El ejemplo de Francia y Argentina: as¨ª funcion¨® la cesta de alimentos esenciales que propone Yolanda D¨ªaz
La derecha de Nicolas Sarkozy aplic¨® una medida similar en 2011, que retir¨® el socialista Fran?ois Hollande un a?o despu¨¦s. Argentina a¨²n cuenta con una lista de productos b¨¢sicos, pero la iniciativa apenas ha tenido impacto sobre la inflaci¨®n
Francia ensay¨® en 2011 una cesta de la compra antiinflaci¨®n similar a la que ahora quiere poner en marcha en las grandes superficies alimentarias de Espa?a la vicepresidenta espa?ola Yolanda D¨ªaz. La experiencia francesa, durante la presidencia del conservador Nicolas Sarkozy, consist¨ªa en ofrecer un paquete de productos sanos y variados (la cesta deb¨ªa contener como m¨ªnimo una pieza carne, pescado, fruta, verdura, queso o producto l¨¢cteo y bebida) por un precio de entorno a 20 euros. Top¨® con cr¨ªticas en la oposici¨®n de izquierdas y en organizaciones de consumidores, que ve¨ªan en la iniciativa un parche ante la inflaci¨®n. Al llegar al El¨ªseo el socialista Fran?ois Hollande, el acuerdo qued¨® en el olvido.
El hombre que ide¨® el llamado panier des essentiels (cesta de lo esencial), el entonces secretario de Estado para el Consumo, Fr¨¦d¨¦ric Lefebvre, vive hoy retirado de la pol¨ªtica, pero recuerda perfectamente c¨®mo se fragu¨® la iniciativa, que sigue reivindicando: ¡°Ya antes de entrar en el Gobierno¡±, dice en una entrevista telef¨®nica, ¡°yo ya hab¨ªa imaginado c¨®mo asociar la cuesti¨®n de los precios y la accesibilidad a los productos con la cuesti¨®n de la comida basura y la calidad: el equilibrio y la salud¡±. Y a?ade: ¡°A fin de cuentas, todo el mundo puede comprar a bajo precio hoy. La idea del panier des essentiels era agrupar en una cesta un producto de cada categor¨ªa con un precio no bloqueado, es decir no el mismo para todos, pero voluntariamente bajo. Esto obligaba a los distribuidores a buscar los productos de temporada, que son menos caros, y los menos transformados. Y esto hac¨ªa funcionar los circuitos cortos, lo cual es bueno para el planeta. As¨ª que hab¨ªa calidad con precios accesibles¡±.
Lefebvre cuenta que, una vez planteada la idea, afront¨® un doble forcejeo. Primero, con la propia Administraci¨®n, hostil a propuestas que recordasen a un bloqueo de los precios. Y segundo, con los gigantes distribuci¨®n. ¡°Fue mi gran problema¡±, asegura el exsecretario de Estado, que se?ala espec¨ªficamente a E. Leclerc. En cambio, afirma que logr¨® el apoyo de la opini¨®n p¨²blica, sobre todo despu¨¦s de que le entrevistasen el popular telediario del mediod¨ªa en la cadena privada TF1. El contexto, salvando las distancias, se parec¨ªa al actual: Francia, como el resto de Europa, sent¨ªa el golpe de la crisis financiera y econ¨®mica de 2008, el norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo se encend¨ªa con las llamadas primaveras ¨¢rabes, y los precios de la alimentaci¨®n hab¨ªan subido m¨¢s de un 2% (ahora es peor: seg¨²n las previsiones oficiales, la inflaci¨®n en este terreno superar¨¢ el 5%).
Las negociaciones culminaron con un compromiso de nueve grandes ense?as de supermercados para ofrecer la cesta de los productos esenciales con un sello com¨²n. La cesta deb¨ªa renovarse semanalmente y publicitarse. ¡°Cada semana el derecho de comer bien por menos de 20 euros¡±, dec¨ªa uno de los anuncios. Pero las cr¨ªticas no tardaron. En la Asamblea Nacional, Pascale Got, una diputada del Partido Socialista, entonces en la oposici¨®n, la calific¨® la ¡®¡¯cesta de los pobres¡± y sostuvo que se trataba ¡°ni m¨¢s ni menos que de una lista de productos de los que las grandes superficies se quieren deshacer¡±. A?adi¨® que la cesta escond¨ªa ¡°el fracaso de la pol¨ªtica gubernamental ante el poder adquisitivo de los hogares y la dificultad para garantizar sus gastos obligatorios¡±. Lo esencial, remach¨®, no eran acuerdos como el Lefebvre hab¨ªa forjado con las empresas, sino ¡°la regulaci¨®n del alza de los precios alimentarios y la transparencia sobre los m¨¢rgenes realizados por la gran distribuci¨®n¡±. Olivier Andrault, de la asociaci¨®n de consumidores UFC-Que Choisir tild¨® la iniciativa de un mero ¡°truco¡± al servicio ¡°de la gran distribuci¨®n y de la comunicaci¨®n gubernamental¡±, seg¨²n declaraciones que en su momento cit¨® el diario Le Monde.
¡°Est¨¢bamos en crisis entonces, como hoy, y hab¨ªa un debate sobre el poder adquisitivo en el pa¨ªs¡±, responde ahora Lefebvre. ¡°Siempre que los pol¨ªticos adoptan medidas se dice que es comunicaci¨®n pol¨ªtica, pero hay que mirar el monedero de la gente, la gente ve lo que es concreto para ellos, y no hay medida m¨¢s concreta que aquella¡±. El acuerdo, sin embargo, no era obligatorio, ni estaba codificado por ninguna ley ni norma. Con el cambio de Gobierno, en 2012, ¡°la gran distribuci¨®n y la administraci¨®n aprovecharon para enterrarlo¡±.
Once a?os despu¨¦s, con una subida a¨²n mayor de los precios, algunas grandes superficies en Francia optan por otro m¨¦todo: listas de decenas de productos con los precios bloqueados durante un periodo de tiempo. De la cesta de lo esencial a lo que ahora se denomina el escudo antiinflaci¨®n, o bouclier anti-inflation.
Experiencia argentina
En 2014, durante la segunda presidencia de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, Argentina lanz¨® un programa similar, Precios Cuidados, que se ha mantenido vigente desde entonces. Se trata de una lista de productos b¨¢sicos de consumo familiar, como alimentos, bebidas y art¨ªculos de higiene personal, que se venden en supermercados a un precio acordado con el Gobierno y que se mantiene fijo durante cierto plazo.
El programa se lanz¨® para frenar la inflaci¨®n, que en 2013 hab¨ªa rondado el 27% interanual, pero ese objetivo fracas¨®: los precios siguieron al alza y en 2014 subieron cerca de un 38%. Sin embargo, la iniciativa de precios cuidados continu¨® durante toda la gesti¨®n kirchnerista y se mantuvo tambi¨¦n bajo la presidencia del liberal Mauricio Macri y de su sucesor, el peronista Alberto Fern¨¢ndez. El n¨²mero de art¨ªculos incluidos en la lista se ha ido ampliando, y ahora superan los 900.
Sus defensores argumentan que los productos controlados por el Estado sirven como referencia de precios para todos los dem¨¢s fabricantes y esa pol¨ªtica frena aumentos a¨²n mayores. Su escaso impacto en la inflaci¨®n, que hoy es del 71% interanual, y la repercusi¨®n negativa que tiene en los peque?os comercios que no participan del programa son algunas de las principales cr¨ªticas.
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