Combatir la inflaci¨®n sin enloquecer
Urge el Mecanismo contra la fragmentaci¨®n Norte-Sur, sin imponer condiciones fiscales exorbitantes a los m¨¢s d¨¦biles
Hay que combatir la inflaci¨®n sin enloquecer. O sea, sin tomar medidas de pol¨ªtica monetaria, o fiscal, tan duras que acaben resultando en lo contrario de lo que se pretend¨ªa: anticipar una posible recesi¨®n. Algunos bautizan este prop¨®sito como el designio de un ¡°aterrizaje suave¡±. Ojal¨¢ sea as¨ª, y no brutal.
El reciente F¨®rum anual del BCE en Sintra marc¨® un hito y medio para lograrlo. El hito entero es la declaraci¨®n anticipativa de su presidenta, Christine Lagarde, de que el pr¨®ximo d¨ªa 21 incrementar¨¢ un 0,25% el tipo de inter¨¦s. Y que si los datos del alza de precios empeoran ¡°ser¨¢ superior¡± ¡ª?medio punto?¡ª en septiembre.
Lagarde traduc¨ªa as¨ª el punto de encuentro entre palomas y halcones que acab¨® de fraguarse en los pasillos del foro: un alza moderada ahora, como quieren los moderados; con la promesa de endurecerla tras el verano si los precios se desbocan m¨¢s.
La otra vertiente del pacto es que esa dureza contra los precios no acabe redundando en un impulso recesivo. Al menos, que ¨¦ste no perjudique m¨¢s a los d¨¦biles (el Sur) que a los fuertes (el Norte). Es decir, que no se reproduzca la fragmentaci¨®n de la Gran Recesi¨®n 2008/2011: que hogares y empresas de los vulnerables acaben pagando un 5% o un 7% m¨¢s por sus cr¨¦ditos que sus hom¨®logos de los fuertes.
Esta otra media cosa qued¨® inconcreta. Pero firme. No en vano la presidenta subray¨® que 1) si las primas de riesgo Sur-Norte se disparan, la capacidad de transmisi¨®n (hacia todos) de la pol¨ªtica monetaria quedar¨ªa ¡°impedida¡±. Que 2) preservar esa transmisi¨®n es ¡°precondici¨®n para devolver la inflaci¨®n a nuestro objetivo¡± del 2%, o sea, un requisito esencial: algo muy significativo. Que 3) preservarla debe hacerse ¡°a cualquier nivel que alcancen los tipos de inter¨¦s¡±. Y que 4) ¡°una \[transmisi¨®n sin fragmentaci¨®n\] permite la otra \[alza de tipos\]¡±: son dos caras de la misma moneda.
En conclusi¨®n, solo pueden subirse los tipos si se evita que las primas enloquezcan. As¨ª que la frontera del alza est¨¢ en que no perjudiquen la cohesi¨®n del ¨¢rea euro. En que las primas de riesgo no se disparen. En que no se repita la cruel crisis de deuda soberana del Sur de 2010 y 2011.
Lagarde se cuid¨® muy mucho de imponer ¡°condiciones¡± al Mecanismo de nuevo cu?o que ha prometido para evitar esa fragmentaci¨®n. S¨®lo indic¨® que este deber¨¢ ¡°ser efectivo¡±, ¡°proporcionado¡± y deber¨¢ ¡°incluir suficientes salvaguardias para preservar el ¨ªmpetu de los Estados miembros hacia una pol¨ªtica fiscal saneada¡±.
Atenci¨®n. La presidenta rehuy¨® deliberadamente hablar de ¡°condiciones¡±. Ni siquiera mencion¨® su suced¨¢neo suave, ¡°requisitos¡±. Apel¨® a simples ¡°salvaguardias¡± ?Qu¨¦ significa eso? La pol¨ªtica monetaria tiene un doble deber primordial, mantener la estabilidad de precios (en torno al 2%) y la estabilidad financiera (sin primas de riesgo exageradas). Y ha quedado claro que ambas son interdependientes.
Debe perseguirlos con proporcionalidad (entre sus objetivos, y para todos) y sin financiar los presupuestos de los socios. El problema es que el BCE tampoco tiene ni el poder ni la legitimidad de imponerles una senda concreta de reducci¨®n del d¨¦ficit. Quien lo pretende (los halcones) fracasar¨¢, por su sesgo abusivo. Quien lo admita pero como orientaci¨®n (las palomas) asumir¨¢ que esa ¡°salvaguardia¡± no sea ni la del ag¨®nico y exorbitante Pacto de Estabilidad ni otros inventos de ocasi¨®n. Salvo algo como el ¨²nico hoy operativo, la vigilancia de los hitos y objetivos reformistas del Plan de Recuperaci¨®n, a cargo de la Comisi¨®n. Si vale para lo fiscal, vale para lo monetario.
Este compromiso urge. Como indic¨® la rigorista consejera ejecutiva Isabel Schnabel en su discurso en La Sorbona el d¨ªa 14, el mecanismo ¡°debe ponerse en pr¨¢ctica a corto plazo¡±. En torno al 21 de julio. Si se quiere evitar un abismo en los mercados.
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