El mayor productor de arroz de Espa?a se ahoga por la sequ¨ªa y la ausencia de infraestructuras de regad¨ªo
Isla Mayor se enfrenta a su peor cosecha. Los agricultores, que han reducido a un 30% el total de la superficie cultivada, conf¨ªan la recuperaci¨®n al alza del precio
Antonio Olivares ten¨ªa 17 a?os la primera vez que pis¨® los arrozales de Isla Mayor (Sevilla, 5.825 habitantes) el 2 de febrero de 1954. ¡°Me acuerdo perfectamente de la fecha porque fue la noche de la gran nevada de Sevilla¡±, relata Olivares, que ahora tiene 86, tampoco va a olvidar este 2022: ¡°Esta ha sido la peor campa?a de arroz de la historia¡±, sostiene. Una impresi¨®n que se confirma desde la Federaci¨®n de Arroceros de Isla Mayor, el principal productor de este cereal de Espa?a, el 40% del total. La sequ¨ªa, el encarecimiento de la electricidad necesaria para bombear el agua del r¨ªo Guadalquivir hasta las tablas y del resto de insumos, pero sobre todo, la falta de infraestructuras para modernizar el riego en la margen derecha explican los malos resultados de una campa?a donde ¡°un 40% de los productores apenas van a poder cubrir los costes de producci¨®n¡±, explica Eduardo Vera, director gerente de la Federaci¨®n, que espera que el incremento del precio del grano pueda compensar las p¨¦rdidas.
Los arroceros de Isla Mayor retrasaron un mes la siembra ¡ªde mayo a junio¨D esperando arrancar un poco de lluvia en esas semanas. La primavera sigui¨® siendo seca. Finalmente, el agua disponible en una cuenca sobresaturada solo les permiti¨® cultivar el 30% de la superficie disponible, 35.000 hect¨¢reas, aproximadamente. ¡°Comenzamos ya con un 70% de p¨¦rdidas¡±, apunta Vera. Pero de ese 30% tampoco se ha podido aprovechar todo el grano. ¡°Las zonas de la margen izquierda donde el agua dulce es m¨¢s accesible a trav¨¦s de canales s¨ª han podido salvar la cosecha, pero en el otro margen la alta salinidad del r¨ªo ha provocado que haya menos hijos y menos espigas y, por lo tanto, menor producci¨®n¡±, sostiene.
La campa?a termin¨® la semana pasada y los agricultores a¨²n est¨¢n haciendo c¨¢lculos, pero teniendo en cuenta que en un a?o en Isla Mayor se suele producir una media de 330.000 toneladas de ese cereal, esta temporada habr¨¢n producido 99.000 toneladas. Siguiendo con la regla de tres, si en un a?o normal esa cosecha genera unos beneficios de 700 millones de euros, seg¨²n las cifras facilitadas por Vera, las p¨¦rdidas en este ejercicio ascender¨ªan a 490 millones. Olivares s¨ª ha sacado sus cuentas. De las 90 hect¨¢reas que tiene repartidas por el bajo Guadalquivir, solo ha podido plantar 27. ¡°Si todo hubiera ido bien, hubiera cosechado 8,5 kilos por hect¨¢rea, pero he sacado poco m¨¢s de 63¡å, se lamenta.
A la baja producci¨®n hay que sumar el incremento de los costes de la electricidad, necesaria para mover las bombas que trasladan el agua dulce del Guadalquivir, el de los abonos ¡ª¡±que ha pasado de los 180-200 euros la tonelada a 900¡å, dice Vera¡ª o el gasoil ¡ª¡±que se ha doblado, de 0,80 a 1,60 euros¡±¨D. ¡°De ese 30% cultivado, un 60% ha podido escapar con una cosecha m¨¢s o menos normal, pero un 40% va a tener muchos problemas¡±, advierte Vera. La esperanza est¨¢ en que la subida del precio del grano, que se ha incrementado por la inflaci¨®n como el resto de cereales, compense esas p¨¦rdidas. ¡°La calidad no es peor, pero nos falta cantidad¡±, se lamenta.
Olivares conoce bien c¨®mo funcionan los meandros puenteados de arroz que rodean Isla Mayor. Hasta el a?o pasado fue adem¨¢s presidente de la Junta Central de Usuarios de la Margen Derecha del Guadalquivir. Una de sus principales reivindicaciones es llevar la modernizaci¨®n del regad¨ªo a esa parte de la desembocadura del r¨ªo. Unas obras que llevan proyectadas por la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir durante a?os, pero que no terminan de arrancar. ¡°Siempre propuse, y lo sigo pensando, que la primera obra a realizar ser¨ªa el canal y sif¨®n que conectar¨ªa el canal del bajo Guadalquivir con la margen derecha a la altura de la Puebla del R¨ªo, tal como est¨¢ previsto en el proyecto. Con esta conexi¨®n hecha en esta campa?a en la margen derecha hubi¨¦ramos regado con agua de buena calidad y se habr¨ªa obtenido una excelente cosecha¡±, sostiene el arrocero.
Filtro natural del agua
¡°Llevamos 50 a?os reclamando esta infraestructura y seguimos regando como cuando se empez¨® a cultivar esta zona en 1937, dependemos de que la marea y el tap¨®n salino lo combatimos con un agua dulce que no tenemos. Hemos sembrado con tres gramos de sal¡±, se lamenta Olivares. ¡°Las obras deber¨ªan comenzar cuanto antes¡±, corrobora Vera. De concluirse, el agua dulce se tomar¨ªa un poco m¨¢s arriba de la cuenca, a la altura de la Puebla del R¨ªo y bajar¨ªa sin necesidad de bombear el agua, ahorrando buena parte de los costes en electricidad que esto implica. ¡°El proyecto iba a buen ritmo, pero la crisis de 2008 y despu¨¦s la pandemia lo ha paralizado todo¡±, se lamenta Olivares.
Vera llama la atenci¨®n sobre que su zona de cultivo est¨¦ justo en la desembocadura del r¨ªo. ¡°En una cuenca deficitaria donde se ha incrementado el consumo del agua en los ¨²ltimos a?os y los cultivos se han ido adaptando, volvi¨¦ndose m¨¢s intensivos, nosotros estamos a la cola. Cuando m¨¢s se gasta, menos nos llega a nosotros¡±, se lamenta. El director gerente de la Federaci¨®n de Arroceros de Isla Mayor no pide un mayor control de los cultivos, pero s¨ª que se ¡°garantice un consumo eficiente¡±.
Mientras conf¨ªa en que esas obras que tan buen resultado han dado a la margen izquierda se extiendan a la derecha, Vera mira al cielo. El agua es el mejor remedio a corto plazo para insuflar esperanzas a un sector que lleva castigado desde 2018, cuando las plagas de insectos y hongos mermaron las cosechas. La sequ¨ªa ya oblig¨® a reducir a la mitad la superficie cultivada en 2021 y en los dos a?os anteriores se perdieron 80.000 toneladas por la salinidad del agua.
El responsable de la Federaci¨®n tambi¨¦n advierte contra quienes cuestionan que el arroz es un cultivo que consume mucha agua. ¡°Nuestro terreno es impermeable, la humedad no se va para abajo, y adem¨¢s devolvemos totalmente filtrada el 75% del agua que utilizamos. Hacemos una labor de filtro que contribuye a la diversidad de la flora y la fauna del entorno de Do?ana¡±, explica Vera.
Entre esa variedad de especies est¨¢ el cangrejo rojo, que da trabajo al 70% de la poblaci¨®n de Isla Mayor, que tambi¨¦n vive de la campa?a del arroz, que emplea a 5.000 personas. ¡°Si no se resuelve el problema de las infraestructuras y no llueve a corto plazo, tendemos que abandonar los cultivos y sin esto la gente se ir¨¢ del pueblo¡±, se lamenta Olivares.
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