Elon Musk se enfrenta a la contestaci¨®n interna contra su liderazgo en Twitter
El magnate se muestra desafiante frente a la masiva dimisi¨®n de empleados
Las calles que rodean los dos edificios de la sede corporativa de Twitter en San Francisco (California) estaban tranquilas este viernes. Solo la presencia de grupos de periodistas a sus puertas hac¨ªan sospechar que algo ocurre. Pero el escaso trasiego en el vest¨ªbulo de la entrada por donde acceden los empleados es solo el paisaje enga?oso de una crisis corporativa con may¨²sculas.
La firma ha vivido una de sus semanas m¨¢s convulsas. Hasta el punto de que Musk cerr¨® la sede y deneg¨® el acceso de los trabajadores hasta el lunes por temor a que boicotearan a la empresa. Fue su reacci¨®n ante la oleada de dimisiones del jueves, cuando finaliz¨® el ultim¨¢tum en el que ped¨ªa a sus empleados que firmaran un documento comprometi¨¦ndose a trabajar m¨¢s horas para aumentar la productividad.
La aparente normalidad alrededor del cuartel general de Twitter contrasta con la ebullici¨®n de insultos y protestas en internet. Muchos empleados han utilizado la misma red social en la que trabajaban para atacar a Elon Musk. Y el nuevo propietario no se ha callado ante las cr¨ªticas, e incluso ha efectuado despidos a trav¨¦s de mensajes p¨²blicos.
Es el caso del ingeniero Eric Frohnhoefer, que tras seis a?os en la empresa fue cesado a principios de esta semana a trav¨¦s de un tuit por contradecir al multimillonario sudafricano en p¨²blico. O el de Sasha Solomon, que tras compartir en la red que hab¨ªa sido despedida le espet¨® un nada diplom¨¢tico ¡°b¨¦same el trasero, Elon¡±. En total, al menos 24 personas fueron despedidas por criticar a Musk, seg¨²n The New York Times. Se calcula adem¨¢s que entre varios cientos y 1.200 empleados han dejado la compa?¨ªa. Teniendo en cuenta la primera oleada de unos 3.700 despidos, eso supondr¨ªa reducir casi a la tercera parte la plantilla, estimada en unos 7.500 trabajadores cuando se hizo con el control de la empresa. Musk no ha dado cifras, pero ha dicho que no est¨¢ ¡°superpreocupado¡±, y pregona que los usuarios registrados en Twitter crecen m¨¢s que nunca.
En la sede de San Francisco, un sobresalto rompe la armon¨ªa pasada la una de la tarde. Varios agentes de seguridad fijan un per¨ªmetro en un peque?o callej¨®n que da al aparcamiento de empleados. Un grupo de trabajadores entra con sus veh¨ªculos. Y sobre las dos de la tarde, dos coches Tesla y un gran todoterreno entran en sentido contrario y acceden al mismo garaje. Todo parece indicar que Elon Musk ha llegado a su nueva casa.
Frente a la fachada se acumulan los curiosos. Raj Lahoti y Morgan King aseguran haber volado en avi¨®n privado desde San Diego para ver a Musk y darle su apoyo. ¡°Yo estuve en una situaci¨®n similar y he venido hasta aqu¨ª para transmitirle energ¨ªa positiva para sobrellevar este dif¨ªcil momento¡± comenta Lahoti, CEO de la empresa Benefit Ventures y que se define como sanador espiritual.
Brian Wade, ingeniero inform¨¢tico de 32 a?os, sale del callej¨®n ubicado bajo esa pasarela montado en su patinete el¨¦ctrico. Lleva una camiseta de la plataforma Twitch, en la que ha trabajado durante cuatro a?os. Y su intenci¨®n es subirse al barco que casi todos abandonan. ¡°Me he acercado a preguntar si pod¨ªa dejar mi curr¨ªculum porque se rumorea que ahora necesitan contratar gente. No me han dejado pasar del vest¨ªbulo y me han dicho que lo env¨ªe a una direcci¨®n de correo corporativo¡±.
Mohan Siva, agente de seguros de 35 a?os, est¨¢ de visita e incluye en su ruta tur¨ªstica la visita al 1355 de Market Street, donde se encuentra la sede de Twitter. ¡°Me sorprende que no haya protestas en la calle. Creo que Musk se est¨¢ comportando muy mal con la gran cantidad de trabajadores que han levantado esta empresa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.