Von der Leyen advierte a Biden de ¡°una respuesta adecuada¡± por los subsidios americanos a coches y bater¨ªas el¨¦ctricas
¡°Debemos adaptar nuestras ayudas de Estado al nuevo entorno global¡±, apunta la presidenta de la Comisi¨®n Europea
La Uni¨®n Europea no debe quedarse de brazos cruzados frente a los subsidios que ha aprobado Estados Unidos a su industria de coches el¨¦ctricos, bater¨ªas o material para instalaciones de energ¨ªas renovables. ¡°La UE responder¨¢ de una forma adecuada y bien calibrada¡±, ha advertido este domingo la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, justo un d¨ªa antes de que se re¨²nan delegaciones de ambas partes del m¨¢ximo nivel cerca de Washington. No se trata de abrir una guerra comercial ¡°en medio de la actual guerra¡±, ha aclarado en regencia a Ucrania. Lo que plantea la alemana es ¡°reflexionar¡± sobre las normas de ayudas de Estado continentales ¡°para adaptarlas al nuevo entorno global¡±.
La misma Von der Leyen ha desarrollado la idea en su discurso de este domingo en el Colegio de Europa en Brujas (B¨¦lgica). ¡°El IRA (la reciente ley estadounidense que da subsidios), invierte a lo largo de toda la cadena de valor en sectores estrat¨¦gicos. No siempre es el caso de nuestras ayudas de Estado. Debemos adoptar una mirada nueva sobre c¨®mo apoyar toda la cadena de valor, descender a la producci¨®n en masa de las soluciones de tecnolog¨ªa verde estrat¨¦gica y productos finales limpios. Incluso a trav¨¦s de la inversi¨®n p¨²blica¡±. Es decir, abrir la mano para que se pueda dar ayudas a las empresas europeas o las que produzcan en suelo europeo para que sean competitivas y no se lleven la producci¨®n a otras zonas.
La transici¨®n energ¨¦tica y digital, unido a lo sucedido durante la pandemia, ha puesto de relieve que Europa se ha quedado atr¨¢s en sectores industriales estrat¨¦gicos clave para llevar a cabo este tr¨¢nsito. Y lo ha hecho cuando la UE se ha autoimpuesto objetivos como prohibir la venta de veh¨ªculos con motores de combusti¨®n en 2035. Si los l¨ªderes pol¨ªticos y empresariales europeos se pasan el d¨ªa hablando de ¡°autonom¨ªa estrat¨¦gica¡±, no solo lo hacen por la defensa, tambi¨¦n lo hacen a la econom¨ªa. La se?al de que algo se est¨¢ moviendo en Bruselas por este motivo ya lleg¨® a comienzos de a?o, cuando lanz¨® un plan que pretend¨ªa mover 43.000 millones de euros para lanzar la producci¨®n de microchips, aunque solo 11.000 millones de esa cantidad eran dinero nuevo, el resto era una reordenaci¨®n de partidas.
Tambi¨¦n Estados Unidos ha reaccionado, especialmente, en la revoluci¨®n medioambiental y la descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa y el transporte. El Gobierno de Joseph Biden ha aprovechado su norma estrella, la Ley de Lucha contra la Inflaci¨®n (IRA, por sus siglas en ingl¨¦s) para incluir un paquete de ayudas para la transici¨®n energ¨¦tica de cerca de 370.000 millones de d¨®lares (unos 350.000 millones de euros). En ¨¦l, se incluyen ayudas para la compra de veh¨ªculos el¨¦ctricos fabricados en Estados Unidos con componentes elaborados all¨ª.
Bruselas dio la voz de alerta antes incluso de que el Congreso estadounidense aprobara la norma definitivamente. Advirti¨® de que es ¡°claramente discriminatoria¡± y va contra las normas de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). Sirvi¨® de poco. La norma fue aprobada. A la alarma comunitaria se han sumado gobiernos como el Alemania o Francia, de hecho, en el viaje que estos d¨ªas ha hecho el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, a Washington, este tema ocupaba un asunto destacado.
A pesar de que la Comisi¨®n fue la primera en lanzar la alerta, despu¨¦s han sido las capitales las que m¨¢s se han quejado, especialmente aquellas con grandes intereses en el sector del autom¨®vil, como Par¨ªs y Berl¨ªn. Bruselas, como ha dejado claro Von der Leyen, no quiere abrir ¡°una costosa guerra comercial con Estados Unidos en medio de la guerra actual¡±. Es decir, no ve claro llevar a Washington a los tribunales de la OMC para que estos le den la raz¨®n en unos a?os y entonces abrir negociaciones con los Estados Unidos o poder imponer medidas de respuesta por la misma cantidad que el da?o causado. As¨ª que ha optado intentar dialogar ya con la Administraci¨®n Biden para ver si hay opciones de encontrar soluciones en los reglamentos que tienen que servir para aplicar el IRA.
Oportunidad de oro
Este lunes ambas partes tendr¨¢n una oportunidad de oro para abordar el tema en la reuni¨®n que ambas partes mantienen en Maryland, en Estados Unidos, en el llamado Consejo de Comercio y Tecnolog¨ªa (TTC, por sus siglas en ingl¨¦s). Fuentes comunitarias apuntaban el viernes que en principio este ¨®rgano ¡°no tiene nada que ver¡± con el conflicto abierto por los subsidios. No obstante, se antoja dif¨ªcil que no se aborde este asunto en un foro en el que van a estar presentes el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, y la embajadora ante la UE, Katherine Tai, por un lado, y los vicepresidentes de la Comisi¨®n, Margrethe Vestager y Valdis Dombrovskis, m¨¢s el Comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.
El calado del problema creado con estos subsidios queda subrayado por la creaci¨®n de un ¨®rgano bilateral ad hoc, una task force, para buscarle una soluci¨®n. Este foro ya se ha reunido en varias ocasiones, aunque todav¨ªa se desconoce si hay avances. La voluntad de dar con una soluci¨®n que se puede intuir de la creaci¨®n de este foro choca con el pesimismo que hay en las en Bruselas. Hace unos d¨ªas, fuentes diplom¨¢ticas explicaban que la parte europea se estaba encontrando con un problema al hablar con los estadounidenses: estos ¨²ltimos reclaman ya pruebas del impacto perjudicial que tiene su ley la UE. La respuesta dada es que no se pueden presentar pruebas de algo que todav¨ªa no ha acontecido porque la ley apenas ha sido aprobada y que por ahora hay an¨¢lisis de riesgos potenciales.
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