¡°Llama a Ontiveros¡±
El economista fue testigo de estos tiempos y una referencia indispensable para entender los cambios acontecidos tanto en Espa?a como en el resto del mundo
La celebraci¨®n del homenaje a Emilio Ontiveros, fallecido el pasado 1 de agosto, reuni¨® el lunes en Madrid a tantos y tantos de sus muchos amigos, gente de la econom¨ªa, la cultura, la pol¨ªtica, el periodismo... El repaso fotogr¨¢fico reflej¨® la incesante actividad de Emilio en sus diversas facetas de acad¨¦mico, empresario, divulgador y amigo, y recordar lo mucho que hizo en todas.
Su muerte lleg¨® sin habernos recuperado todav¨ªa de la Patxo Unzueta. Los recuerdo a los dos en las reuniones de los martes del consejo editorial de EL PA?S. Dos sabios en sus parcelas que se juntaban con otras cabezas privilegiadas (algunos tambi¨¦n desaparecidos como Javier Pradera, Eduardo Haro, Manuel Azc¨¢rate, Jes¨²s Leguina, el cura Mart¨ªn Patino, Jes¨²s Mota...), gente que con solo mirarles aprend¨ªas. Yo estaba all¨ª como redactor jefe de Econom¨ªa y me tocaba, por tanto, exponer los temas que en la secci¨®n nos parec¨ªan susceptibles de editorializar. Una vez puestos en suerte por mi parte, todas las miradas se dirig¨ªan a Emilio, que desarrollaba sus an¨¢lisis (y dir¨ªa que disfrutaba) exponi¨¦ndolos con esa maestr¨ªa pedag¨®gica que le caracteriz¨®.
Durante los 12 a?os largos que fui responsable de la secci¨®n se convirti¨® en mi economista de cabecera, y el de todos los compa?eros. Cualquier duda, cualquier consulta, cualquier valoraci¨®n acababa inevitablemente en un ¡°llama a Ontiveros¡±, siempre dispuesto a colaborar ya fuera con tiempo suficiente ya con la exigencia de urgencia, tan frecuente en las redacciones, y que ¨¦l respond¨ªa con premura period¨ªstica. Y, si no pod¨ªa o cre¨ªa que alg¨²n colega lo har¨ªa mejor, recomendaba con acierto la persona apropiada.
Su labor divulgadora se extendi¨® tambi¨¦n en intervenciones en la Cadena SER y CNN+. Me acuerdo, especialmente, de aquellos mano a mano con Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez (con Juan Jos¨¦ Toribio en una segunda fase, cuando aquel pas¨® a responsabilidades gubernamentales), moderados por Mar¨ªa Jes¨²s Luengo en la cadena televisiva del grupo Prisa, en los que semanalmente repasaban la actualidad econ¨®mica nacional e internacional en uno de los pocos programas sobre econom¨ªa que han tenido cierta continuidad en televisi¨®n. Dur¨® 10 a?os.
Tambi¨¦n era requerido, espor¨¢dicamente, en otros medios, dada su disposici¨®n y buenas relaciones con la prensa econ¨®mica, con la que fue un magn¨¢nimo colaborador, sobre todo en los cursos de formaci¨®n econ¨®mica que la Asociaci¨®n de Periodistas de Informaci¨®n Econ¨®mica (APIE) organizaba con el Colegio de Economistas de Madrid, del que era un activo directivo (dirigi¨® la revista Economistas) hasta que se produjo un relevo en la c¨²pula del colegio con una deriva a la derecha claramente comprobable.
En varias ocasiones su nombre son¨® para ocupar alguna cartera ministerial o alguna instituci¨®n de relumbr¨®n, siempre con gobiernos progresistas. Cuando se le llamaba para confirmarlo, nunca te enterabas si lo hab¨ªa rechazado o simplemente no se lo hab¨ªan propuesto. Pura prudencia. Echaba balones fuera con habilidad y una risa bonachona y sonora con la que zanjaba el asunto.
Hace cinco a?os escrib¨ª un reportaje sobre los 30 a?os de Analistas Financieros Internacionales (AFI), firma que fund¨® con ?ngel Berges y Francisco Jos¨¦ Valero con el apoyo de las cajas de ahorros y que ahora da empleo a m¨¢s de 220 profesionales. Es su gran legado, junto con los libros que ha escrito (en solitario o con otros autores).
Aquel reportaje se titul¨® ¡°Testigo de la transici¨®n global¡±. Eso fue Emilio, testigo de estos tiempos y una referencia indispensable para entender los cambios acontecidos tanto en Espa?a como en el resto del mundo. De ra¨ªces y convicciones manchegas, era un enamorado de la mar cant¨¢brica, a la que acud¨ªa con frecuencia, sobre todo en verano. Seguramente, Emilio, esa escarpada costa c¨¢ntabra entre las r¨ªas de Tina Menor y Tina Mayor, que tanto te gustaba, estar¨¢ cobijando desde entonces tu perfil roque?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.