Sin miramientos
La Reserva Federal de Estados Unidos ha vuelto a subir los tipos 0,75 puntos, por cuarta vez consecutiva, y la senda de incrementos del precio del dinero parece que a¨²n no ha tocado techo
Lo ha vuelto a hacer. Este mi¨¦rcoles la Reserva Federal de Estados Unidos ha subido sus tipos de inter¨¦s 0,75 puntos por cuarta vez consecutiva, situ¨¢ndolos en un 3,75%. Adem¨¢s, no parece que esta senda de incrementos del precio del dinero haya visto el final ni de cerca. Sin contemplaciones contra una inflaci¨®n incesante y desbordante. Todo ello a pesar de que en Estados Unidos las cosas van mejor en crecimiento de precios (¨²ltimo dato, 8,2%) comparado con la Eurozona (con un 10,7%). Lo que parece claro es que la hoja de ruta elegida es seguir subiendo los tipos de inter¨¦s ¡ªincluso de forma tan marcada¡ª hasta que haya se?ales inequ¨ªvocas de que se est¨¢ empezando a ¡°domar¡± la inflaci¨®n, cueste lo que cueste. Esto es, arriesgando a tener una recesi¨®n de duraci¨®n desconocida.
El escenario optimista hace a?o y medio era que la inflaci¨®n ser¨ªa temporal. Luego se pas¨® a considerar que ten¨ªa un car¨¢cter m¨¢s permanente. Posteriormente, y hasta hace poco, se deseaba reducir el crecimiento de los precios sin causar recesi¨®n (si era posible). Hoy, asumiendo ya casi todos los an¨¢lisis que habr¨¢ ca¨ªdas del PIB, el panorama menos doloroso es que se controle la inflaci¨®n evitando que la recesi¨®n sea duradera. Ya no se considera, al parecer, garantizado ¡ªaunque siga siendo el escenario central¡ª que la recesi¨®n vaya a ser necesariamente corta en el proceso de reducci¨®n de la inflamaci¨®n de los precios.
La Reserva Federal y otros bancos centrales siguen apretando las tuercas porque creen, por un lado, que no se ¡°pasar¨¢n de frenada¡± y no causar¨¢n una recesi¨®n duradera o grave. Adem¨¢s, act¨²an de esta manera porque ven se?ales de que la econom¨ªa no termina de enfriarse. Los datos del mercado de trabajo siguen siendo robustos, sobre todo en Estados Unidos, y adem¨¢s la recesi¨®n t¨¦cnica tampoco se ha producido a¨²n. Por otro lado, el cierto rally en la renta variable de las ¨²ltimas semanas inquieta a las autoridades monetarias, cuando todav¨ªa no se han hecho con las riendas de los precios. Por ¨²ltimo, el que la inflaci¨®n subyacente (la que se calcula sin productos frescos ni energ¨ªa) no haya comenzado a bajar comienza a preocupar, ya que el crecimiento de los precios est¨¢ llegando notablemente a actividades econ¨®micas con baja intensidad energ¨¦tica, como son los servicios.
Una cuesti¨®n m¨¢s. Estados Unidos y la Eurozona se distancian en la estrategia. Hay una cierta batalla entre ¡°ortodoxia monetaria¡± (que ambos lados del Atl¨¢ntico aplican, con mayor o menor ¨¦xito) y ¡°la expansi¨®n fiscal¡±. En Estados Unidos puede acabar equilibr¨¢ndose y los mercados esperan una se?al sobre ello. Sin embargo, la Eurozona va por otro camino: Alemania gastando 200.000 millones para cubrir costes de energ¨ªa es una se?al para que los precios no dejen de subir. Por otro lado, la visi¨®n temporal de las batallas es tambi¨¦n diferente: en Estados Unidos siguen esa receta de que una bajada de la inflaci¨®n cada mes es una victoria y no quieren sorpresas como las que se han producido en la Eurozona con el ¨²ltimo dato de precios.
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