Fin de la luna de miel para las ¡®start-ups¡¯ en Latinoam¨¦rica
Los inversionistas que se sent¨ªan invencibles hoy ven n¨²meros rojos. ¡°Muchos de estos j¨®venes nunca han o¨ªdo hablar de una ronda bajista. Eso est¨¢ a punto de cambiar¡±, dice el profesor Scott Galloway
Los ¨²ltimos dos a?os han sido el mejor momento para ser un emprendedor joven con una idea para un negocio digital. La autoridad monetaria en Estados Unidos inyect¨® siete billones de d¨®lares al sistema financiero para contener el impacto econ¨®mico de la pandemia y las tasas de inter¨¦s estaban en cero, lo que gener¨® en los mercados una sensaci¨®n de invencibilidad. As¨ª, doce empresas latinoamericanas se convirtieron el a?o pasado en ¡®unicornios¡¯, un honor reservado para las que recaban m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares en inversi¨®n, marcando un nuevo r¨¦cord para esta regi¨®n de renta media a baja. Hubo, adem¨¢s, cientos de negocios m¨¢s que recabaron grandes cantidades de recursos de Wall Street, pero no alcanzaron estatus de unicornio.
Pero todo lo que sube debe bajar y hoy la fiesta ha terminado. Semejante inyecci¨®n de capital por parte de la Reserva Federal estadounidense gener¨® alta inflaci¨®n; la Fed ahora est¨¢ revirtiendo su curso para controlar el alza en los precios y el mercado ha reaccionado agresivamente. El viernes por la ma?ana, los medios financieros declararon oficialmente la entrada de una tendencia bajista, conocido como mercado bear, que refiere a la ca¨ªda de los principales ¨ªndices accionarios de al menos 20% desde sus puntos m¨¢s altos. Las preocupaciones inflacionarias, el incremento en las tasas de inter¨¦s, la persistencia en las interrupciones de las cadenas de suministro por la covid-19 y la guerra en Ucrania est¨¢n haciendo estragos en la econom¨ªa global y, por ende, en su espina dorsal que es el sistema financiero global.
Los inversionistas que alguna vez se sintieron invencibles, hoy ven p¨¦rdidas y n¨²meros rojos. En los primeros tres meses del a?o, el financiamiento a nuevos negocios baj¨® 60% de su punto m¨¢s alto el a?o pasado, cuando alcanz¨® 7.300 millones de d¨®lares en el segundo trimestre, de acuerdo con datos de Latinoam¨¦rica de la firma de an¨¢lisis CBInsights. A nivel global, tambi¨¦n en el primer trimestre de este a?o, el n¨²mero de nuevos unicornios alcanz¨® su nivel m¨¢s bajo en cinco trimestres. Adem¨¢s, ni una sola empresa latinoamericana sali¨® en oferta inicial para cotizar en el mercado internacional.
¡°La mejor manera de leer el mercado es verlo como un p¨¦ndulo que oscila entre historias y fundamentos¡±, dice Scott Galloway, profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Nueva York (NYU) y uno de los l¨ªderes de opini¨®n en materia de tecnolog¨ªa y finanzas m¨¢s influyentes del mundo. ¡°Por historias me refiero a las narrativas, visi¨®n y sentimiento que impulsa a la empresa hacia adelante. Por fundamentos, me refiero a c¨®mo el negocio est¨¢ ganando dinero. Durante los ¨²ltimos a?os hemos estado en la fase de la historia, y esto es especialmente cierto en Am¨¦rica Latina¡±.
La regi¨®n se hab¨ªa convertido en una ¡°l¨ªnea de producci¨®n de unicornios¡±, opina Galloway, lo cual impuls¨® el recuento mundial de unicornios a niveles r¨¦cord. Sin embargo, muchas de estas empresas no tendr¨¢n m¨¢s remedio que reducir enormemente sus operaciones a medida que el p¨¦ndulo retrocede y esto parece que ya est¨¢ sucediendo. Empresas digitales como Netflix, que tuvo despidos masivos esta semana, hasta m¨¢s peque?as, como las brasile?as QuintoAndar y Loft Brasil Tecnologia, las cuales despidieron a m¨¢s de 100 personas cada una el mes pasado, son algunos ejemplos.
¡°El dolor que se est¨¢ viendo en los mercados p¨²blicos, especialmente entre las acciones m¨¢s impulsadas por la narrativa, finalmente se filtra a los mercados privados,¡± dice Galloway. ¡°Muchos de estos j¨®venes empresarios han desarrollado sus carreras en un mercado alcista y nunca han o¨ªdo hablar de una ronda bajista. Pero eso est¨¢ a punto de cambiar. Las valoraciones caer¨¢n, el capital no ser¨¢ tan barato y los inversores en empresas en etapa inicial no se sentir¨¢n tan inteligentes como hace un a?o¡±, apunta el acad¨¦mico y empresario.
Cr¨ªticas y peligros
El momento para un mercado bajista se conjuga con las dificultades que vienen con un crecimiento desmedido y s¨²bito. La mexicana Kavak, una plataforma digital de compra y venta de autos usados que opera no solo en su pa¨ªs de origen sino tambi¨¦n en Argentina y Brasil, pas¨® de tener 300 empleados en 2020 a 8,500 actualmente despu¨¦s de convertirse en unicornio. La startup, que funciona a trav¨¦s de una aplicaci¨®n m¨®vil, enfrenta una crisis de imagen despu¨¦s de que quejas de una multitud de usuarios se volvieran virales en redes sociales por el mal servicio.
¡°Tortura de principio a fin¡±, report¨® una usuaria en Twitter el 1 de abril, en un hilo detallando su mala experiencia que se hizo viral, con miles de usuarios sum¨¢ndose a la queja con sus propias experiencias. El ruido fue tal que el director general de Kavak Alejandro Guerra se vio obligado a responder. ¡°No somos perfectos, nos equivocamos, la tecnolog¨ªa falla¡±, dijo Guerra esta semana en una conferencia. ¡°Estamos completamente conscientes de lo que sucede en las redes sociales¡±, admiti¨®.
Para muchos en los pa¨ªses de esta regi¨®n, este tipo de startups digitales que han crecido hasta convertirse en enormes estructuras han sido una decepci¨®n. A pesar de recaudar miles de millones en recursos, su modelo de negocios sigue explotando los malos salarios y la precariedad en que viven millones de latinoamericanos. Un reporte publicado en marzo por las organizaciones no gubernamentales Oxfam M¨¦xico y el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig) encontr¨® que el ingreso promedio de un repartidor de plataformas como Uber, DiDi y el unicornio colombiano Rappi es de 2.085 pesos (104 d¨®lares) por semana. En contraste, aseguran los economistas autores del reporte, las empresas reportan ingresos millonarios.
Estos son ¡°los claroscuros de una industria y un modelo de negocio que lleg¨® para quedarse¡±, dijo Alexandra Haas, directora de Oxfam M¨¦xico. ¡°Por eso es extremadamente importante visibilizar esta situaci¨®n y mejorar el modelo de trabajo de las plataformas, pero tambi¨¦n el sistema laboral y del acceso a derechos de nuestro pa¨ªs. Las empresas, las autoridades y la sociedad en general deben impulsar una agenda universal de protecci¨®n social que permita, por un lado, mantener la flexibilidad laboral deseada por las y los repartidores y, por el otro, garantizar los derechos sin distinci¨®n¡±, apunt¨®.
Y he aqu¨ª el gran reto para Am¨¦rica Latina, dice Galloway. ¡°Big Tech ha generado una enorme riqueza en los EE UU, algo por lo que deber¨ªamos estar agradecidos. Pero durante la ¨²ltima d¨¦cada, permitimos que Big Tech invadiera nuestra naci¨®n y esto es algo de lo que Am¨¦rica Latina deber¨ªa aprender a medida que estas empresas tecnol¨®gicas se expanden¡±, dijo el acad¨¦mico. ¡°Nuestro mayor error fue la falta de inversi¨®n cr¨®nica en nuestros organismos reguladores, dejando que el capital privado emergiera como un Gobierno en la sombra. Esto surgi¨® de un gran problema cultural, espec¨ªficamente, nuestra idolatr¨ªa de los innovadores. Equiparamos la riqueza con la virtud y no mantenemos a la clase innovadora, o sus empresas, en los mismos est¨¢ndares que las empresas de la vieja econom¨ªa (o la poblaci¨®n en general)¡±.
¡°El camino a seguir en las naciones de alto crecimiento es equilibrar el progreso tecnol¨®gico con el respeto por las reglas y los ¨¢rbitros de los negocios, es decir, la regulaci¨®n. Sin regulaci¨®n, emergen los monopolios, acabando con la competencia y el progreso por debajo. El estado de la democracia estadounidense en la era digital deber¨ªa ser una se?al de advertencia para las naciones emergentes de todo el mundo¡±, apunt¨® Galloway.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.