magdalenas han triplicado su precio. Aunque para su trabajo tiene que comprar lo mismo, a la hora de llenar su propio carrito de la compra s¨ª que ha cambiado algunos h¨¢bitos para intentar esquivar la inflaci¨®n. ¡°Intento consumir m¨¢s productos congelados, y el pescado solo lo compro cuando est¨¢ en oferta. He redescubierto tambi¨¦n los platos de cuchara: lentejas, cocidos, arroces, como se hac¨ªa antiguamente¡±, apunta.

Por su parte, Javier Carracedo, que acude habitualmente a varios supermercados de Zaragoza, ha sido testigo de la jugada de la reduflaci¨®n, una estrategia comercial que aplican algunas cadenas para disimular el encarecimiento de la cesta de la compra. ¡°Una bolsa de espinacas sigue valiendo 95 c¨¦ntimos, pero ahora tiene 200 gramos menos¡±, se?ala. La OCU advierte de que el gasto en la compra de un hogar medio se podr¨ªa incrementar en m¨¢s de 500 euros anuales como consecuencia de la subida de precios de la alimentaci¨®n. No extra?a que los consumidores est¨¦n dispuestos a cambiar sus h¨¢bitos o a visitar m¨¢s de un punto de venta en la b¨²squeda de ocasiones. Seg¨²n un estudio de la Asociaci¨®n de empresas y fabricantes de gran consumo (Aecoc), al inicio de la pandemia el 78% de los consumidores realizaba todas sus compras de alimentaci¨®n y gran consumo en un ¨²nico establecimiento, algo que actualmente solo hace el 45% de los compradores. La vigilancia sobre los precios de la cesta de la compra parece m¨¢s alta que nunca.