Europa se aprieta el cintur¨®n con el gas: la demanda baja un 7% en lo que va de a?o
El ahorro a¨²n tiene que duplicarse para cumplir el objetivo de los Veintisiete. Espa?a, entre los pocos pa¨ªses en los que sube, por el mayor uso para generar electricidad
La escalada de precios est¨¢ obligando a la industria y los hogares europeos a moderar su consumo de gas: la demanda comunitaria de este combustible, de largo el m¨¢s zarandeado por la guerra, acumula ya un descenso del 7% en lo que va de a?o respecto a la media de ese periodo en los tres ¨²ltimos ejercicios. Aunque el retroceso es m¨¢s acusado en el norte de Europa y en las rep¨²blicas b¨¢lticas, la t¨®nica general es clara, con solo cuatro excepciones a la norma: Espa?a, Grecia, Croacia y Eslovaquia, en gran medida por el repunte para generaci¨®n de electricidad. A las puertas de un invierno en el que ¡ªpor primera vez¡ª el suministro no est¨¢ garantizado, la mesura ha pasado de recomendaci¨®n a imperativo.
11 de los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n registran entre enero y septiembre descensos de doble d¨ªgito, liderados por Finlandia, donde el hundimiento en el consumo de gas alcanza proporciones dif¨ªciles de imaginar: cae un 53% respecto al mismo periodo de 2021, una merma similar en los tres principales sectores consumidores (industria, hogares y producci¨®n el¨¦ctrica). Aunque menos dr¨¢stico, el descenso tambi¨¦n es muy relevante en Letonia (-30%), Lituania (-25%), Estonia (-20%) y Dinamarca (-20%), seg¨²n la ¨²ltima actualizaci¨®n de datos del centro de estudios bruselense Bruegel.
Pese a los esfuerzos, la media continental a¨²n est¨¢ muy lejos del objetivo del 15% comprometido entre agosto de este a?o y marzo del que viene. El empuje tendr¨¢ que ser a¨²n mayor en pa¨ªses como Espa?a (+2%), en el que el brutal aumento en la utilizaci¨®n de los ciclos combinados para generar electricidad ¡ªtanto por el par¨®n de la hidr¨¢ulica por la sequ¨ªa como por la mayor demanda francesa, que tiene casi la mitad de sus reactores nucleares fuera de juego, y por la excepci¨®n ib¨¦rica¡ª ha echado por tierra la moderaci¨®n de la industria y los hogares. En el caso espa?ol, tal como adelant¨® este diario a finales de septiembre, la meta de reducci¨®n en el consumo de gas ha quedado finalmente en el 6,4% dada su singularidad peninsular y las d¨¦biles interconexiones con el resto del continente.
Por ¨¢mbitos de consumo, el mayor ajuste comunitario se est¨¢ produciendo en la industria, donde los patrones de demanda son m¨¢s constantes a lo largo del a?o. Los hogares, en cambio, apenas consumen gas en primavera y en verano: solo para calentar agua y, en algunos pocos casos, para cocinar. Habr¨¢ que esperar, por tanto, al inicio de la temporada de calefacciones para ver su grado de compromiso real. ¡°En invierno, la reducci¨®n en la demanda dom¨¦stica y para generaci¨®n de luz ¡ªtanto por el menor consumo el¨¦ctrico como por el cambio a otros combustibles¡ª determinar¨¢n cu¨¢nto tiene que recortar la industria¡±, subrayan los t¨¦cnicos del think tank paneuropeo.
Los modelos continentales de predicci¨®n meteorol¨®gica, aunque poco fiables en un plazo tan largo, apuntan a un invierno de temperaturas algo m¨¢s suaves que la media, un factor que se antoja fundamental para que el Viejo Continente pueda salir airoso del ¨®rdago ruso.
Desacoplamiento en la industria
La otra buena nueva es que, a pesar de que el sector secundario est¨¢ asumiendo el grueso del recorte en el consumo de gas en los ¨²ltimos meses, el sector manufacturero se est¨¢ resintiendo menos de lo que cabr¨ªa esperar: lejos del abrupto descenso al que invitan a pensar los datos de demanda de gas, el aterrizaje de la producci¨®n industrial est¨¢ siendo m¨¢s suave. Todo, adem¨¢s, en un momento en el que el riesgo de recesi¨®n no deja de crecer. ¡°La demanda industrial de gas natural se ha estrellado, mientras que la producci¨®n ha resistido de manera notable; es un hecho interesante¡±, constata por correo electr¨®nico Ben McWilliams, analista de Bruegel y principal autor del an¨¢lisis.
Ese desacoplamiento entre gas consumido y producci¨®n industrial invita a pensar, seg¨²n Jack Sharples y Anouk Honor¨¦, del Instituto Oxford de Estudios Energ¨¦ticos, tanto en un ¡°importante cambio¡± hacia otros sustitutivos ¡ªmuy probablemente un giro del gas al gas¨®leo¡ª, como en un aumento de la eficiencia energ¨¦tica. ¡°La industria ha sido la principal fuente de flexibilidad [en el consumo de gas] y continuar¨¢ desempe?ando ese papel en invierno, ayudando a equilibrar oferta y demanda¡±, resumen Sharples y Honor¨¦ en un estudio publicado a finales de septiembre.
El regulador alem¨¢n pide un esfuerzo mayor
Si un pa¨ªs encarna mejor que ning¨²n otro el embrollo gasista europeo, ese es Alemania. La mayor econom¨ªa del bloque, gran consumidora de metano y el mayor comprador de gas ruso hasta hace bien poco, ha logrado un recorte no menor en su consumo desde enero: un 11%. Sin embargo, este ha reca¨ªdo en gran medida en el sector secundario y los hogares, mientras que las pymes est¨¢n arrastrando los pies: la semana pasada, gastaron un 10% m¨¢s que en la media de esa misma semana en los cuatro ¨²ltimos a?os, seg¨²n los datos del regulador energ¨¦tico germano.
¡°Si no logramos ahorros de al menos el 20%, tanto en hogares como en empresas e industria, sufriremos para evitar una situaci¨®n de emergencia este invierno¡±, desliz¨® la semana pasada el jefe de la Agencia Federal de Redes, Klaus M¨¹ller. ¡°La situaci¨®n puede ponerse muy dif¨ªcil si no reducimos significativamente nuestro consumo de gas¡±. El sector secundario consume seis de cada diez megavatios hora (MWh) de gas importados cada a?o por la primera econom¨ªa europea.
Fuerte bajada en el precio del gas
El r¨¢pido llenado de los dep¨®sitos, la promesa de intervenci¨®n de la Comisi¨®n Europea para atajar la escalada, la respuesta de la demanda y la mayor disponibilidad de gas natural licuado (GNL, el que llega por barco) en los mercados internacionales ha propiciado un descenso brusco en la cotizaci¨®n del gas: en un mes y medio, el TTF holand¨¦s ¡ªque todav¨ªa ejerce de referencia para toda Europa¡ª ha pasado de casi 350 euros por megavatio hora a finales de agosto a 150 hoy. Este s¨²bito descenso es una buena noticia tanto para los consumidores primarios de gas como para el conjunto de la econom¨ªa europea, dado que este combustible es el principal factor detr¨¢s de la escalada de precios de la luz.
Esta trayectoria bajista, sin embargo, debe tomarse con un grano de sal. Primero, porque pese a la reciente bajada sigue estando en cifras alt¨ªsimas en comparativa hist¨®rica: hasta hace poco m¨¢s de un a?o, el megavatio hora rondaba los 20 euros, siete veces menos. Segundo, porque a medida que el consumo aumente con la llegada de las bajas temperaturas, el gas almacenado bajar¨¢ y los precios probablemente subir¨¢n.
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