Desde el Hermitage a la Alhambra por la guerra de Rusia
Una filial de Deutsche Telekom traslada a su sede de Granada a 200 inform¨¢ticos y sus familias desde su oficina de San Petersburgo, cerrada tras la invasi¨®n de Ucrania
Alrededor de 1.000 empresas han cesado sus operaciones en Rusia desde el inicio de la invasi¨®n de Ucrania en febrero de este a?o seg¨²n la Universidad de Yale. T-Systems, filial de servicios de digitalizaci¨®n de Deutsche Telekom, es una de ellas. La compa?¨ªa, sin embargo, no se limit¨® a dar un portazo como tantas otras, sino que ofreci¨® alternativas a sus empleados. Las 2.400 personas que trabajaban en su oficina rusa, situada en San Petersburgo, recibieron una propuesta de recolocaci¨®n en diferentes sedes de Europa. Alrededor de 300 de ellas, con sus familias, se decidieron por Espa?a y desde julio gran parte est¨¢ ya desempe?ado su trabajo en el pa¨ªs, un centenar en Reus (Tarragona) y 200 en Granada. Los inform¨¢ticos llegados a Andaluc¨ªa trabajaban a 10 minutos del Museo del Hermitage y la invasi¨®n de Ucrania ha provocado que su oficina se traslade, 3.500 kil¨®metros en l¨ªnea recta hacia el sur, a 10 minutos de la Alhambra.
El 24 de marzo, exactamente un mes despu¨¦s del inicio de la invasi¨®n, Deutsche Telekom anunciaba el fin de sus actividades en Rusia y pon¨ªa en marcha el plan de recolocaci¨®n en seis oficinas repartidas por toda Europa. Seg¨²n explica Igor Shchipin, responsable de Global Delivery de T-Systems Iberia y l¨ªder del grupo profesionales rusos llegados a Espa?a, aproximadamente 1.200 aceptaron la propuesta y otros tantos, ¡°por diversas razones personales¡±, se quedaron en Rusia. Los primeros de esos 200 nuevos granadinos llegaron en verano y al final el periodo alcanzar¨¢n las 400 personas, incluyendo los familiares, estima Aitor Vin¨®s, director de la sede granadina y de la de Reus de T-Systems.
Alta capacitaci¨®n
El perfil de los expatriados es ¡°un colectivo con altas capacidades en una situaci¨®n muy complicada, personal y profesionalmente¡±, la mayor¨ªa ingenieros inform¨¢ticos con entre 10 y 20 a?os de experiencia, explica Ferr¨¢n Serrano, director de comunicaci¨®n de la empresa. Profesionales, en definitiva, cuya p¨¦rdida supondr¨ªa una sangr¨ªa importante para cualquier compa?¨ªa tecnol¨®gica. Adem¨¢s de Espa?a, otros pa¨ªses receptores han sido Hungr¨ªa, Eslovaquia, Grecia.
La llegada a Espa?a no ha sido, en cualquier caso, directa. Quienes aceptaron la oferta, como Shchipin, dejaron Rusia con urgencia en marzo pasado, pero no pod¨ªan a¨²n trabajar en Espa?a, as¨ª que tuvieron ¡°una base intermedia¡±, en Turqu¨ªa. Shchipin no conoc¨ªa Granada y pidi¨® a sus jefes visitarla. En mayo, relata, pas¨® unos d¨ªas en la ciudad y, a la vuelta, explica, ¡°convenc¨ª a todos los que pude para que se vinieran porque me pareci¨® una ciudad muy interesante¡±. Finalmente, a todos los que aceptaron abandonar su pa¨ªs se les ofreci¨® lo que Vin¨®s llama el ¡°paquete de integraci¨®n¡±: la gesti¨®n de permisos, visados y viajes, una vivienda temporal para entre uno y tres meses, escuelas para quienes vinieran con hijos, los documentos sanitarios, consecuci¨®n del NIE (el DNI para extranjeros), un equipo de traductores y cursos de espa?ol. A ello, se le sumar¨¢n excursiones y viajes que les permiten conocer la ciudad, la provincia y la comunidad, para ocupar el tiempo libre.
Desde el punto de vista contractual, todos han tenido que firmar un nuevo contrato acorde a la legislaci¨®n espa?ola, y se han renegociado las condiciones laborales para que tuvieran una calidad de vida similar a la que ten¨ªan en Rusia. ¡°Casi todos los que hemos venido mantenemos en Granada la misma funci¨®n que ten¨ªamos en San Petersburgo¡±, dice Shchipin.
Ahora, con el presente laboral solucionado, les queda instalarse y aprender espa?ol. Los planes de futuro son diversos, pero la previsi¨®n, seg¨²n los responsables de la empresa, es que se queden en el sur de Espa?a por lo menos cinco a?os. Puede ser solo amor a primera vista a¨²n, pero el responsable de la sede granadina percibe ya algunas ideas de permanencia m¨¢s prolongada y narra el caso de uno de sus ingenieros que tiene en Rusia a su madre y su suegra y, aunque, en principio, su plan era volver a Rusia o a alg¨²n pa¨ªs cercano en 5 o 10 a?os, ahora dice que esto le est¨¢ gustando tanto que piensa que igual lo hace al rev¨¦s y se trae a su madre y su suegra a Espa?a.
Entre el alivio y la nostalgia
La aclimataci¨®n en Granada, cuenta su jefe y en ello coincide Igor Shchipin, ¡°es muy buena, aunque l¨®gicamente tienen ese doble sentimiento de alivio por estar fuera de aquel problem¨®n y de nostalgia por haber dejado su vida atr¨¢s; les encanta esto y a la vez echan de menos aquello¡±. Shchipin ¨Cque se alegra de estar fuera de Rusia para no tener que comprobar si estar¨ªa enrolado en el ej¨¦rcito en guerra¨C a?ade que ¡°Granada es una ciudad muy interesante, con mucha gente joven en la calle y en la que va andando a todos sitios¡±. En la empresa en concreto, Vin¨®s dice que han sido bien aceptados. ¡°La mayor¨ªa de la plantilla aqu¨ª son reci¨¦n licenciados o con menos a?os de experiencia, lo que llamamos junior. El hecho de que te pongan al lado a un senior, con 10 a?os o 15 de experiencia, te abre muchas posibilidades, y tus posibilidades de crecimiento se multiplican¡±.
La salida de Rusia de las multinacionales ha sido diversa. La gran mayor¨ªa pararon su actividad sobre la marcha. Pero para unas resulta m¨¢s f¨¢cil irse del todo que para otras. La alemana Mercedes Benz o la espa?ola Zara manten¨ªan las persianas de tiendas y centros de producci¨®n bajadas, pero sin definir su futuro en Rusia. En estos ¨²ltimos d¨ªas de octubre han tomado la decisi¨®n definitiva. La automovil¨ªstica ha vendido su negocio a empresas locales, mientras que la marca de ropa lo ha hecho a un grupo inmobiliario emirat¨ª. La dificultad que implica la marcha de quienes tienen centros de distribuci¨®n o producci¨®n y espacios comerciales distribuidos por todo el pa¨ªs se reduce a casi la nada en el caso de las tecnol¨®gicas, que apenas requieren mesas, ordenadores, buenas l¨ªneas de conexi¨®n y m¨¢quinas de caf¨¦. En estos casos, una vez pagado el alquiler, el ¨²ltimo en salir cierra la puerta.
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