El Senado de EE UU impulsa la fabricaci¨®n dom¨¦stica de semiconductores para recortar la dependencia de China

Uno de los primeros s¨ªntomas del gripado de las cadenas de suministro global fue, a primeros de 2021, la paralizaci¨®n temporal de varias plantas automovil¨ªsticas en EE UU por falta de semiconductores. Ese atasco global no s¨®lo contribuy¨® a la postre a alimentar la inflaci¨®n, tambi¨¦n demostr¨® la dependencia estrat¨¦gica de China o Taiw¨¢n, los principales productores de esos microprocesadores vitales para la fabricaci¨®n de autom¨®viles, tel¨¦fonos m¨®viles o robots de uso sanitario. Este mi¨¦rcoles el Senado ha avanzado para reducir la dependencia de China con una propuesta de ley para subvencionar con 52.000 millones de d¨®lares en subsidios y ayudas fiscales la fabricaci¨®n de microchips en EE UU.

Con 64 voto a favor y 34 en contra, el proyecto de ley super¨® la prueba de fuego del Senado, donde empatan a esca?os dem¨®cratas y republicanos y en cuya mano est¨¢ franquear o tumbar iniciativas que llegan validadas por la C¨¢mara de Representantes. Cuando el borrador sea definitivo, el texto ser¨¢ sometido a votaci¨®n en las dos C¨¢maras del Congreso.

La Administraci¨®n de Joe Biden ha dedicado especial atenci¨®n a la provisi¨®n de semiconductores, invocando incluso leyes de seguridad nacional de la ¨¦poca de la Guerra Fr¨ªa. Fabricar microchips en casa es clave para contrarrestar el poder¨ªo de China, pero tambi¨¦n la dependencia de otros pa¨ªses como Taiw¨¢n y Corea del Sur, donde una huelga de camioneros ha frenado la distribuci¨®n de mercanc¨ªas durante varias semanas, ralentizando de nuevo el suministro global.

La fluidez en el suministro de microchips empez¨® a dar se?ales de alerta en el ¨²ltimo tramo de 2020, como resultado de los confinamientos y el cierre de la econom¨ªa por la pandemia; a ello se fueron sumando, sucesivamente, las oleadas provocadas por nuevas variantes del coronavirus. Las tensiones comerciales entre China y EE UU, aunque m¨¢s templadas que durante la presidencia de Donald Trump, tambi¨¦n han contribuido a hacer de la producci¨®n y el suministro de los microprocesadores una de las principales batallas de la guerra comercial en curso.

Seg¨²n la consultora taiwanesa TrendForce, la demanda de mercado de la industria global de los semiconductores alcanz¨® 89.700 millones de d¨®lares (79.076 millones de euros) en 2021, en datos recogidos por la agencia EFE.

La iniciativa del grupo bipartidista de senadores intenta, en suma, incrementar la competitividad de EE UU frente a China, pero tambi¨¦n arroja cierta luz sobre la posibilidad de entendimiento entre ambas bancadas, en cuestiones de inter¨¦s nacional. Una de ellas es, por ejemplo, la lucha contra las pr¨¢cticas monopol¨ªsticas de las grandes tecnol¨®gicas, que cuenta con un respaldo casi sin fisuras por parte de dem¨®cratas y republicanos. En el caso de los microchips, la falta de acuerdo pol¨ªtico habr¨ªa significado echar por tierra inversiones cr¨ªticas en industria y tecnolog¨ªa, que estuvieron a punto de ser canceladas en las ¨²ltimas semanas despu¨¦s de un a?o de intensas negociaciones.

Ahora, gracias al acuerdo bipartidista, el Senado est¨¢ listo para avanzar en un paquete m¨¢s amplio que contempla una inversi¨®n de 250.000 millones de d¨®lares en I+D en tecnolog¨ªas cr¨ªticas, con el objetivo de concentrar el desembolso en antiguos polos industriales anta?o pr¨®speros y desde hace a?os escenario de marginaci¨®n y abandono. De la mano de un senador dem¨®crata, el l¨ªder de la mayor¨ªa Chuck Schumer, y otro republicano, Todd Young, que representa a Indiana, el objetivo de la legislaci¨®n es revitalizar comunidades vaciadas por la deslocalizaci¨®n, un importante vivero de votos para Donald Trump en 2016.

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