Las primeras angulas de la temporada llegan al mercado: 880 euros el kilo
La remesa inicial es una partida de 50 kilos capturados ¨ªntegramente en la costa atl¨¢ntica francesa
Un cargamento con 50 kilos de angulas vivas parti¨® el lunes desde un vivero de Oiartzun (Gipuzkoa) hasta Soutelo (Pontevedra). Aqu¨ª las cocer¨¢n y quedar¨¢n listas para su distribuci¨®n por todo el mercado nacional. Son las primeras angulas frescas de la temporada. Salieron este mi¨¦rcoles a la venta a 880 euros el kilo. La remesa inicial de este manjar tan apreciado y cotizado, que en las pescader¨ªas se vender¨¢ previsiblemente por encima de los 1.000 euros a finales de este a?o, proviene de Francia en su totalidad. Joseba Aguirrebarrena, due?o de Angulas Ibaialde, suele recibir las angulas capturadas por unos 250 anguleros que faenan toda la fachada atl¨¢ntica que va desde Nantes hasta Hendaya y despu¨¦s las comercializa en Espa?a: ¡°Somos los primeros en sacar la angula al mercado. Lanzamos ahora 50 kilos, pero tenemos almacenados unos 150 kilos en total para este arranque de temporada. El a?o pasado vendimos 19 toneladas, todo pescado en Francia¡±.
La campa?a de la pesca de la angula comenz¨® el 1 de noviembre. Hasta ahora solo se ha comercializado una cantidad testimonial de esta especie, y se ha vendido en Asturias a precios astron¨®micos. Peri¨®dicos de esta regi¨®n informan de que en la rula de Ribadesella se pagaron ese d¨ªa 7.280 euros por un kilo. Solo salieron a subasta 1.415 gramos, el bot¨ªn logrado esa madrugada por 16 pescadores de la zona. Los escasos 90 gramos pescados en el r¨ªo Nal¨®n se remataron el mismo d¨ªa a 4.599 euros el kilo. La angula no conoce la crisis.
Estos precios tan desorbitados est¨¢n lejos de los que Aguirrebarrena ha estipulado para el primer gran reparto de angula a mayoristas, pescader¨ªas y restauradores, que arranca esta semana a un coste que estar¨¢ al alcance de pocos bolsillos: 88 euros la raci¨®n de 100 gramos. ¡°No hay angula suficiente para cubrir todo el mercado espa?ol. Hace unas d¨¦cadas se consum¨ªan 40 toneladas en una temporada y de esas, como ocurre ahora, el 80% ven¨ªa de Francia¡±, explica Igor Casares, jefe de equipo de Ibaialde. En Galicia, Asturias y Cantabria la pesca de la cr¨ªa de la anguila est¨¢ restringida y solo se permite durante los cuatro d¨ªas anteriores y posteriores a la luna llena. En el Pa¨ªs Vasco, en cambio, est¨¢ prohibida la captura si es para la venta. Por eso, Casares se?ala que ¡°la famosa angula de Aginaga no se comercializa desde 2008¡å. ¡°La mayor parte la traemos de Francia, porque este pescado apenas se consume all¨ª y no pone limitaciones de pesca entre noviembre y finales de marzo¡±, asegura.
El alev¨ªn de la anguila es la ¡°joya del mar¡±, una especie que se ha encarecido, dice Casares, por las dificultades que entra?a su pesca, la escasa poblaci¨®n existente y los m¨¢rgenes econ¨®micos que pescaderos y mayoristas incorporan al precio final. La angula fue durante muchos a?os, a pesar de su elevad¨ªsimo coste, un plato obligado en las cenas de la fiesta mayor de San Sebasti¨¢n (20 de enero). De los 150 euros que se pagaron por kilo en 2002, por ejemplo, se ha pasado a los 1.200 euros que ha llegado a valer en las pescader¨ªas donostiarras. Como esas cifras est¨¢n al alcance de muy pocos, ahora solo se ofrece en los men¨²s de elegidos y pudientes; el resto lo ha ido sustituyendo por su derivado low cost, la gula.
La angula nace a siete u ocho kil¨®metros de profundidad en el mar de Sargazos, a 6.000 kil¨®metros de la costa cant¨¢brica, adonde las anguilas acuden a realizar la puesta de huevos tras cruzar todo el Atl¨¢ntico. Las larvas suben a la superficie y, empujadas por las corrientes marinas y los vientos, son devueltas hasta la plataforma continental. Pueden tardar tres a?os en realizar esta migraci¨®n y llegan convertidas en angulas. Cuando estas detectan el agua dulce, se introducen en los estuarios y r¨ªos, y all¨ª se quedan entre el fango. Los anguleros las citan en la oscuridad de la noche con un farolillo para que salgan a la superficie y puedan ser apresadas. Estos esforzados pescadores suelen hacerlo en noches muy fr¨ªas y generalmente lluviosas para asegurarse el ¨¦xito de la faena. El bot¨ªn compensa el esfuerzo y las incomodidades. ¡°Pueden pasar cuatro horas para sacar, con suerte, 400 gramos¡±, dice Casares.
La costa francesa es ahora uno de los principales bancos de angulas de Europa. Hace varios a?os, los chinos sol¨ªan pagar cantidades astron¨®micas a estos anguleros (hasta 1.400 euros el kilo) para llev¨¢rselas a su pa¨ªs, donde las engordaban para exportar la anguila a Jap¨®n: ¡°En un kilo de angulas hay entre 2.500 y 3.000 piezas. Las grandes piscifactor¨ªas logran sacar unos 700 kilos de anguila al cabo de 10 meses de engorde. Si venden la anguila a 10 euros, obtienen unos 7.000 euros por cada kilo de angula. Es un negocio redondo¡±, explica Aguirrebarrena. La exportaci¨®n fuera de Europa est¨¢ prohibida y castigada por la UE como un delito ecol¨®gico.
Una directriz europea obliga desde 2007 a que el 60% de las capturas de angulas sean destinadas a la repoblaci¨®n. ¡°Es obligatorio devolver al r¨ªo m¨¢s de la mitad de lo que pescamos, y as¨ª lo hacemos¡±, asegura Aguirrebarrena. ¡°Porque somos los m¨¢s interesados en que la pesca sea sostenible y en el futuro siga habiendo angulas en nuestros r¨ªos¡±.
Los responsables de Angulas Ibaialde, que tambi¨¦n se dedican a la comercializaci¨®n de anguila y lamprea, tienen enfocado en estos momentos su esfuerzo en la venta de angulas frescas y tambi¨¦n congeladas en envases. ¡°El tel¨¦fono no para de sonar¡±, comenta Casares: ¡°Ya tenemos comprometidos m¨¢s de 30 kilos de los primeros 50 que se han enviado a Galicia¡±, donde se matan y se cuecen antes de su venta. Este pez de tacto gelatinoso y escurridizo, cuerpo alargado, fino y compacto, lomo transparente cuando est¨¢ vivo, se carga en veh¨ªculos provistos de dep¨®sitos con agua de la regata Artikutza (Oiartzun) que debe estar en permanente circulaci¨®n, a una baja temperatura y con una disoluci¨®n de ox¨ªgeno adecuada para soportar las ocho o 10 horas de viaje hasta el punto donde morir¨¢n. Tras cocerlas, adquirir¨¢n el aspecto blanquecino que suelen presentar en el plato.
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